Los Ángeles recupera algo de calma. Después de una semana de manifestaciones callejeras por las redadas de Donald Trump en la ciudad, la alcaldesa Karen Bass ha dado un respiro recortando dos horas el horario del toque de queda instalado en una parte del centro. La regidora ha anunciado la tarde del lunes que la medida entra en vigor de inmediato, y responde a la baja de incidentes violentos tras las protestas iniciadas el 7 de junio, que han dejado 575 personas arrestadas desde entonces. “El toque de queda, junto a otras medidas preventivas han tenido éxito protegiendo comercios, restaurantes y zonas residenciales de malos actores a los que no les interesa nuestra comunidad inmigrante”, ha dicho Bass.
La alcaldesa ha anunciado su decisión tras seis noches de toque de queda fijado inicialmente entre las 20.00 y las 06.00. Bass adoptó la medida después de que las movilizaciones contra las redadas federales derivaran en disturbios y saqueos de 23 negocios del centro de Los Ángeles, en los que fueron arrestados unas 14 personas. A lo largo de la última semana, la política demócrata ha tenido que dividir su atención entre los dueños de negocios y empresarios que la presionan y las tensiones sociales provocadas por la cacería de indocumentados en una zona con una enorme presencia latina.
El domingo, un día después de la manifestación nacional No Kings, fue el primer día en una semana en la que la policía de Los Ángeles no realizó detenciones por disturbios o por violaciones al toque de queda. Las marchas en respuesta al desfile militar que Donald Trump se organizó en Washington fueron la culminación de una semana de movilizaciones callejeras. En Los Ángeles, la protesta pacífica del sábado dio paso a un nuevo choque entre manifestantes y policías que dejó a tres agentes con lesiones superficiales. Ese día fueron detenidas 35 personas por no respetar el horario del toque de queda.

Jim McDonnell, el jefe de la policía, aseguró que el toque de queda había respondido a una “preocupante escalada del comportamiento ilícito de los manifestantes”. El número de detenciones realizadas por el cuerpo policiaco se elevó drásticamente. Desde las 26 personas detenidas el sábado 7 de junio en las primeras protestas, hasta superar las 200 el lunes 9 de junio.
Las autoridades han revelado este lunes el gran costo que los últimos días han dejado para la ciudad. Un memorando en manos del Ayuntamiento detalla la onerosa carga a las finanzas municipales, que van desde 16,9 millones de dólares gastados por el Departamento de Policía (11,7 millones se han ido solamente en el pago de horas extras de los uniformados), hasta los 780.000 dólares que se han invertido para desaparecer la gruesa capa de grafiti que cubrió los edificios de los primeros cuadros de la ciudad. Esta cuenta aumentará en los próximos días, han advertido, pues no incluye el despliegue de los elementos el sábado, cuando se reforzó la vigilancia en la marcha de No Kings.
Demanda contra la policía
Los gastos de la policía pueden ser todavía mayores. Los abogados del Club de Prensa de Los Ángeles presentaron este unes una demanda ante un tribunal federal en la que acusan al Departamento de Policía de abuso de poder y exceso de fuerza en el control de los grupos de manifestantes que acudieron al centro de Los Ángeles. “Los recientes ataques policiales a nuestros colegas mientras cubrían las protestas no son solo incorrectos, sino también ilegales”, aseguró la organización en un comunicado. “El periodismo no es un crimen”, ha añadido.
El grupo espera obtener de los jueces una orden judicial que proteja a los periodistas de conductas indebidas por parte de los agentes de policía. Esto después de que las redes sociales se llenaran de videos que mostraban diferentes excesos de los uniformados en el control de las protestas. Los policías dispararon gases irritantes, balas de goma (a veces directamente hacia sujetos) y golpearon con sus porras a varios manifestantes, incluso cargaron contra estos montados a caballo. La grabación de una periodista australiana siendo impactada por un proyectil se hizo viral.
El club ha informado que no está buscando que los tribunales otorguen una compensación económica, sino que es un caso que pretende obtener una resolución que pueda hacer rendir cuentas al poder y a las autoridades. Los abogados están trabajando de manera gratuita y, de momento, la demanda se enfoca en la respuesta de la policía angelina a pesar de que otras fuerzas respondieron al llamado de Bass, entre estas la Oficina del Sheriff del condado de Los Ángeles, y la corporación estatal, la California Highway Police.
Cortesía de El País
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