Aunque Tenango de Doria es famoso por sus bordados llenos de animales fantásticos y flores estilizadas, este Pueblo Mágico también destaca por otra expresión artesanal igual de valiosa: su alfarería. Aquí, el barro es moldeado por manos expertas que transforman esta materia prima en utensilios de uso cotidiano y piezas decorativas que cuentan historias de su comunidad.
La tradición alfarera en Tenango de Doria tiene raíces prehispánicas. Los artesanos recolectan el barro de las montañas cercanas, lo limpian y preparan antes de moldearlo. Cada pieza es elaborada a mano, utilizando técnicas tradicionales, y pasa por un proceso de secado al sol antes de ser cocida en hornos rústicos. Entre las piezas más representativas destacan las cazuelas, ollas, comales y figuras decorativas, muchas de las cuales llevan motivos inspirados en los famosos bordados de la región.
Visitar los talleres de alfareros locales es una experiencia que conecta al visitante con las historias y tradiciones que se han transmitido de generación en generación. Además, al adquirir estas piezas, se apoya directamente a las familias que preservan este arte y que luchan por mantener viva su herencia cultural.
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