La arqueología demuestra que en la necrópolis de Saqqara se reaprovecharon ánforas romanas para crear un sorprendente sistema hidráulico

Se podría pensar que la reutilización y el reciclaje son prácticas recientes nacidas de la conciencia ambiental. Nada más lejos de la realidad: materiales como el papiro y la malla metálica ya se reutilizaban en el Imperio romano. Las excavaciones arqueológicas realizadas en 2023 en la necrópolis del Reino Nuevo de Saqqara han proporcionado un hallazgo singular que invita a reflexionar sobre la creatividad técnica y la reutilización de materiales en la antigüedad tardía. En un contexto marcado por la superposición de ocupaciones y el reaprovechamiento sistemático del espacio funerario faraónico, un pequeño sistema de drenaje construido con ánforas romanas tardías ofrece un ejemplo excepcional de las prácticas cotidianas de los siglos finales de la antigüedad. Este descubrimiento demuestra que los recipientes cerámicos podían disfrutar de una segunda vida en el marco de las obras edilicias.

El contexto arqueológico: Saqqara entre la antigüedad tardía y la Alta Edad Media

Durante la Antigüedad tardía, la necrópolis de Saqqara experimentó una profunda transformación. Los antiguos complejos funerarios se ocuparon, se modificaron y reutilizaron como hogares, talleres y espacios religiosos. Los niveles capas arqueológicos excavados en este sector reflejan una intensa actividad humana entre los siglos VII y VIII d.C., un periodo de transición entre el mundo romano tardío y los inicios de la dominación islámica en Egipto.

El hallazgo de las ánforas reutilizadas, que se produjo en el sector X83, al noreste de la tumba ramésida de Panehsy, se inscribe en este contexto cultural. Allí se documentó una instalación compuesta por cuatro ánforas reutilizadas. La instalación, que se ha identificado como contexto 571, se encontraba parcialmente dañada por un gran pozo de saqueo excavado entre los siglos XIX y XX.

Esta perturbación ha eliminado los niveles arqueológicos superiores, lo que dificulta la reconstrucción completa del edificio al que pertenecía el sistema de drenaje. Con todo, la asociación de la instalación hidráulica con suelos de adobe y un pavimento de losas de caliza ha permitido formular algunas hipótesis sobre su funcionamiento original.

Ánforas en Saqqara. Fuente: Paolo Del Vesco y Museo Egizio

Un sistema hidráulico construido con ánforas reutilizadas

La instalación consta de cuatro ánforas romanas tardías dispuestas para canalizar líquidos. Dos de ellas se colocaron horizontalmente en el suelo, mientras que las otras dos se insertaron, una dentro de otra, en el interior de un muro de adobe. La disposición alineada de los recipientes irevela que se usaron como conductos hidráulicos, probablemente destinados a evacuar agua u otros líquidos desde una superficie pavimentada.

La presencia de un orificio de drenaje perforado en una losa del suelo de caliza cercano refuerza esta interpretación. Aunque dicho orificio se selló en una fase de ocupación posterior, su presencia sugiere que el sistema estuvo operativo durante un tiempo limitado, antes de quedar fuera de uso por cambios estructurales o funcionales del edificio.

Detalle de la instalación de las ánforas
Detalle de la instalación de las ánforas. Fuente: Paolo Del Vesco; Museo Egizio; Alice Salvador

La elección de un tipo cerámico poco común

Uno de los aspectos más llamativos del hallazgo es la tipología de las ánforas empleadas para crear este sistema de canalización. En Saqqara, las ánforas más frecuentes en los contextos tardíos pertenecen al tipo LRA 7, ampliamente documentado como contenedor para el transporte de mercancías egipcias. Sin embargo, el sistema de drenaje se construyó exclusivamente con ánforas del tipo AE 3T-3.2, una variante menos común en el yacimiento.

Este tipo cerámico, fabricado con arcilla del Nilo y destinado, sobre todo, al transporte de vino, se produjo entre mediados del siglo VII y mediados del siglo VIII d.C. Sus cuellos anchos y robustos, con diámetros superiores a los de las ánforas de tipo LRA 7, los hacían especialmente adecuados para canalizar líquidos. La selección homogénea de un mismo tipo de ánfora sugiere, por tanto, una decisión técnica consciente, basada en las características morfológicas del recipiente.

La datación del sistema de drenaje se apoya principalmente en la cronología del tipo cerámico AE 3T-3.2. Dado que estas ánforas dejaron de producirse hacia mediados del siglo VIII d.C., la instalación no puede ser anterior a la segunda mitad del siglo VII. Según los arqueólogos responsables del estudio, es probable que el sistema se construyera en torno a la transición entre los siglos VII y VIII d.C.

Instalación de las ánforas
Instalación de las ánforas. Fuente: Paolo Del Vesco y Museo Egizio

Técnicas de modificación y reutilización intencional

El análisis detallado de los bordes y las fracturas revela que las ánforas se adaptaron al uso que se les buscaba dar. Al menos una de ellas presenta cortes regulares y limpios. Otras muestran fracturas compatibles con técnicas de desbastado y de percusión. Estos indicios apuntan a un proceso de adaptación intencional de los recipientes para su nueva función arquitectónica. Particularmente significativa resulta la inserción de un cuello de ánfora dentro de otro, una solución destinada a mejorar la impermeabilidad del conducto. En al menos un caso, las asas no se retiraron, una decisión que pudo contribuir a estabilizar el conjunto una vez enterrado.

Reutilizar ánforas: una práctica extendida en Egipto y el Mediterráneo

La reutilización de ánforas en Egipto tiene una larga tradición que se documenta desde la época faraónica. Sin embargo, fue durante el periodo romano y tardoantiguo cuando estas prácticas alcanzaron una sofisticación notable. Más allá de su uso como contenedores secundarios, las ánforas se adaptaron para ser usadas como elementos de construcción, ventilación, drenaje y almacenamiento.

Se han identificado paralelos del sistema de drenaje presente en Saqqara en yacimientos como Ashmunein, el monasterio de Juan el Pequeño en Wadi Natrun, Kellia y Fustat. En varios de estos casos, se observa la misma tendencia a seleccionar tipos cerámicos específicos para funciones concretas, lo que subraya un conocimiento empírico de las propiedades técnicas de cada recipiente.

Ortofoto de Saqqara
Ortofoto. Fuente: Paolo Del Vesco y Museo Egizio

Una segunda vida para las ánforas en la necrópolis de Saqqara

Este pequeño conjunto arqueológico ilustra de manera ejemplar cómo las comunidades tardías de Saqqara reutilizaron los materiales disponibles para resolver problemas prácticos. El hallazgo pone de relieve una economía del reaprovechamiento profundamente arraigada, en la que los objetos podían vivir dos veces y adquirir nuevos significados en contextos radicalmente distintos.

El sistema de drenaje de Saqqara constituye una evidencia elocuente de la adaptación técnica y la reutilización inteligente de recursos en un periodo de profundos cambios históricos. Las ánforas, concebidas originalmente para el comercio a larga distancia, se convirtieron en una solución hidráulica eficaz, adaptada a un entorno arquitectónico heredado del pasado faraónico.

Referencias

  • Gasperini, V. 2025. “You Only Live Twice: Reusing Late Roman Amphorae in Saqqara (New Kingdom Necropolis)”. Rivista del Museo Egizio, 9. DOI: 10.29353/rime.2025.7700.

Cortesía de Muy Interesante



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