La ‘caótica’ ruta arancelaria de Trump

La segunda administración del presidente Donald Trump adoptó una política arancelaria más agresiva bajo el argumento de diversas preocupaciones económicas y de seguridad nacional. Luego de su triunfo electoral el 5 de noviembre, el mandatario formalizó sus planes.

La primera advertencia fue dirigida hacia México, China y Canadá. Desde entonces, Estados Unidos protagoniza un constante vaivén de amenazas, órdenes ejecutivas, prórrogas y cancelaciones.

De acuerdo con el centro estadounidense Atlantic Council, la administración de Trump aplica los aranceles de tres maneras fundamentales, según los objetivos específicos de cada acción:

– Como herramienta de negociación. Utiliza los aranceles para ejercer presión sobre socios comerciales durante las negociaciones. Esta táctica aumenta la influencia de Estados Unidos y facilita la obtención de acuerdos comerciales más ventajosos.

– Como herramienta punitiva. Funcionarios de la administración explican que prefieren evitar las sanciones financieras para no incentivar la reducción del uso del dólar estadounidense. Por ello, eligen los aranceles como castigo o sanción, incluso en conflictos no comerciales.

– Como herramienta macroeconómica. Trump también usa los aranceles para alcanzar metas económicas más amplias. Busca proteger industrias estratégicas, como la del acero, reducir el déficit comercial y aumentar los ingresos por importación.

Cortesía de Expansión



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