La China Suárez, seductora en Linda, una película mucho más que erótica

Si bien es la China Suárez la protagonista casi absoluta de la película que estrena hoy, tras su paso por el Festival de Toronto -y probablemente la actriz de Abzurdah sea la que atraiga más público a las salas-, podríamos comenzar con la labor de su realizadora, Mariana Wainstein.

Tras escribir guiones para series de streaming tan disímiles como División Palermo, Barrabrava y Planners, ésta es su primera película como directora. Y no solo lo hace bien, sino que se ha preocupado por crear más tensiones y atmósferas en esa casa de clase alta donde transcurre casi la totalidad de la película, y optó sabiamente por mostrar menos -aquello de que a veces menos es más aquí cumple la regla- que transformar a Linda en una película solamente erótica.

Suárez, decíamos, es la protagonista. Llega desde San Juan para reemplazar a una prima como mucama en la casa de Camilo (Rafael Spregelburd) y Luisa (Julieta Cardinali). Linda, que así se llama, no solo hace honor al acortamiento de su nombre (que es Deolinda) sino que su belleza hace que por la casa no solo presumiblemente Camilo se sienta atraído por ella.

El matrimonio tiene dos hijos adolescentes, Matilda (Minerva Casero) y Ceferino (Felipe González Otaño, de La sociedad de la nieve, nieto del Otaño que fue capitán de los Pumas). Y poco a poco la presencia de Linda va a transformar la ya de por sí caótica relación entre esas cuatro paredes en otra cosa.

La China Suárez explota su belleza y sus dotes interpretativas. Fotos Star Distribution

La relación entre las clases sociales impregna a la película, y así como unos se sienten “superiores”, la mirada de Linda va más allá de la subordinación. De hecho, no quiere ponerse ni si quiera probarse el uniforme que usaba su prima, y que Luisa le pide que use.

Si la atracción y la tensión sexual va in crescendo -porque todos, papá, mamá, el hijo y la hija se sienten encantados, fascinados, hipnotizados por la recién llegada- mucho tiene que ver el poder de seducción de Linda.

Wainstein no le teme a exponer, y a sugerir más que a exhibir a algunos integrantes de la familia masturbándose pensando o siguiéndola a Linda desde las cámaras de seguridad.

Atracción no fatal. La China y Julieta Cardinali.Atracción no fatal. La China y Julieta Cardinali.

La China Suárez, provocativa

Pero ¿Linda quiere provocar, o lo que les pasa a los dueños de casa va solo por ellos?

Los contrastes entre la familia y Linda se ven multiplicados de manera exponencial cuando ella sirva como detonante o catalizador o impulsor de los problemas de la pareja, y de la situación de vulnerabilidad que tienen los chicos.

Linda es, también, una película que depende mucho de las actuaciones. La elección de Suárez es más que acertada, ya que sabe jugar con la manipulación y, cuando hace falta, se manda al frente y hace lo que quiere.

No solo el hijo adolescente de la familia (Felipe González Otaño, de No solo el hijo adolescente de la familia (Felipe González Otaño, de “La sociedad de la nieve”) se siente atraído por Linda.

Dentro de esta historia de deseos, Julieta Cardinali se juega con un papel tal vez más complejo que el que le tocó en suerte a Spregelburd. Como en otra novedad de este jueves, La sustancia, los personajes femeninos (sumar a Renata) tienen más hondura y protagonismo, y nada tiene que ver con que detrás de la cámara haya una cineasta dando sus primeros pasos.

Drama. Argentina, 2014. 100’, SAM 13. De: Mariana Wainstein. Con: China Suárez, Julieta Cardinali, Rafael Spregelburd, Minerva Casero, Felipe González Otaño. Salas: Hoyts Abasto y Unicenter, Cinemark Palermo, Cinépolis Recoleta, Avellaneda y Pilar, Showcase Belgrano y Quilmes.

1000 NIÑAS WORLD VISION

Cortesía de Clarín



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