La ciencia ahora tiene más datos sobre el origen de un montón de agua que está 100 km bajo la tierra

Debajo de la superficie de nuestro planeta, a más de 100 kilómetros de profundidad, existe un tipo de agua que lleva atrapada millones de años en la litosfera, es decir, en la capa superficial y rígida de la Tierra. A esta se le conoce como agua litosférica y se cree que alguna vez estuvo aislada del ciclo hidrológico terrestre.

Investigadores de la Universidad de Tsukuba analizaron  los átomos de hidrógeno y oxígeno de sus moléculas. El estudio, publicado en Journal of Hydrology, reveló que este tipo de agua atrapada durante milenios sigue trayectorias evolutivas únicas.

La evolución del agua

Mediante sofisticados modelos numéricos, los científicos rastrearon la evolución de los isótopos de hidrógeno y oxígeno en aguas termales del centro de Japón. Descubrieron que diferentes tipos de agua litosférica, como las salmueras en yacimientos petroleros, el vapor de los volcanes terrestres o el agua atrapada en volcanes submarinos, tienen una historia común que está relacionada con la actividad geológica.

Según los resultados, esta agua ha estado confinada en la litosfera durante un período de entre 1.5 y 5 millones de años. De acuerdo con Meteored, el equipo desarrolló una técnica que elimina los efectos de contaminación meteórica del agua a partir de los datos isotópicos de las fuentes naturales. Gracias a esto pudieron calcular la composición de las aguas en varios balnearios y la compararon con la de las aguas termales naturales.

El estudio también señala que la distribución de estas aguas puede dividirse en tres grupos principales en función de su evolución isotópica. Unos son consistentes con la subducción de la placa del Mar de Filipinas o la placa del Pacífico, mientras que otros muestran una evolución mínima y no se alinean con ninguna de las placas.

La conexión con terremotos y volcanes

De acuerdo con un comunicado de la Universidad de Tsukuba, estos hallazgos no solo revelan la compleja estructura tridimensional y la evolución de la circulación de las aguas ultraprofundas de la litósfera, también pueden ayudar a profundizar nuestra comprensión sobre qué papel juega el agua en la actividad sísmica y volcánica.

De acuerdo con los autores, este estudio también puede servir como punto de partida para desarrollar métodos que permitan anticipar eventos peligrosos y diseñar estrategias para mitigar sus efectos.

Los científicos eligieron las aguas termales naturales del centro de Japón porque en esta región se encuentra una gran grieta llamada Fossa Magna, donde se unen la placa euroasiática en el oeste y la placa norteamericana en el este. Además, la placa del mar de Filipinas se hunde debajo de estas dos, y la placa del Pacífico también se hunde debajo de la anterior, lo cual ha generado volcanes activos en la zona.

Cortesía de Xataka



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