Ciencia y mujer
Hasta no hace mucho tiempo (los años 90 del siglo XX), la medicina sostenía que las mujeres eran menos propensas a sufrir infartos. Se demostró después que los sufrían igual que los hombres, o más, solo que con distinta sintomatología. La razón de esa sinrazón no era otra que el hecho de que los ensayos clínicos se hicieran únicamente con varones, como si la anatomía de ellos representara la del conjunto de la sociedad independientemente del género. Fueron precisamente algunas doctoras las que dieron la voz de alarma. Este hecho constituye un ejemplo sencillo para entender cómo la perspectiva de género es necesaria para la evolución de la ciencia, para hacerla más completa y más justa, y de cómo las investigaciones en las que participan mujeres cambian el enfoque y descubren un mundo inédito en el conjunto del conocimiento. Hoy, que se celebra el Día Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia, es una buena ocasión para reflexionar sobre la marginación que todavía sufren las mujeres en esta área de conocimiento y sobre la necesidad de combatir las barreras y los prejuicios a los que aún se enfrentan a la hora de emprender carreras científicas o tecnológicas. Basta darse un paseo por un campus universitario para observar cómo aún en ese tipo de estudios son mayoría los chicos.
No es que ellas no tengan capacidades demostradas para el estudio matemáticas, las tecnologías, la medicina o la biología, es que les faltan referentes cercanos, tanto en su círculo social como en los medios de comunicación, en las series o en el cine, donde las científicas tienen mucha menor presencia, mientras que los estereotipos de género siguen aferrados al subconsciente de nuestra sociedad. El videojuego que hoy lanza el CREAF ilustra, por ejemplo, cómo el mismo recorrido académico se va llenando de obstáculos y dificultades en función de las discriminaciones o los privilegios de la persona que lo recorre. Y la discriminación de género sigue siendo la más evidente.
Sin embargo, la incorporación paulatina de las mujeres a las carreras científicas está revolucionando la investigación al dotarla de una perspectiva diferente. Ahora, gracias a la visión femenina en una amplia panoplia de estudios se empieza a entender mejor desde el alzhéimer a la prehistoria, pasando, obviamente, por el desarrollo de la Inteligencia Artificial. Porque la inclusión de las mujeres a la investigación no es solo una cuestión que atañe a la igualdad de género, al acceso igual de mujeres y hombres a todos los campos del conocimiento, es que además está permitiendo evitar sesgos equivocados en algunas conclusiones científicas –los estudios sobre las sociedades primitivas son un ejemplo de ello– y crear un conocimiento más completo y mas justo del pasado, del presente y del futuro.
La comunidad científica tiene cada vez más asumido que una ciencia rigurosa y efectiva tiene que ser inclusiva, porque la experiencia lo está demostrando cada día. Pero falta aún un trecho muy grande que recorrer para que las mujeres trabajen en esas materias en pie de igualdad con los hombres. Entre todos, desde luego las administraciones, pero también la sociedad civil, tenemos que seguir estimulando la incorporación de las niñas a las carreras técnicas y científicas y su integración en el mundo académico y en la investigación.
Cortesía de El Periodico
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