Recién salido de la casa, el domingo a la medianoche, hasta parecía contento. Y al día siguiente, en el debate, sentado en el banquillo de los que se fueron de Gran Hermano, Renato Rossini se paraba frente a cámaras más como un ganador que un perdedor. Antes de entrar a la casa, el lunes 2 de diciembre, el peruano decía que iba a convertirse en el triunfador del reality. Y en menos de dos semanas traspasó el umbral con la valija hecha, pero para volver al “afuera”.
Ese “afuera”, como dice la jerga del reality, en el espacio en el que los eliminados buscan culpables de su salida y evitan asumir su mal juego. No es su caso.
Carismático, conversador sin pausa y muy seguro de sí mismo, este martes al mediodía habla con Clarín en medio de un mar de palabras recurrentes que remarcan su gratitud a la nota, a Telefe, a Santiago del Moro, a la Argentina y su discurso sigue por varios minutos.
-¿Por qué te sacaron tan rápido?
-Porque me ganó la calentura de defender a los míos. Santiago (el participante uruguayo) hizo una mala jugada, una jugada fea, según mi criterio, con Papucho (Claudio), y eso me hizo librar mi propia batalla. Sentí que debía defender a mi amigo, porque ahí adentro te hacés amigos enseguida,. Y era él o yo.
-Y finalmente quedaste en el duelo final con Santiago y el público te sacó con el 92,3 por ciento de los votos negativos, todo un récord para historia del programa.
-Sí, y eso debería amargarme, pero te confieso que no me pasa. Obviamente hubiera querido seguir adentro y llegar hasta el final, pero estudié Marketing muchos años y sé interpretar las cifras desde distintas perspectivas. En este caso, yo leo eso como que estoy en radar de la gente. Incomodé, me hice notar. Digamos que soy el Guasón, el villano de una historia mal contada. Y Gran hermano se juega un 20 por ciento adentro y un 80 % afuera.
-Pero ese análisis lo hacés en función del peso del voto de la gente, ¿verdad?
-Sí, pero también en lo que uno pueda hacer antes de que se abra la chance del repechaje. Mi campaña por la vuelta ya empezó. Si pude batir un récord, ¿por qué no podré batir otro? Yo he pasado cosas terribles en mi vida y ésta no es la peor, ni mucho menos. Pero voy a hacer todo lo posible para que la gente me dé una segunda oportunidad.
Fan de Del Moro y Sol Pérez
-¿Qué estado emocional tenés, realmente, más allá de esa euforia en tu decir?
-Sinceramente estoy feliz. Formo parte del programa más visto de la televisión argentina, se está hablando de mí, a mí las cámaras me gustan y encima ayer (por el lunes) tuve la suerte de compartir estudio con dos personas que admiro mucho, de las que soy fan, como Santiago del Moro, que es el mejor conductor por lejos, y de Sol Pérez, que es un tipo de mujer que me encanta, fitness, inteligente, graciosa, sabe escuchar, sabe preguntar. Afuera voy a poder seguir jugando, ¿por qué debería estar triste? A ellos los empecé a ver hace mucho en la tele cuando yo salía con una chica argentina. Y apenas los descubrí quedé encantado.
Hijo del actor peruano Renato Rossini, Renato junior participó en Perú de la cuarta temporada del reality El gran chef famosos, ciclo del que salió eliminado en la quinta ronda. Por ahora no piensa volver a su país natal, donde siente que “la prensa no me ha tratado bien. Me quedaré aquí aprovechando este momento y haciendo campaña por la vuelta. Yo creo en los desafíos”.
Integrante del autodenominado grupo de “Los matienzos” dentro de la casa, imagina su podio para la final (en caso de que él no vuelva en el repechaje): “Sopa (Sofía), porque me gustaría que gane una mujer y porque tiene estrategia de juego, astucia, tiene actitud ganadora y es una bomba en cámara. Querría que segundo saliera Giuliano, pero se tiene que poner las pilas y no distraerse entre tanto triángulo amoroso. Él es de los que resuelven, si se desinfla la rueda de un carro él te la cambia en un segundo, si hay una mudanza él carga con todo, es una pieza clave en cualquier grupo. Y el tercer escalón es para Ulises, es inteligente, te dice las cosas en la cara y tiene claro quién es quién ahí adentro”.
Si por él fuera, la nota duraría horas. Tiene facilidad de palabra y un carisma que choca con el 92,3 por ciento de votos que tuvo en contra. O, capaz, su personalidad estridente sea la que explique la cifra. Por lo visto hasta ahora en GH Argentina, los personajes fuertes, como Alfa o Furia, no tienen destino de podio.
Cortesía de Clarín
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