Un juez de la Corte Suprema de Brasil advirtió al expresidente Jair Bolsonaro sobre la posibilidad de decretar su “prisión inmediata” por incumplir la prohibición de manifestarse en redes sociales. Bolsonaro, obligado a usar tobillera electrónica y a cumplir otras medidas cautelares, ratificadas este martes, debido a una investigación por presunta obstrucción a la justicia, hizo declaraciones a los medios que rápidamente fueron replicadas en redes, lo que motivó la advertencia judicial.
La decisión del juez Alexandre de Moraes responde a la aparición de videos en los que Bolsonaro aparece pronunciando un discurso el lunes ante varios seguidores en la Cámara de Diputados, donde además mostró la tobillera electrónica que está obligado a usar por orden del Tribunal Supremo. El proceso que enfrenta el exjefe de Estado y que puede condenarlo a una pena de 40 años de prisión, fue el principal motivo que llevó al presidente de Estados Unidos, Donald Trump, a anunciar un arancel del 50 por ciento adicional a las importaciones brasileñas a partir del 1 de agosto.
La advertencia de Moraes
El juez Alexandre de Moraes exhibió publicaciones de cuentas en X, Instagram y Facebook con videos, imágenes y textos de la intervención de Bolsonaro ante periodistas en el Congreso. Según Moraes el exmandatario, de 70 años, “pronuncia un discurso para ser mostrado en las plataformas digitales”. El juez llamó a los abogados de Bolsonaro a prestar esclarecimientos en un plazo de 24 horas “sobre el incumplimiento de las medidas cautelares impuestas, bajo pena de decretar su prisión inmediata”.
En una decisión anterior, Moraes había advertido que cualquier difusión de intervenciones públicas de Bolsonaro en las plataformas constituiría una violación de las medidas y el expresidente se arriesgaba a ser detenido. Bolsonaro, sin embargo, denunció lo que considera un acto de “cobardía” en su contra. La Corte Suprema decidió mantener las restricciones que Moraes impuso a Bolsonaro, en una sesión virtual, por cuatro votos a uno.
Solo el juez Luiz Fux votó en contra al considerar que restringen “de forma desproporcionada los derechos fundamentales, como la libertad de circulación y la libertad de expresión y comunicación, sin que exista una demostración concreta de los requisitos que legalmente autorizarían la imposición de esas cautelares”. Moraes defendió la imposición de las medidas restrictivas ante la existencia de indicios de delitos de “coacción, obstrucción” de justicia y “atentado a la soberanía nacional”, según un informe de la policía federal.
Las medidas cautelares, ahora ratificadas, incluyen el uso de una tobillera electrónica para monitorear los movimientos del expresidente, quien además tiene prohibido salir de casa entre las 19 y las 7 horas, así como los fines de semana, y usar sus redes sociales. Tampoco puede contactar con embajadores y diplomáticos extranjeros, ni acercarse a las embajadas, y se mantiene la prohibición de mantener contacto con otros procesados, entre los que se encuentra su hijo y diputado, Eduardo Bolsonaro, quien se encuentra en Estados Unidos.
“La tobillera es una humillación máxima”
Pese a todo, el exjefe de Estado se reunió el lunes con aliados políticos en el Congreso y a la salida exhibió la tobillera electrónica y arremetió contra la Corte Suprema. Durante un discurso improvisado ante simpatizantes, Bolsonaro volvió a insistir en su inocencia y reiteró que la tobillera es una “humillación máxima”. “No robé las arcas públicas, no desvíe fondos, no maté a nadie, no trafiqué con nadie. Esto es el símbolo de la máxima humillación en nuestro país”, afirmó el líder de ultraderecha.
El presidente de la Cámara de Diputados de Brasil, Hugo Motta, frustró este martes la intención de un grupo de legisladores de ultraderecha de rendir “homenaje” en el recinto a Bolsonaro. En señal de protesta, diputados opositores desplegaron en una de las salas una bandera en apoyo al presidente de EE.UU., Donald Trump. Bolsonaro era esperado en las comisiones de Seguridad Pública y de Relaciones Exteriores, cuyos trabajos fueron retomados por aliados durante el receso parlamentario, pero decidió no acudir tras la amenaza de Moraes.
La advertencia del juez fue condenada por los diputados y senadores bolsonaristas que se reunieron el lunes con el expresidente en el Congreso. “Otra orden de censura”, denunció en rueda de prensa el diputado Sóstenes Cavalcante, líder del Partido Liberal de Bolsonaro en la Cámara Baja. El portal Metropoles de Brasilia informó que el exmandatario brasileño debió cancelar una entrevista que daría por sus redes sociales.
Eduardo Bolsonaro se apartó en marzo de su cargo de diputado y se mudó a Estados Unidos, donde lleva adelante una campaña para que el gobierno de Trump interceda por su padre. La Corte Suprema brasileña ordenó este lunes el bloqueo de las cuentas bancarias del diputado. La medida, que es confidencial, fue ordenada por el juez Moraes y confirmada por el propio Eduardo Bolsonaro en una entrevista dada por el parlamentario al podcast Inteligencia Limitada, en la que señaló que también se le prohibió comunicarse con su padre.
“Alexandre de Moraes acaba de bloquear mis cuentas bancarias, debió ser en nombre de la democracia”, ironizó el diputado desde Estados Unidos. Luego en la red social X, Eduardo Bolsonaro calificó el acto del magistrado como una “decisión arbitraria y criminal” y lo acusó de querer silenciar sus denuncias ante la comunidad internacional. El líder del Partido de los Trabajadores (PT) en la Cámara de Diputados, Lindbergh Farias, pidió a la Corte Suprema una suspensión cautelar del mandato y un bloqueo inmediato de la remuneración y el salario del hijo del expresidente.
Guerra comercial y caída de ventas
El cerco judicial sobre Bolsonaro provocó un duelo diplomático entre Estados Unidos y Brasil. El presidente Donald Trump anunció aranceles del 50 por ciento para las exportaciones brasileñas a partir de agosto por lo que considera una “caza de brujas” contra su aliado. Con ese mismo alegato, el Departamento de Estado suspendió la semana pasada los visados de ocho de los once magistrados de la Corte Suprema de Brasil.
Trump insiste en que Brasil “cambie de rumbo” y “deje de atacar” al ultraderechista brasileño. Lula, por su parte, denuncia un “chantaje inaceptable”. Moraes justificó el viernes pasado las restricciones sobre Bolsonaro al acusarlo de incitar “actos hostiles” de EE.UU. contra Brasil para obstruir el juicio que enfrenta por un presunto intento de golpe en 2022.
Los primeros resultados económicos de la guerra comercial se empiezan a sentir en Brasil. Los aranceles adicionales impuestos por Trump redujeron las ventas de carne brasileña a los estadounidenses, incluso antes de que entre en vigor el recargo del 50 por ciento previsto para el 1 de agosto. En abril, mes en el que Trump empezó a imponer el impuesto adicional del 10 por ciento, las exportaciones de carne brasileña a EE.UU. alcanzaron las 47.800 toneladas. Sin embargo, en menos de tres meses, el volumen se desplomó: en mayo se registraron ventas de 27.400 toneladas y la baja se mantuvo hasta este mes, con un 80 por ciento acumulado de caída.
Cortesía de Página 12
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