La tensión entre las dos principales figuras del panismo en Guanajuato se encamina a convertirse en la primera prueba de acido para el liderazgo de Jorge Romero en el principal partido de oposición.
La relación entre la gobernadora Libia García Muñoz Ledo y la alcaldesa de León Alejandra Gutiérrez parece, de momento, haber alcanzado un punto de no retorno especialmente por los niveles de agravios públicos y privados que existen entre ambas gobernantes.
Se trata de una pelea que viene desde el año pasado, cuando García Muñoz Ledo terminó siendo la elegida del entonces gobernador Diego Sinhue para su sucesión. Gutiérrez, como alcaldesa del principal distrito del estado, aspiraba a la gubernatura pero finalmente asumió la decisión de Sinhue y optó por reelegirse en León.
En el primer año de convivencia entre Gutiérrez y García Muñoz Ledo la confrontación ha ido a más. Es notable: en ambos campamentos se reitera la acusación mutua de algún tipo de contubernio que permitiría el ascenso de Morena en la entidad del Bajío.
Cerca de la alcaldesa señalan al Ejecutivo estatal de una serie de acciones en la prensa tendientes a erosionar su imagen, fundamentalmente la publicación de cuestiones patrimoniales.
Gutiérrez también le ha señalado a Romero, en una reunión en la CDMX, una fuerte injerencia del ejecutivo estatal sobre los integrantes panistas del cabildo de León, así como también cierta asfixia económica a las finanzas de la alcaldía.
Para Romero es una situación compleja porque este sábado espera ratificar los nuevos estatutos del PAN y sería un problema para su liderazgo que dicha ocasión coincidiera con la salida del partido de su alcaldesa más importante en términos de captación de votos.
Gutiérrez ha sido contactada, ya desde el 2024 por MC, aunque en su entorno no descartan explorar la vía de una construcción independiente, siempre y cuando no se logre un acuerdo con la cúpula panista.
Cortesía de La Política Online
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