“Mi San Juditas Tadeo te traigo lo que te debo, estas flores y una banda. Gracias por cuidarme tanto, por bendecir mi trabajo y a todos los de mi casa. Gracias por siempre escucharme y por darme tanto, pa’ mí eres un santo que es muy milagroso; y en este día de tu santo por eso te canto, espero te encuentres feliz y dichoso”.
Gerardo Díaz y su Gerarquía
“¿Y qué pasa si somos nosotros los que estigmatizamos? ¿Qué tal si esas etiquetas que ponemos son reflejo de un clasismo interiorizado que no terminamos de aceptar?”, dice Rolando Macías, sociólogo, historiador y antropólogo por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y por la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), que si bien la devoción a San Judas Tadeo se da en zonas urbanas o en las periferias de las ciudades (no sólo de la Ciudad de México), los medios de comunicación han creado “la primera pauta de ese gran estigma que se desarrolló sobre quienes son los devotos de San Judas”.
Hoy, 28 de octubre, en el calendario católico, se celebra a San Judas Tadeo y miles de devotos se dan cita en diversas iglesias y templos dedicados a él alrededor del país, sin embargo, es en el templo de San Hipólito en donde la fiesta va más allá. Cientos se congregan para agradecer y reconocer la labor de este santo en sus vidas, unas marcadas por la enfermedad, la falta de trabajo, la precarización y el consumo de sustancias prohibidas.
Almas que buscan ayuda ponen su fe ciega en San Judas Tadeo y este 28 de octubre agradecen que el reconocido como “Santo de las causas difíciles”, haya estado ahí cuando nadie más lo estuvo.
La estigmatización sobre los devotos de San Judas Tadeo cae al momento de etiquetárseles como criminales, delincuentes, drogadictos o pobres, sí, reflejando ese clasismo que no terminamos de aceptar que tenemos los mexicanos.

Pero, ¿de dónde nace este estigma?
El padre José de Jesús Aguilar Valdés, habló para El Heraldo de México, y refirió que la estigmatización, particularmente en la Ciudad de México, debe partir de varias premisas. La primera: la confusión con Judas, el traidor a Jesús.
Hay que tomar en cuenta que hay una gran confusión sobre San Judas Tadeo; en primer lugar, porque algunos pensaban que se trataba de Judas, el traidor. Durante mucho tiempo Judas traidor no recibió culto, precisamente porque la gente pensaba que había solamente un Judas.
Fue a partir de los jesuitas, particularmente el siglo XVI, cuando comienzan a darlo a conocer como un apóstol de Jesucristo que fue fiel y llegó hasta el martirio. Entonces, ahí es donde empieza un poquito el seguimiento a San Judas Tadeo y algunas personas que no conocían eso dicen: “¿Cómo que estás siguiendo al traidor? ¿Cómo que estás dando culto al traidor?” Ahí hay una primera estigmatización por ignorancia.
Sin embargo, dice, también hay una estigmatización por cuestión de derechos de autor. “Todos sabemos que las estampas, particularmente de los santos, provenían antes de España y de Italia. Magníficas impresiones que evidentemente, tenían derechos. ¿Qué es lo que pasa con algunas personas para evadir los derechos y poder sacar dinero? Lo único que hacen es invertir la imagen.

Al invertir la imagen, dicen, “ya no es la misma, yo puedo capitalizar el dinero que saco de su venta.” En México, por lo tanto, las estampas con el San Judas Tadeo ordinario ya hacen que tenga el bastón de un lado. Al invertirlas hace que tenga el bastón del otro lado y aquí surge un chisme que se extiende diciendo que las imágenes donde tiene San Judas el bastón del lado derecho son las que cuidan, protegen a la gente buena y las que tienen el bastón en el lado inverso, en el lado siniestro, son de las imágenes que recuerdan que San Judas protege también, como dice popularmente, a los malandros”.
El sacerdote nos explica que esa es la razón por la cual un grupo de personas “drogadictos, delincuentes, narcotraficantes, etcétera”, llegan a pensar que San Judas Tadeo los protege, cuando” evidentemente ningún santo, ningún apóstol podría proteger a alguien que se dedique al mal”.

‘No me siento estigmatizada’
María habla para El Heraldo de México en el marco de la celebración por el 28 de octubre y al pie del templo de San Hipólito, ubicado a un costado de la estación Hidalgo, de la Línea 2 del Metro de la CDMX, refiere que ella no se ha sentido nunca discriminada por su fe.
Me sacó a mi hijo, me ha ayudado a salir adelante, el trabajo, me ha dado mucho trabajo, ser madre soltera para mí ha sido muy pesado, pero gracias a que le he rezado a San Judas, me ha ido muy bien. Hay mucho drogadicto y ratero, pero no todos somos iguales. No me he sentido estigmatizada.
Mauricio Rocha, de Iztacalco, por ejemplo, acude a San Hipólito guiado por su fe y refiere que la percepción negativa que reciben los fieles de San Judas Tadeo es “negativa porque generalizan; ignorancia tal vez”. Dice que no ha recibido nunca discriminación ni ha sentido rechazo pues todo esto “es amor, es bondad, es muchísima fe”.
Gabriela nos dice que su madre padece diabetes y tuvo una complicación, pero gracias a San Judas Tadeo logró recuperarse. Al igual que María y que Mauricio, no ha sentido rechazo por su fe.
En cambio, el padre José de Jesús nos cuenta una historia en donde la estigmatización sí se hizo presente: “la historia que yo te puedo contar de alguien que estigmatizaron sobre San Judas Tadeo no fue tanto por la fe en sí misma, sino porque esta persona se tatuó 12 imágenes en el cuerpo, de San Judas Tadeo. Eso hizo que su familia particularmente lo haya considerado como algo de pésima clase, de pésima educación, algo contra su salud, porque consideraron que el tatuaje era algo negativo y sobre todo porque la familia tenía en su mente que los tatuajes solamente se los hacían los reclusos, ¿no? Creo que este tipo de pensamientos sobre los tatuajes ha ido cambiando, pero a esta persona la estigmatizaron precisamente por eso”.

Los ‘tepichulos’ y las ‘guapiteñas’
Rolando Macías, sociólogo, historiador y antropólogo por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y por la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), nos explica que él comenzó con la investigación sobre la estigmatización a raíz de estudios socioeconómicos, pues una de las preguntas que se les hacía recurrentemente a quienes se les aplicaba el test, tenía que ver con religión.
“Muchos de los que intentaban entrar a la empresa donde yo trabajaba colocaban a San Judas Tadeo. No ponían católico, no ponían una religión, sino ponían San Judas Tadeo. Comencé un poco a indagar y lo primero que me salieron fueron un par de trabajos académicos y un par de notas del periódico El País, de España (2010, 2011), en que precisamente lo que hacían notar era el aspecto de esa diferencia, ese estigma asociado a la criminalidad, a barrios bajos, la pauperización, etcétera, la marginación sobre todo.

Si bien hubo un momento en el que sí hubo mucha estigmatización, sobre todo cuando se empezó a asociar a que un devoto de San Judas también era devoto voto de la Santa Muerte o unidos, ahí entre los dos con Malverde. Ahí es donde se empezó a hacer y visualmente pues los que se les llaman los tepichulos, guapiteñas, reggaetoneros, todas estas juventudes, insisto, son los más visualmente diferentes, pero realmente dentro de la devoción hay un montón de sectores que no tienen nada nada que ver y eso fue a mí lo que más me llamó la atención”.
Refiere, entonces, que de ahí surge la idea de que esta devoción está relacionada con la delincuencia o la marginalidad:
Eso ayudó mucho a que en efecto cuando empezaron a ver presencia de muchos delincuentes que llegaban a las cárceles, pues resulta que tenían tatuaje de la Santa y de San Judas o de San Judas y de Malverde ¿no?
Entonces era este binomio que generalmente viene junto y precisamente esto, aunado a que además, o sea, si uno va cualquiera de los 28 y más como decíamos en octubre, vemos a gente que va a salir del trabajo, o sea, gente normal, vamos a decirlo así.
Sin embargo, si ves a alguien con una vestimenta totalmente diferente, los reflectores siempre van a ir para allá, ¿no? O sea, lo cotidiano no, no es noticia. Sin embargo, lo que se ve diferente es hacia donde se nota. Entonces, eso provocó y claro, tú vas y tú los entrevistas y sí, lo frío que te dicen, “Sí, este soy, de tal barrio, aquí tengo estos gustos”

Las causas difíciles, asociadas a la precarización
Una de las causas por las que se estigmatiza a los fieles creyentes de San Judas Tadeo, es la precarización. Desde pedir trabajo porque no se tiene, pedir salud porque se padece alguna enfermedad, pedir por seguridad porque en las zonas en las que viven hay delincuencia… Todas ellas, son causas que provocan que a los fieles de este santo, se les coloque una etiqueta negativa:
Porque San Judas es un un símbolo, vamos a dejar de lado un poco la parte religiosa, santa, ¿sí? Es un símbolo que te puede resolver a cualquier tipo de persona cualquier cosa que sea imposible. Una de mis principales entrevistas fue a una niña de 14 años que iba a dar gracias al santo. ‘¿Por qué vienes?’, le dije. ‘Es que me permitió pasar mi examen de matemáticas’. Claro, uno dice, “pues eso no es imposible”. Pero para ella lo era, ¿no? Y por otro lado tienes a la señora que está sin tener trabajo durante tres meses y le viene a solicitar el conseguir trabajo, y tienes al señor que le cure una enfermedad, etcétera. Entonces, esto hace que San Judas se vuelva especialista en lo que sea imposible para cada una de las personas. Porque una de las variables principales que tenemos en las ciudades es la cantidad de personas, ¿sí? A un lado al espacio, entonces constantemente tenemos un roce, un conjunto de variables que se van rozando en que podemos encontrar o no trabajo, salud, dinero, etcétera, etcétera. Entonces, las personas necesitan constantemente algo de que asirse. En esta circunstancia es cuando San Judas aparece.
De acuerdo a Macías, en los últimos años ha habido un cambio, tomando en cuenta el papel de los medios de comunicación, quienes también aumentan esta estigmatización.
“Afortunadamente los últimos, yo creo que unos 5 o 7 años, donde dio el boom de las redes sociales, por decirlo de alguna manera, creo que también los medios de comunicación entendieron y se dieron cuenta que hay que hacer (sí una nota muy distinguible), pero también podemos tener otro conjunto de notas que se puedan abrir a las otras miradas, ¿no? Entonces, ahí el papel que tienen y que han jugado ciertamente los medios de comunicación masivos han sido fundamentales”, sentenció.
Cortesía de El Heraldo de México
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