La dicha en movimiento, la película con música de Los Twist que se generó en la pandemia, pensando que todo lo malo se termina

La dicha en movimiento es una película del director Maxi Gutiérrez que se estrena el 20 de noviembre y cuenta la historia de amor de Mario (Kevsho) y Ana (Ornella D´elia), que trascurre principalmente en los Estudios Panda cuando en abril del ’83, todavía en dictadura, la emblemática banda Los Twist grababan, (en 29 horas y media) su álbum debut homónimo al filme, y que marcó un hito en la historia musical argentina.

¿Cómo fueron aquellos años en los que Pipo Cipolatti (a quien aquí interpreta Julián Cerati), Fabiana Cantilo (la hace Sofi Morandi), Daniel Melingo y Charly García (productor del disco) se reían del presente más despiadado, mientras algunos abandonaban la adolescencia para darle paso a la adultez?

¿Qué mejor función pueden tener los recuerdo que no sea ilustrar el futuro? Eso pudo haber pensando Maxi Gutiérrez frente a sus estudiantes de 5º y 6to año de una escuela de San Isidro a los que les daba teatro y cine, aquella mañana que los sentía “en otra”.

A pesar de que los veía por zoom, su mirada atenta de docente los percibía caídos, desmotivados, abrumados. Corría el año 2020 y afuera el país y el mundo estaban atrapados por una pandemia tan distópica que había vuelto la respiración del otro como un peligro y el contacto como una utopía.

Desafiante tarea la del docente, invitar a contar historias a adolescentes que estaban viviendo la peor de todas. Sin embargo, algo de aquellas miradas activó un recuerdo de su propia mirada, cuando tenía esa edad. Una evocación de explosión y alegría como respuesta a otra opresión que sufrían aquellos jóvenes de principios de los ’80, que a pesar de todo supieron marcar su andar con goce, o, mejor dicho: Su dicha en movimiento.

“Necesitaba explicarle a los chicos que lo que estaban viviendo, de encierro y aislamiento, no iba a ser eterno. Que siempre, después de la opresión, hay un desahogo. Entonces agarré este disco como ejemplo. Les conté que en 1982 con la prohibición de la música en ingles por la guerra, aparecieron muchas bandas en castellano, para llenar espacios en la radio. Y una de esas, en menos de 30 horas y bajo la producción de Charly García, sacó un disco lleno de ironía y talento que fue la primavera que vino después del invierno”, rememora Gutiérrez en el comienzo de la charla con Clarin.

Y agrega: “Yo les decía que esta sensación de desolación que parece no terminar más, tarde o temprano puede ser un gran desahogo para escribir, crear y componer”.

Maxi Gutiérrez es el director de Maxi Gutiérrez es el director de “La dicha en movimiento”, una película que se le ocurrió dando una clase de guión, por zoom, durante la pandemia. Foto: Guillermo Rodríguez Adami.

Esa clase, fue el hecho fundante de lo que sería la película. “Luego de eso, que no fue nada más que un ejemplo, me quedó dando vueltas en la cabeza la idea de hacer con esta historia una película. Y contar cómo aquel y este momento de oscuridad, pueden generar las condiciones para una explosión artística y creativa”, suma.

El amor (antes) y después del amor

Para hablarles a los chicos del presente a través de los ojos de aquellos chicos del pasado había que matchear esos espíritus inconformistas y por consiguiente rebeldes, separados por 40 años de alguna manera. ¿Y qué mejor que con un romance en el centro de la escena?

“El amor es el hecho fundante de la historia. Él (Mario) hace todo lo que hace antes que nada porque se enamora de Ana y nada tiene sentido por fuera de eso. Si bien el contexto socio cultural es importante, no es una biopic, sino una historia que ocurre mientras trascurre la grabación de unos de los discos más exitosos de fondo. Como si fuera una especie de mamushka: Una muñeca rusa dentro de otra muñeca rusa”, explica el director.

Sofi Morandi, como Fabiana Cantilo, en Sofi Morandi, como Fabiana Cantilo, en “La dicha en movimiento”.

-Jugando con tu profesión de docente, un colega tuyo de física podría coincidir en que inevitablemente de una gran presión sólo se sale con una explosión.

-Es una manera más física o más científica de decirlo, pero sí es eso. Creo que La dicha movimiento fue una explosión creativa, colorida, espontánea, súper alternativa y muy inspiradora para toda una generación. Y no solamente ellos: también lo fueron Soda Stereo, Los abuelos de nada, Virus. Fueron un montón de cosas que pasaron ahí, que surgieron, y que no podían estar más tiempo reprimidas.

La escena cambió y Los Twist fueron grandes protagonistas de eso porque pusieron otro tono a lo que pasaba en la calle. Trajeron un sonido mucho más cercano al rock norteamerciano de los ’50 y nadie había hecho eso acá. Creo que eso también fue parte de lo llamativo, de lo colorido, de la nueva matriz. Pero además letras súper ácidas que se reían de todas las cosas de las que no se podían reír en una sociedad tan conservadora. Estos tipos en código de humor pusieron la realidad patas para arriba.

-¿Cómo fue hablar con Pipo y el resto de los protagonistas y contarle esta idea, en la cual sus vidas iban a ser parte de una historia de ficción?

-Con Pipo me junté en el bar donde tiene la oficina. Me acuerdo que hacía mucho calor, un 22 de diciembre. Le llevé la idea y me dijo que no de una. Y le dije: “Déjame que te lo cuente”. De entrada me dijo que nunca vería una biopic, porque todos los directores de cine que hacen biopic, le parecen unos pelotudos. Entonces ahí le conté, que no era una biopic de Los Twist, sino la historia de un pibe que atraviesa por ese mundo mientras se enamora y madura. Pero la historia del pibe podía pasar en otro momento, o en otro universo.

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Tráiler de “La dicha en movimiento”

Es decir, es un chico que se enamora de una chica, que lo cita en un lugar donde está pasando esto. Ahora, puede ser que lo cite en el lugar donde graban un disco rupturista, o en Once, cuando fue la tragedia con el tren. Eso es lo diferencial de la película, Y eso le gustó, y me dijo “perfecto”

Después con los años nos fuimos haciendo amigos, y me reconoció que nunca hubiera aceptado hacer la biopic y que le pareció interesante esta mirada, porque era un aporte a lo que había pasado. Y lo curioso es que Daniel Melingo me dijo lo mismo. Primero me dijo que no, y después cuando le pude explicar que no se trataba de un documental , sino de Los twist y la grabación del disco decorando una historia, también me dijo que sí.

Pipo Cipolatti, de Los Twist verdaderos, tiene un rol en Pipo Cipolatti, de Los Twist verdaderos, tiene un rol en “La Dicha en Movimiento”.

-Desde lo técnico y el uso de la imagen de los personajes reales, ¿tuviste algún tipo de problemas?

-No, nosotros tuvimos un acuerdo con los personajes de la película, y a partir de ahí empezamos a armar un contexto. Es muy difícil poner el punto de vista en cualquiera de los protagonistas de esa historia. Porque eran muchos: Twist, Charly, el sonidista, el productor, el representante. Hay un montón de gente y era inabarcable eso.

Creo que la decisión de contarlo desde una persona exógena a la historia real, un observador que no tenía conciencia de lo que podía pasar con esa grabación, coincide con la idea de que ni ellos mismos (los personajes reales) imaginaban lo que podía provocar La dicha en movimiento en la historia del rock nacional.

Y este chico con su historia personal atraviesa ese estado de ánimo. El estado de ánimo y el contexto funcionan un poco como decorado de la historia de este pibe, que simplemente atraviesa por ahí. No se detiene a mirar, a preguntar, simplemente pasa y vos estás todo el tiempo viendo el decorado atrás, pero igual que Los Twist en aquel momento, Charly y todos los que estaban trabajando en eso, no eran conscientes del impacto que iba a tener este disco, este chico tampoco. O por lo menos hasta muy adelantada la película.

Maxi Gutiérrez creció con el rock argentino de los '80. Y el disco Maxi Gutiérrez creció con el rock argentino de los ’80. Y el disco “La dicha en movimiento” fue una revelación para él. Foto: Guillermo Rodríguez Adami

-¿Y la actuación de Pipo lo tenias pensado de entrada?

-Quería que actuaran los dos: Daniel y Pipo. Daniel me dijo que no, que no le interesaba. Pipo me dijo que sí. Pipo es un actor total y es un artista completísimo. Me dijo que le encantaría, porque nunca había hecho cine y le encantaría inmolar su imagen en el cine argentino. Así que no hubo mucho problema. Inmediatamente había un rol para él y lo entendió perfectamente.

-¿Recordás cómo descubriste el disco?

-Sí. Yo me crié dentro de un club cerrado en Cañuelas. Y para nuestros padres era una tranquilidad dejarnos adentro de esa burbuja. Y me acuerdo que un pibe que era DJ, que era un poquito mayor que nosotros, trajo el disco. Y nosotros íbamos por esas calles con esas canciones. Estamos hablando de gente de plata y nosotros pasábamos cantando: “Los Twist, Gardel y Perón” ¿Sabés el acto de rebeldía que era decirse peronista ahí?

A nosotros se nos hizo carne ese texto y cada vez que lo repetíamos era una manera de decir, “rompamos todo”, era una manera de revelarnos de lo que nos pasaba. Ahí lo descubrí. Después cuando salía de esa burbuja veía que ese disco no sólo había cambiado mi vida, sino la de un montón de personas. Todos queríamos ser Pipo o Daniel. Yo quería ser Daniel que estaba con los Abuelos y con Charly, era una súper figura.

“La dicha en movimiento”. La película se iba a llamar “29 horas y media”, que fue lo que se tardó en grabar el primer disco de Los Twist.

Charly, el que nació para mirar lo que pocos pueden ver

Sin spoilear demasiado, hay algo que pasa con la figura de Charly García, el productor del disco, y casi que diría el productor de todo lo que culturalmente fuimos construyendo como país desde hace ’50 años. Su personaje es responsable de todo lo que pasa en la película y a la vez no termina de mostrarse entero nunca. Está y no está; casi como un dios, como un faro, que desde la nebulosa guía nunca se alcanza.

-Es muy preciso lo que decís. por supuesto que Charly es mucho más que el gran productor del disco. Entonces a la hora de pensar y contar esta historia, ¿cómo hablar del rol de Charly? Era todo un desafío.

-Decidir cómo contar a Charly García, por todo lo que implica para todos nosotros, para todos los que nos gusta la música, y los que pertenecemos a esta generación y a más generaciones, era muy groso. Porque para nosotros, Charly es una especie de Dios, en el sentido que es guía. Como decís vos, una especie de faro. Y cada uno tiene su Dios y lo tiene a su imagen y semejanza. Cada uno crea su Dios. Hay muchos Charlys. Yo me lo imagino de una manera, pero vos lo imaginas de otra.

Entonces, me pareció que la manera más justa era no mostrarlo. Que sea una persona, o un ente, muy presente en toda la película (porque todo pasa a su alrededor), pero que permita que cada uno ponga allí a su propio Charly. Porque no me sentí (no me siento) capacitado para darle al espectador una versión de Charly final. Me parecía un acto de muchísima soberbia como director darte una imagen de Charly.

Maxi Gutiérrez tuvo que convencer a Pipo Cipolatti y Daniel Melingo para poder hacer su película Maxi Gutiérrez tuvo que convencer a Pipo Cipolatti y Daniel Melingo para poder hacer su película “La dicha en movimiento”. Foto: Guillermo Rodríguez Adami

-Por una cuestión generacional, vos tenías en 1983 la edad de los protagonistas. ¿En qué momento dijiste: “Acá encontré la juventud de los ’80”.

-En el concierto en Marabú. Cuando cantan Jabones flotadores y se da el primer encuentro. Yo estuve ahí con 15 o 16 años y recuerdo haber vivido eso. Cuando estábamos filmando esa escena, me volví a sentir con 17 años. Y después cuando quiere llamar con un cospel y otros guiños ochenteros.

Pero, ¿sabes cuándo más la encontré? En la relación del pibe con su papá. En las imposiciones de trabajar o estudiar. Y eso es lo que vivíamos nosotros en ese momento. Una situación muy binaria, no había opciones: o esto, o lo otro. Punto.

También el personaje de Romina Richi. Excelente, de los que más conmueven, haciendo una madre sumisa, que acepta los envistes de su marido y personifica muy bien su época. La crítica soslayada, sutil, que hace Romina de una sociedad machista es realmente impresionante.

“Hola, mis amigos, nosotros somos Los Twist”. “La dicha en movimiento”, de Maxi Gutiérrez es reflejo de un amor en los años ’80.

-No puedo dejar de pensar que atrás de todo hay un docente que le hablaba a sus estudiantes. ¿A quien le hablas además de a tus alumnos con esta película?

-También les hablo a mis hijos, le hablo al adolescente que fui yo, a los chicos que trabajan conmigo en distintas películas o en comerciales. Y el mensaje es que no se pueden detener las corrientes por más que se encuentren con una piedra. Cuando el agua está bajando y se encuentra con una piedra, le da la vuelta y sigue. No se puede frenar y eso es lo que tienen que entender los chicos; que cada uno de nosotros nos construimos a partir de las obstáculos.

-Hay una cosa que a mí como docente de guión que soy me encanta decir, siempre se habla de la transformación positiva de los personajes que se dan en el 95% de las películas. Y es muy curioso, si empezás a analizarlo técnicamente, todas las películas para que sean entretenidas o para que tengan una trama, se construyen a través de distintos conflictos, que tiene que superar. Ergo, si vos te ponés a hacer la fórmula, la construcción positiva de un personaje se hace a través de la superación de conflictos.

Entonces, volviendo a tu pregunta, ojalá que la película sirva para inspirar a todos los pibes que tienen la duda y dicen: “Che, yo no sé si seguir estudiando esto, no sé qué hacer de mi vida”, les diría que no, pierdan el foco, que no pierdan el faro de donde está su propósito, porque a la larga van a llegar.

-Y que no se alejen de su Charly.

-Exacto, que no se alejen de su Charly, me encanta.

Cortesía de Clarín



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