La dura lucha contra esa voz interna: claves para entender el trastorno obsesivo-compulsivo (TOC)

En la actualidad, millones de personas en todo el mundo centran sus esfuerzos en mantener a raya todo tipo de virus, bacterias y gérmenes en general, y especialmente a raíz de la pandemia de covid-19; otros, se afanan en salvaguardar el orden (su orden) de las cosas, y para ello, no dejan de hacer listas, contar baldosas o comprobar el número de latas de conserva que guardan en la despensa. Todas estas personas viven esclavizadas por estos y otros pensamientos que se concretan en una patología mental conocida como trastorno obsesivo-compulsivo (TOC).

El problema es que estos pensamientos martilleantes, limitantes y recurrentes solo pueden acallarse con gestos, comportamientos y actitudes igual de repetitivos y que pueden llegar a dominar por completo el día a día de la persona afectada, lo que resulta desesperante y agotador.

“Es como si llevara una mochila de veinte kilos a la espalda y tuviera que realizar las mismas tareas que hacen los demás sin cargar con ese peso”, asegura a MUY el presidente de la Asociación del Trastorno Obsesivo Compulsivo de Madrid, Antonio Galán, quien fue diagnosticado de TOC cuando tenía veintisiete años, después de visitar la consulta de muchos psicólogos que no supieron dar con las causas de su problema. Y añade: “Sin embargo, con terapia y compromiso, te haces más fuerte y puedes llevar esa mochila con comodidad”.

La visibilidad del trastorno

Precisamente este viacrucis de consulta en consulta que tuvo que padecer Galán es uno de los muchos problemas que trata de solucionar la asociación que dirige. Así, tal y como él mismo explica, “cuando alguien acude a nosotros, empezamos de cero, le enseñamos en qué consiste su trastorno, le damos esperanza y le enseñamos que ‘si se quiere, se puede’. Hacemos que se dé cuenta de que esto tiene tratamiento, que no está loco y que no está solo”.

Pero ¿qué hay detrás de una obsesión compulsiva? La mayoría de la gente identifica el TOC con algo parecido al comportamiento maniático y extraño de Melvin Udall (Jack Nicholson), el protagonista de la película Mejor… imposible (1998). El film, dirigido por James L. Brooks, da visibilidad a una enfermedad mental de la que a penas se conoce su lado más excéntrico, aunque deja de lado aspectos como su origen o los diferentes tipos en los que la ciencia los clasifica.

La conciencia social y la detección temprana son claves para evitar que el TOC se vuelva incapacitante. Ilustración artística: DALL-E / Edgary Rodríguez R.

Diversos tipos de TOC

Expertos como el doctor Enrique Aubá, codirector del Departamento de Psiquiatría y Psicología Clínica de Clínica Universidad de Navarra, nos han ayudado a arrojar un poco de luz sobre el trastorno obsesivo-compulsivo, un grave problema de ansiedad del que todavía queda mucho por conocer.

“En el trastorno obsesivo-compulsivo predominan los pensamientos e imágenes intrusivas recurrentes que generan malestar. Estos pensamientos inducen a realizar determinados actos y rituales (compulsiones) para aliviar la ansiedad”, describe el doctor Aubá, quien aclara que la intensidad de los TOC no es siempre la misma, si no que puede ir desde algo leve hasta ser realmente grave y difícil de tratar y que genera mucho sufrimiento”.

Este psiquiatra señala además que hay diversos tipos de TOC, o como él mismo define, trastornos con contenidos diferentes. Entre los más comunes cabe citar los de contaminación y limpieza; los de orden y simetría; y los de comprobación y repetición.

El origen de cada TOC

No solo su tipología es variada, también su origen puede serlo. En este sentido, el doctor Aubá, destaca la importancia del factor neurobiológico, aunque también apunta otros factores desencadenantes como son el autoinmunitario y el genético. “Hay algunos tipos de TOC que se desarrollan después de producirse ciertas infecciones que generan anticuerpos que atacan al propio sistema nervioso”, aclara.

Por último, también es bastante probable que exista un componente heredable; es frecuente encontrar a varias personas con TOC dentro de una misma familia. Pero tenga el origen que tenga, otra de las cuestiones que más interesa saber es si tiene cura o estamos ante una enfermedad crónica.

La psicóloga y profesora de la Universidad Europea Miguel de Cervantes de Valladolid, Alicia Fernández, despeja la incógnita en este sentido: “El trastorno obsesivo-compulsivo suele considerarse una afección mental de por vida que puede tener síntomas leves, moderados o ser tan graves y prolongados que se vuelvan incapacitantes”.

Una vez diagnosticado el TOC por un especialista, el paciente, víctima de pensamientos indeseados (obsesiones) ante los cuales sienten la necesidad de reaccionar (compulsiones), debe someterse al tratamiento más adecuado a su caso. Actualmente el más efectivo es la combinación de psicoterapia y un tratamiento psicofarmacológico. 

Espiral de pensamientos
Los pacientes con TOC viven atrapados en una espiral de pensamientos irracionales y rituales agotadores. Ilustración artística: DALL-E / Edgary Rodríguez R.

La psicoterapia y realidad virtual

En la psicoterapia se expone a la persona al objeto temido o a su obsesión, enseñándole la forma de resistir el impulso de hacer sus rituales compulsivos”, explica Fernández, quien apuesta por el uso de las nuevas tecnologías para mejorar la calidad de vida de estas personas. En concreto, esta experta defiende el empleo de la realidad virtual (RV) en los tratamientos de este tipo de trastornos mentales. 

La Universidad Europea Miguel de Cervantes (Valladolid) ha desarrollado un proyecto basado en una innovadora técnica de realidad virtual que están utilizando en el Grado de Psicología y que básicamente consiste en que el uso de unas gafas de realidad virtual, especialmente desarrolladas para los tratamiento de salud mental, y un sensor de biofeedback, que mide las respuestas fisiológicas del paciente (niveles de ansiedad), permite trabajar en diferentes escenarios y entornos virtuales específicos. También admite la posibilidad de manipular determinadas variables. 

“Esta nueva tecnología proporciona la opción de evaluar e intervenir dentro de una situación específica, sin necesidad de salir de la consulta. Se trata de una herramienta que, bien usada, facilitará la aplicación de protocolos de evaluación e intervención psicológica para una posterior puesta en práctica en el mundo real”.

Tratamiento psicofarmacológico

En cuanto a los tratamientos psiquiátricos, “la prescripción de medicamentos psicofarmacológicos es de gran ayuda, ya que pueden hacer que los pacientes con este tipo de trastorno controlen sus obsesiones y compulsiones. La combinación de ansiolíticos y antidepresivos es la elección más habitual en el TOC”, afirma Fernández.

¿Existe alguna relación entre este trastorno y la pandemia? Según el doctor Aubá y su experiencia en la consulta, la vinculación es manifiesta y directa. Y es que, en esos meses, “muchas personas con TOC que estaban relativamente estables han empeorado sensiblemente”.

claves para entender el trastorno obsesivo-compulsivo (TOC)3
Millones de personas en el mundo conviven a diario con una “voz interior” que exige limpieza, orden o comprobaciones constantes. Ilustración artística: DALL-E / Edgary Rodríguez R.

Sin embargo, lo más sorprendente es que estos casos, según el psiquiatra, nos son siempre TOC con contenido de contaminación o limpieza, tal y como cabría pensar. Es decir, que “los cuadros que actualmente se están complicando no son solo los TOC de higiene, sino también los de orden o comprobación. Además, están apareciendo nuevos casos”, afirma Aubá. Este cree que todavía es demasiado pronto para tener una respuesta que explique a qué se deben estos datos e invita a esperar un tiempo para averiguarlo. 

En la misma línea se muestra Antonio Galán, presidente de la Asociación de TOC de Madrid, quien asegura que la pandemia supuso un paso atrás para la gente con TOC, sobre todo del tipo de contaminación y limpieza, ya que “en terapia del virus SARS-CoV-2 han aprendido que esa necesidad de lavarse constantemente no era necesaria ni acorde con la realidad, y, de golpe, la sociedad les dice que hay que tomar esas medidas extremas de higiene, así que encuentran apoyo y refuerzo a los argumentos de su TOC, es decir, que el mundo es un lugar peligroso”.

Con esto está de acuerdo Fernández, quien alerta de que “los pacientes con TOC han sufrido, sufren y sufrirán mientras dure el estado de alarma contra la covid-19”.

Cortesía de Muy Interesante



Dejanos un comentario: