La encargada de Birmex no puede completar las compras de medicinas y el hijo de un priista ofrece sus servicios “de urgencia”

Uno de los máximos problemas heredados del sexenio de Andrés Manuel López Obrador fue, sin dudas, la compra medicamentos. Apenas se instaló en Palacio Nacional, Claudia Sheinbaum estableció que uno de sus objetivos prioritarios sería evitar una repetición de la tragedia del sexenio pasado. El abasto de las medicinas debía ser profesiones y ordenado.

Con eso en mente organizó el gabinete de Salud. Designó como secretario de Salud a David Kershenovich, ampliamente reconocido por su trayectoria. Y puso a uno de sus cercanos, Eduardo Clark, funcionario probado en la administración de la CDMX, como subsecretario de Integración y desarrollo del sector salud. 

A ellos se sumó el cambio en el ISSSTE con Marti Batres -para muchos un error grave, dadas las probadas inconsistencias en la gestión del jefe de gobierno sustituto-, y con la encomienda de hacer funcionar al IMSS Bienestar nombró a Alejandro Svarch. A esto hay que sumarle la continuidad cada vez más incómoda incómoda de Zoe Robledo.

Con la definición de este cuadro, Claudia determinó que las compras las seguiría haciendo BIRMEX y sin nombrar al líder de la Institución con el manejo más grande de presupuesto para la compra consolidada, mandó a dos encargados de despacho: Jesús Cansino Olmos -que ha brillado por su ausencia y falta de liderazgo- y a Emma López, encargada de la dirección de administración.

Como responsable de la administración, Emma Lopez ha querido controlar las compras complementarias de 2024. Ha corrido funcionarios, invita nada más a ciertos proveedores. En algo que ha sorprendido a quienes conforman la proveeduría de salud, implementó una especie de subasta que derivó en una puja para fijar el precio de cada una de las claves. 

El resultado fue que de cerca de 2,800 claves no se pudieron adjudicar ni el 20% ¿Por qué? Por dos sencillas razones: quería otorgar las adjudicaciones a precios por debajo del mercado y porque pretende que se entregue antes del 31 de diciembre.

Si bien es cierto que el sector salud atraviesa por momentos difíciles por el desorden en que lo dejó la anterior administración, en el sector hay preocupación porque se volvieron a tomar decisiones improvisadas, con falta de conocimiento y especialización técnica, que eventualmente pueden generar mayores costos para el gobierno y, particularmente, a los ciudadanos. 

Entender los precios de mercado también obliga a saber del seguimiento de la operación, el esquema de pagos, y la propia logística de los medicamentos.

Como de costumbre ya se habla de proveedores favorecidos por Emma López, que no cuentan con los requisitos ni la documentación técnica necesaria y a la fecha no hay adjudicaciones porque no hay quien quiera firmar esos contratos que terminarían inevitablemente en impugnaciones y denuncias.

En el desorden, se asegura que Juan Pablo González -hijo de un connotado priista que fue director del ISSTE y de la Secretaría de Salud- ofrece sus servicios para adjudicar claves desde la oficina de administración de Birmex, en las que se le ve seguido.

El problema en resumen radica, en que hay desconocimiento absoluto del sector, los nuevos grupos buscan la navidad, no hay manera que la compra consolidada salga bien bajo estos parámetros, la pretenden realizar en plenas fiestas decembrinas lo cual daría lugar a más sospechas. Y al final, el derechohabiente es el que padece el desbasto y la corrupción.

Cortesía de La Política Online



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