La extraordinaria capacidad para aprender de Malcolm X, el líder afroestadounidense cuyo asesinato conmocionó a EE.UU. hace 60 años

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  • Autor, Naomi Alderman
  • Título del autor, BBC, Serie “Human Intelligence” *

¿Cómo se cura una herida en el alma de un país?

Muchas naciones han hecho cosas terribles en el pasado lejano o recientemente.

La historia ya pasó, ¿qué hacemos ahora?

Es difícil hablar directamente de lo que ha pasado antes.

Se necesita un cierto tipo de coraje, una fuerza poderosa para enfrentar lo que sucedió, rastrear las repercusiones y exigir que un país lo haga mejor.

Malcolm X era un hombre con esa fuerza personal.

En las décadas de 1950 y 1960, la esclavitud había terminado hacía mucho tiempo, pero en muchas partes de Estados Unidos, la segregación era legal y un hecho aceptado de la vida cotidiana.

Malcolm X dijo que las heridas de siglos de esclavitud de los negros tenían que ser tomadas en serio y reparadas.

Era un retórico brillante, alguien capaz de decir las cosas que otros trataban de suavizar.

La esencia de un disruptor.

Se le ha llamado la conciencia implacable del movimiento de liberación negra.

De hecho, al reflexionar sobre el pensamiento de Malcolm X, podemos ver que estaba marcado por una intensa voluntad de reexaminar sus ideas, de preguntarse por qué pensaba lo que pensaba.

No era solo un disruptor.

En la tradición de Sócrates, también estaba interesado en que sus propias ideas fueran repensadas.

Adoptaba nuevas ideas y luego les daba la vuelta, analizando los problemas en busca de algo mejor.

Martin y Malcolm

“Malcolm X es muy importante en la historia de la ideología nacionalista negra”, señala Clarence Lang, profesor de Estudios Afroamericanos en la Universidad Estatal de Pensilvania.

“Y por nacionalismo negro, me refiero a ese cuerpo particular de pensamiento que procede de la noción de que los negros en EE.UU. no son simplemente estadounidenses con la piel más oscura, sino que constituyen históricamente, culturalmente y de todas maneras, un pueblo distinto”, aclara.

“Malcolm es un puente entre una tradición más larga, que es anterior al siglo XX, y los activistas más jóvenes de finales de la década de 1960 y principios de la de 1970.

“Esa es la principal reivindicación de Malcolm, si pensamos en su importancia en la constelación del pensamiento negro”.

Malcolm X y Martin Luther King dándose la mano

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Abogó por el nacionalismo negro y la solidaridad negra, en que los negros necesitaban sus propias instituciones autónomas porque no podían confiar en los sistemas racistas que los rodeaban.

Habló de la creación de estados negros separados.

A veces usaba tácticas de choque para expresar su postura.

Dijo que el hombre blanco era el diablo.

Y, el día después del asesinato de John F. Kennedy, cuando le pidieron su comentario, respondió que no le sorprendía “the chickens have come home to roost” (las gallinas volvieron al gallinero)”, un dicho similar a “quien siembra vientos recoge tempestades”.

Frases realmente polémicas, entonces y ahora.

Quería despertar a la nación de su sueño americano.

“Creo que es importante entender cómo interactúan Malcolm X y Martin Luther King Jr. en ese movimiento más amplio”, apunta Lang.

“Es un cliché, pero lo diré: los negros no son política e ideológicamente monolíticos, y hasta cierto punto Martin y Malcolm representan dos de las muchas corrientes de pensamiento que han existido a lo largo de la historia afroamericana.

“Así que podríamos tener, en pocas palabras, en el caso de Martin, esta noción de que EE.UU. es perfectible, de que si simplemente siguiera su credo, sus principios de inclusión y democracia, entonces habría un lugar para las personas negras en esta sociedad.

“Malcolm representa una tendencia competitiva que parte de la idea de que la experiencia definitoria de las personas negras en esta sociedad no es simplemente la discriminación racial, sino más fundamentalmente la opresión racial.

“Por lo tanto, no hay ninguna circunstancia en la que se pueda incluir plenamente a los negros”.

Cada palabra

Es fácil ver de dónde vinieron los sentimientos de Malcolm X hacia los blancos.

Nació como Malcolm Little en 1925. Era hijo de un predicador.

Cuando tenía 6 años, el Ku Klux Klan lanzó una bomba incendiaria contra la casa de su familia y la quemó hasta los cimientos.

Supremacistas blancos asesinaron a su padre. Lo golpearon en la cabeza y lo dejaron en las vías del tranvía, donde fue atropellado y murió.

El horror de este espantoso asesinato llevó a su madre a un colapso, por lo que las autoridades (blancas) se llevaron a todos sus hijos.

Malcolm X con un tablero en el que aparecen escritos como

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En la escuela, Malcolm era de lejos el niño más listo.

Quería ser abogado, pero uno de sus profesores le dijo que probara con la carpintería, el tipo de trabajo manual adecuado para un hombre negro.

Más tarde se involucró en el crimen, un profundo cambio dado que era hijo de un predicador.

Fue condenado a 7 años de prisión.

Ese podría haber sido su final. Pero le encantaba aprender.

En la cárcel, volvió a cambiarse a sí mismo.

“Una de las cosas más inspiradoras de Malcolm, al menos en mi opinión, fue su espectacular capacidad de crecimiento y desarrollo”, dice Lang.

“Estar encarcelado le dio la oportunidad de reflexionar y, en muchos sentidos, le salvó la vida.

“Ciertamente, él mismo dijo que eso lo rescató, que se salvó”.

Tomó un curso por correspondencia de inglés, gramática y caligrafía. Luego estudió latín.

Al darse cuenta de que su educación había sido irregular y mala, copió un diccionario a mano para poder aprenderse cada palabra que contenía.

Luego leyó las principales obras de la literatura, la ciencia y la filosofía occidentales.

“Leía vorazmente, tanto que cuando estaba encarcelado y apagaban las luces de su celda, continuaba leyendo a la tenue luz del pasillo fuera de su celda, arruinando su vista”.

Entre el voto y la bala

En la cárcel, se encontró con las ideas de Elijah Muhammad, el líder de la Nación del Islam, un movimiento para los afroamericanos que mezclaba el Islam con ideas de orgullo negro y autosuficiencia.

Enseñaba que la esclavitud de los negros había sido un crimen terrible, que los esclavistas habían privado a los negros del conocimiento de su propia cultura pasada, que habían impuesto sus apellidos a los negros.

Todo eso es cierto.

Malcolm Little cambió su apellido a X para representar que su verdadero apellido era desconocido.

Afiche con varias ilustraciones de Malcolm X y una de Elijah Muhammad.

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Elijah Muhammad, hay que decirlo, también dijo muchas disparates, como que un científico negro llamado Yakub diseñó genéticamente a personas blancas en una isla mágica, haciéndoles amar la codicia, las mentiras y el mal.

De ahí surgió la idea de que el hombre blanco era un demonio.

Pero en ese momento, Malcolm X asumió todas sus enseñanzas.

Se convirtió al Islam, se unió a la Nación del Islam y resultó ser su mayor activo: un predicador que podía conmover multitudes con sus palabras.

Había 500 miembros de la Nación del Islam cuando se unió; 12 años después, en gran parte gracias a su labor, había 30.000.

“Malcolm era un pensador estratégico, y también un pensador organizacional muy reflexivo.

“No fue casualidad que la Nación del Islam en términos de su prominencia nacional, de su influencia y de sus miembros, creciera”, afirma Lang.

En un famoso incidente en 1957, salvó la vida de un hombre negro, Hinton Johnson, que había sido brutalmente golpeado por la policía.

Malcolm X encabezó una multitud no violenta que rodeó la estación de policía hasta que accedieron a llamar a una ambulancia.

A una señal de mano de Malcolm X, la multitud se dispersó.

Perendedor con el eslogan

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“Malcolm era un pensador agudo y rápido, pero también tenía su asombrosa capacidad para hablar con claridad, de modo que podía muy fácilmente exponer los absurdos del racismo para un público amplio”.

Habló seria y persuasivamente sobre un colonialismo mental y cultural que le enseñaba a los negros que eran inferiores en todos los sentidos y del que quería liberarlos.

Dijo que los negros se enfrentaban a una elección entre el voto o la bala.

Es decir, entre obtener plenos derechos como ciudadanos o recurrir a la violencia.

Aclaró, diciendo que eso no significaba que estuvieran en contra de los blancos, pero sí que estaban en contra de la explotación, de la degradación, de la opresión, y que si los blancos no querían que estuvieran en contra de ellos, que dejaran de oprimir, explotar y degradar.

Argumentaba que EE.UU. tenía que percibir la violencia en su propio racismo.

A tiros

Después de 12 años trabajando con la Nación del Islam, Malcolm X se enteró de que Elijah Muhammad se había acostado con mujeres mucho más jóvenes en la organización.

Fue la gota que colmó el vaso.

Malcolm X rompió con la Nación del Islam y se independizó.

Malcolm X sonriendo

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“Malcolm era muy devoto, religiosamente, pero también políticamente.

“Vivió un estilo de vida muy espartano y ascético.

“Y aunque eso no siempre lo convirtió en el esposo ideal, cuando se casó, o en el padre perfecto, cuando se convirtió en uno, estaba muy comprometido con la labor que decidió hacer.

“Además tenía un sentido del humor muy ágil”.

En los que terminaron siendo sus últimos años, volvió a cambiar.

Fue en peregrinación a La Meca, donde conoció a musulmanes de todos los colores, desde rubios de ojos azules hasta africanos de piel negra.

Comenzó a hablar de las formas en que podía imaginar la armonía racial.

Siempre estaba dispuesto a sacudir sus ideas de nuevo.

Menos de un año después de regresar de La Meca, Malcolm X fue asesinado a tiros frente a su esposa e hijos pequeños.

Tenía solo 39 años.

Lo mataron en el lanzamiento de su nueva organización para la Unidad Afroamericana, que se centraría en los derechos humanos, la educación, las huelgas de alquileres y la construcción del poder económico y político y la solidaridad global.

Todavía no está claro quién lo mató.

¿Y cuál es el legado de Malcolm X?

Su legado está en todas partes, para bien y para mal.

Ciertamente difundió teorías absurdas de la Nación del Islam.

Su conversión puede ser una reminiscencia de Lutero, pero también lo es su antisemitismo.

En su autobiografía, escrita por Alex Haley, Malcolm X dijo: “No me importa lo que sea un judío profesionalmente -médico, comerciante, ama de casa, estudiante o lo que sea-, antes que nada, él o ella piensa judío”.

Eso es difícil de leer.

El abogado Ben Crump y otros durante la conferencia de prensa en el Malcolm X & Betty Shabazz Memorial and Educational Center en la ciudad de Nueva York el 15 de noviembre de 2024.

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En un momento histórico en el que se le dijo a los negros que tenían que pedir pacíficamente a sus opresores la inclusión, Malcolm X preguntó: ¿Y si eso es errado?

Y luego, cuando creyó que el nacionalismo negro era el único camino a seguir, volvió a preguntar: ¿Y si eso es errado?

“A medida que Malcolm superó a la Nación del Islam, superó muchas de las ideas antisemitas y generalmente racistas que eran fundamentales para la visión del mundo de la Nación del Islam”, asegura Lang.

“Tenemos evidencia de que comenzó a moverse en una dirección en la que quizo entender cómo el racismo estaba conectado con los sistemas económicos en lugar de con la biología, que había sido el dogma de la Nación del Islam”.

Su presencia sigue siendo vital y viva en los movimientos de liberación negra y en varias otras luchas por los derechos civiles.

Está en el eslogan “Lo negro es hermoso”, en las personas que se llaman a sí mismas “woke” (despierto) y en las personas que odian a los que se han vuelto “woke“.

Pero para Malcolm X, nunca hubo un solo término.

Siempre estaba dispuesto a volver a despertar, a repensar, a pensar mejor, a pensar de nuevo.

* Este artículo es una adaptación de un episodio de la serie de BBC Radio 4 “Human Intelligence”, en la que la escritora Naomi Alderman examina a algunos de los pensadores más innovadores de la historia. Si quieres escucharla, haz clic aquí

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Cortesía de BBC Noticias



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