“La falla”: el poderoso documental tapatío nominado al Ariel


La infancia de nuestros tiempos vista desde la lente; las conversaciones espontáneas de los niños, las risas, las lágrimas y los juegos bruscos, los cabellos sometidos por plastas de gel y moños parsimoniosos, los zapatos boleados, los suéteres remendados, las manos llenas de costras de resistol, los estuches llenos de colores, los mesabancos manchados de pintura, los regazos cubiertos de migajas del borrador, las palabras de la maestra enseñando todas las cosas que conforman el mundo: la primaria, el salón de clases y el llamado al recreo, el ser niño —por medio del cine— otra vez.

“La falla” es un documental realizado en Jalisco por la talentosa directora Alana Simões, el cual retrata de manera única y luminosa ese universo tan fantástico como terrible que es el salón de clases, donde los pequeños alumnos son protagonistas de una despedida inminente.

Siguiendo los últimos días de una joven maestra normalista con su grupo de primaria en Acatic, Jalisco, “La falla” nos adentra con cuidado, respeto y una profunda atención en las dinámicas infantiles, en los juegos alegres y en las crueldades de los niños, en sus maneras de ver el mundo, en las grietas de nuestro sistema educativo —pero sobre todo en esas resquebrajaduras que como adultos enseñamos, legamos y decimos a los niños—, y en ese patio de juegos perpetuo que representa el microcosmos de las aulas de primaria.

En “La falla”, la cámara nunca impone: se coloca al nivel de los niños, los deja expresarse, jugar, y mostrar lo que son, con una autenticidad que se escurre de la pantalla, y que por tanto la convierte en uno de los productos audiovisuales más genuinos e interesantes realizados en Jalisco.

Tras estar ocho semanas consecutivas en cartelera —lo cual no es recurrente para un filme de este género—, “La falla” ha sido nominada al Premio Ariel al Mejor Largometraje Documental por razones evidentes, algo que llena de alegría a la directora Alana Simões que, en conversación con EL INFORMADOR, compartió sobre las posibilidades que esto abre para el cine documental, así como el sitio inmejorable en el que actualmente se encuentra la escena cinematográfica no sólo en Jalisco, sino en el Occidente de México.

“Estamos muy felices, en general ha sido una sorpresa”, dice Alana Simões, que además de esta nominación, abre una nueva etapa en su carrera al haber sido nombrada recientemente como coordinadora del Comunicación y Artes Audiovisuales del ITESO.

Nunca me imaginé que íbamos a estar ocho semanas en cartelera, y el público realmente ha conectado mucho con la película. Un público adolescente que le ha dado su propia lectura, hasta un mundo muy intelectual, más académico. Y eso me ha sorprendido, cómo la película puede desdoblarse en muchas perspectivas. Estuvimos muy contentos con la recepción en cartelera, y todavía más con la nominación al Ariel. Nos dio mucha alegría entender que hicimos algo que realmente está llegando a la gente”.

Un panorama de riqueza creativa

Películas como “La falla” son ejemplo indiscutible de que el género documental se encuentra en uno de sus mejores momentos en México, con talentos que están contando historias desde todo tipo de perspectivas, miradas, técnicas y maneras de hacer.

Además, para Alana Simões, esto también evidencia un buen síntoma de la región, no sólo en Jalisco sino en el Occidente mexicano, que está sobresaliendo en producciones cinematográficas de gran riqueza, y que están teniendo una proyección importante a nivel nacional por medio de estímulos, estrategias y apoyos determinantes que permiten que el cine se descentralice y se abra a nuevos terrenos de narrativas y exploración.

“La categoría que más nominaciones tiene en esta edición del Ariel es el documental”, cuenta Alana Simões.

“El documental mexicano es poderosísimo, yo diría que es de lo mejor que hay en el cine de nuestro país, porque el documental se explora desde lugares muy libres, entonces hay una diversidad de voces increíble. Me alegra mucho que en las nominaciones haya dos películas jaliscienses —‘La falla’ y ‘Concierto para otras manos’—, porque creo que sí están funcionando las estrategias para descentralizar el cine, empieza a ver resultados, y por supuesto que esto le da un empujón al cine local”.

“Yo creo que ya desde hace algunos años la región está viviendo una gran potencia, una revolución cinematográfica bien interesante, justamente por esa diversidad de miradas y talentos, de nuevas generaciones que están haciendo cosas increíbles. Y ahorita está la culminación de todo esto con la maravilla de que ya empieza a venir la industria con estos sistemas de Filma Jalisco, con Netflix, entonces siento que es un momento que debemos aprovechar para que todas las voces puedan ser escuchadas”.

Entre la dirección y la docencia

Además de directora de cine, Alana Simões es una eminente profesora que por más de una década ha acompañado a incontables estudiantes, dejándoles todos su conocimientos y experiencias en el arte de retratar la vida que es el documental —uno de sus pupilos es el director Jonathan Álvarez, que estrenó en el FICG el documental “Duva”, sobre Germán Sánchez—.

“Siento que desde el documental es muy orgánico poder acompañar a los estudiantes a que tengan una mirada crítica y que sepan leer qué información es correcta, más en estos tiempos que estamos bombardeados de información”, dice, y comenta que, aunque la nominación al Ariel es un impulso indiscutible para su carrera y para el cine jalisciense, lo que los forma a ella y tantos otros cineastas mexicanos no son los reconocimientos en sí, sino el quehacer cinematográfico, el corazón que le dedican a sus producciones, el trabajo en equipo y la comunidad que han conformado más allá de los galardones oficiales. Sin importar quién resulte el ganador entre los nominados a Mejor Documental del Ariel, el premio en sí ya es un logro para este género.

La nominación al Ariel por supuesto que legitima nuestro lugar, pero es importante decir que hay mucha gente que no ha sido nominada y que son directoras y directores maravillosos. Uno hace sus películas, con o sin premios. Esta nominación no deja de ser la subjetividad de unos académicos —que, por supuesto agradezco, aprovecharé y me da felicidad—, pero de todos modos lo que nos hace cineastas, lo que nos convierte en cineastas, es el hacer, el nunca dejar de hacer, estemos o no nominados. Esta es una súper competencia con grandes talentos, y nosotros ya nos damos por servidos, gane quien gane”, afirma la directora.

Entre sus labores como cineasta, como profesora y ahora coordinadora de licenciatura, Alana Simões compartió con EL INFORMADOR que actualmente se encuentra trabajando en un nuevo proyecto cinematográfico, que tendrá por nombre “Antiproyecto”, y en el cual explorará cómo etiquetamos y definimos a las personas a través de nuestra subjetividad.

Asimismo, Alana Simões dijo que uno de los momentos más gratificantes de “La falla”, más allá de los reconocimientos y la recepción del público, ha sido el impacto que ha tenido en sus protagonistas, en los niños que fueron filmados por las cámaras hace ya tres años.

En “La falla” vemos a Iker, un niño que molesta a sus compañeros y que, con sus escasos años, se rehúsa a vestir nada que tenga el color rosa, porque eso es de “niñas”. Tiempo después, y ya más grande, Iker sorprendió a Alana Simões el día en que se estrenó “La falla”, llegando a la función con una camisa rosa, sonriente, sin prejuicios y feliz.

“Todo esto ha sido un proceso muy bonito”, finaliza Simões.

CT

Cortesía de El Informador



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