La falta de mano de obra lleva a Japón a hacer lo impensable: pagar igual a las mujeres

Aquí y en China. A lo que refiere este refrán es que no importa en qué parte del planeta nos encontremos, la situación en cuestión es la misma. Tal es el caso de la brecha salarial por género donde, al menos en el caso de México, las mujeres perciben alrededor de un 34% menos al pago promedio de un hombre. Pero ¿es posible un escenario donde a todas y todos se les pague por igual? Japón dice que sí.

Medidas desesperadas. Las razones detrás de que algunas empresas japonesas comiencen a plantear un pago equitativo no es tanto por un genuino apoyo a la paridad de género, sino por la crisis demográfica que atraviesa el país y que ha dado como resultado la escasez de mano de obra en distintos sectores. A resumidas cuentas, Japón busca igualar los salarios a fin de hacer los empleos atractivos para las mujeres.

Dos décadas después. Como arrojan desde Nippon.com, la discriminación salarial en Japón es de las más agudas en el mundo. Desde los últimos veinte años, las mujeres no solo han ganado menos que los hombres, sino que la diferencia sitúa al país nipón en el puesto 125 entre 146 países en materia de igualdad de género. En otras palabras, ganan, en promedio, el 74.8% del salario masculino.

Un sistema laboral “tradicional”. Para entrar en contexto de por qué existe tal diferencia, se tienen que tomar en cuenta los convencionalismos del empleo japonés. Para empezar, las empresas suelen ofrecer trabajos de por vida a los hombres acompañados de promociones y aumentos equitativos a su antigüedad. Por otro lado, las mujeres son relegadas a jornadas de medio tiempo y menor ingreso al volverse madres.

La “curva en L”. Así, se comenzó a generar un fenómeno que reflejó la abrupta caída de la participación de la mujer en el mercado laboral. Al poner el cuidado familiar como prioridad, su reingreso resulta más complicado y las oportunidades de ascenso son casi imposibles. De seguir así, para 2035 harán falta cerca de 3.84 millones de trabajadores, según un estudio de la Universidad de Chuo.

Más allá del salario. Las empresas de aquel país han comenzado a replantear sus políticas laborales. Se buscará atraer más talento femenino al reincorporarlas tras su maternidad, así como ofrecer cierta conciliación con el cuidado de los hijos y hasta opciones de jornadas reducidas y home office. Además de igualar la paga, lo esencial es que puedan cuidar de sus hijos sin comprometer su carrera profesional.

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Otros factores. Ahora bien, vale la pena recordar que debido al envejecimiento de la población y la caída en la natalidad, el panorama económico japonés resulta complicado. Sin embargo, con la llegada de Donald Trump a la Casa Blanca, Japón comienza a tener un auge de inversionistas. Con ello, firmas financieras japonesas como Nippon Life Insurance y MUFG han optado por reducir la brecha de ingresos.

No todo es como lo pintan. Aunque aparentemente estas iniciativas dan un paso agigantado en la igualdad de género, existen ciertos huecos que complican un salario equitativo. Por ejemplo, en East Asia Forum analizan que estas propuestas no suelen considerar a trabajadores temporales. Por su parte, The Japan Times recaba que algunas compañías asignan deberes sencillos a quienes laboran menos horas, lo que resulta en una menor paga.

Cortesía de Xataka



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