Lise Meitner nació en Viena en 1878 y provenía de una familia judía. Terminó la escuela secundaria cuando tenía 14 años y, cuando tenía 23 años, acudió a la Universidad de Viena, donde se sintió realmente inspirada por Ludwig Boltzmann. Su sobrino, Otto Robert Frisch, dijo que Boltzmann le enseñó a ver la física como una búsqueda de la verdad. Meitner mantuvo esta creencia durante toda su vida. En 1906, obtuvo su doctorado al demostrar que la fórmula de Maxwell para la electricidad en sólidos no homogéneos también funcionaba para el calor. Fue la segunda mujer doctora de Física en la Universidad de Viena.
En esa misma época, y bajo la sugerencia de Stefan Meyer, Meitner comenzó a medir la absorción de radiación alfa y beta emitida por torio y actinio en láminas de distintos metales. Este trabajo la familiarizó con varias sustancias radiactivas y con el uso del electroscopio, un dispositivo que mide cargas eléctricas. Sus trabajos sirvieron a Ernest Rutherford para su predicción del núcleo atómico.
Rodeada de grandes científicos
En 1907, Meitner se trasladó a Berlín para estudiar con Max Planck. En los seminarios del departamento de física se encontró con Otto Hahn, un licenciado en química orgánica por la Universidad de Marburg que estudiaba radioactividad en el instituto de química de Emil Fischer. Juntos, Meitner y Hahn comenzaron una colaboración que Sir James Chadwick describió como una de las más fructíferas en la historia de la ciencia. Meitner, que no sabía mucho de química, y Hahn, que era un gran experimentador pero no tan bueno en teoría, trabajaron en gran sintonía. A lo largo de sus 30 años de colaboración llevaron a cabo múltiples investigaciones, tanto químicas como físicas, hasta que su investigación fue interrumpida por el régimen nazi. Cuando empezaron a trabajar juntos, a las mujeres no se les permitía la entrada al Instituto de Química, por lo que Meitner tuvo que experimentar en un sótano con entrada separada. Esta regla desapareció dos años después. No podía ir ni al baño del Instituto, por lo que tenía que usar el de un restaurante cercano.
En 1912, Meitner y Hahn se trasladaron al nuevo Instituto Kaiser-Wilhelm en Dahlem. Ese mismo año, Meitner se convirtió en asistente de Max Planck en un puesto, al fin, remunerado. Sus trabajos fueron interrumpidos nuevamente, esta vez por su servicio en la Primera Guerra Mundial. Dado que se había especializado en técnicas de rayos X, sirvió para el ejército austríaco y, posteriormente, el italiano.

Un nuevo elemento
En 1917 ocupó el puesto de directora de un departamento independiente de física en el instituto de química. Fue en esta época cuando se confirmó el descubrimiento del elemento protactinio. Aunque en 1913 Kasimir Fajans y O.H. Göhring hicieron el primer hallazgo del protactinio (234m-Pa), al que nombraron brevium, fueron dos grupos de científicos (Otto Hahn y Lise Meitner en Alemania, y Frederick Soddy y John Cranston en el Reino Unido) los que descubrieron de manera independiente el 231-Pa.
En el contexto de la Alemania Nazi vendrían tiempos difíciles. Con el Anschluss, la unificación de Alemania con Austria el 12 de marzo de 1938, Meitner perdió su ciudadanía austriaca. Ante la situación, Niels Bohr le ofreció dar clases en Copenhague y Paul Scherrer la invitó a asistir a un congreso en Suiza, con todos los gastos pagados. A pesar de que Carl Bosch le ofreció quedarse en el KWI de Química, el 9 de mayo decidió aceptar la invitación de Bohr, pero al intentar obtener un visado de viaje en el consulado danés, se encontró con la negativa de que Dinamarca ya no reconocía su pasaporte austriaco como válido. A partir de entonces, sus esfuerzos por encontrar un refugio en el extranjero se vieron obstaculizados, hasta que finalmente, el 27 de junio, recibió una oferta de un puesto de un año en el nuevo laboratorio de Manne Siegbahn en Estocolmo, lo que marcó el comienzo de una nueva etapa en su vida.

El nacimiento de la fisión nuclear
En Estocolmo estableció contacto con su sobrino, Otto Frisch. Con la colaboración de Meitner, Otto Hahn y Fritz Strassmann llevaron a cabo el primer experimento exitoso de fisión nuclear. En 1939, Hahn publicó su trabajo omitiendo el nombre de Meitner, argumentando que el régimen nazi no permitiría incluir a una autora de origen judío. Lo sorprendente es que fue Meitner, junto con Frisch, quienes explicaron el fenómeno de la fisión nuclear mediante el modelo de la gota líquida, introduciendo además el término “fisión nuclear” en un artículo publicado en la revista Nature, bajo el título “Disintegration of Uranium by Neutrons: A New Type of Nuclear Reaction“.

A pesar de su contribución significativa a la teoría atómica, la radiactividad y el descubrimiento crucial del proceso de fisión nuclear, Meitner fue excluida del premio Nobel de Química de 1944, otorgado únicamente a Otto Hahn. No obstante, en 1966 recibió el merecido reconocimiento por sus aportaciones a la física al ser galardonada con el Premio Enrico Fermi en Estados Unidos. Fue nominada 45 veces al Premio Nobel y nunca se lo concedieron, a pesar de que el mismo Einstein la llamó “la Marie Curie alemana”.
Lise Meitner falleció en Cambridge, el 27 de octubre de 1968. En su lápida se puede leer: “Lise Meitner: una física que nunca perdió su humanidad”.
Cortesía de Muy Interesante
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