Ganar dinero con dos sencillas aplicaciones. Esta frase se ha vuelto tan popular en internet que es casi como el término para burlarse de las estafas en línea. Y aunque es verdad que la vulnerabilidad de datos personales está a la orden del día, parece que a la generación Z es lo que menos le pesa. Claro, siempre y cuando haya un pago de por medio.
Los jóvenes han encontrado una nueva forma de ganar dinero fácilmente. Solo descargan aplicaciones y otorgan sus datos a intermediarios. El modelo es tan sencillo como cuestionable: recopilar los datos de los jóvenes y venderlos a empresas a fin de crear publicidad personalizada. Es decir, lo que todas las plataformas hacen, pero a cambio de dinero.
Primero que nada es importante aclarar que la recopilación de datos digitales por parte de las plataformas y compañías no es nuevo. De hecho, los motores de búsqueda han dominado el negocio durante años e incluso a plataformas como Temu se les ha acusado de supuesto espionaje.
La diferencia, recalcamos, es capitalizar esta práctica con consentimiento de los usuarios: ¿quieres mis datos? págame. Así, la empresa Verb.AI se ha posicionado como uno de los pilares de esta idea. La dinámica consiste en que los usuarios descargan la app, ésta registra todas las actividades y les retribuye con alrededor de 1,100 pesos al mes.
En teoría suena sencillo, pero ¿en la práctica? A grandes rasgos también, pero conlleva que la aplicación reconozca cada movimiento que haces en tu teléfono celular. Registra compras en línea, los sitios web que visitas, cuánto tiempo pasas en cada aplicación o qué películas ves. Todo ello se recolecta, se crea un perfil de usuario y se comparte con empresas.
Ahora bien, ¿por qué esta práctica resulta tan atractiva para la generación Z? Si lo ponemos a palabras sencillas: están acostumbrados. Conscientes de que gran parte de su vida se encuentra en el entorno digital, el 88% de los Gen Z están dispuestos a compartir sus datos y tener menos privacidad a cambio de una mejor experiencia en línea, según la encuesta del Sentimiento Global del Consumidor del Foro.
Además, también es la generación que más tiempo pasa conectada. Como arrojan desde Talker Research, los jóvenes adultos llegan a estar frente a la pantalla del celular cerca de 6.6 horas al día. La mayor parte de ese tiempo se destina a redes sociales. Entonces, resulta evidente que son el público objetivo para los intermediarios de datos.
Y ¿todo esto es seguro? Sí y no. Ante la aparente facilidad en la que la compañía puede acceder a los datos del celular, hace evidente que por más que se busque mantener el anonimato esto no siempre pueda ser así. Según User Centrics, anonimizar los datos no es garantía de protección contra intenciones maliciosas.

Aunque el mismo portal sugiere que se resguarden bajo anonimato datos como direcciones IP, biométricos y, claro, información bancaria, se pone sobre la mesa una pregunta ¿por esos mismos 1,000 pesos le mostrarías a un vecino todas las páginas que visitas? La duda la dejamos al aire, no obstante se debe hacer hincapié que dicho ejemplo sería diario, a cada instante.
Y si bien persiste este auge en las empresas que comercializan con los datos de los usuarios (para analizar comportamientos a fin de crear publicidad), cabe advertir que esto no les servirá para ganar un “dinerito” extra toda la vida. Las regulaciones comienzan a presionar este tipo de modelo de negocios.
Cortesía de Xataka
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