La historia del gremialista con cuentas offshore, caballos pura sangre y lazos estrechos con un capo de la AFIP

Si no fuera porque todo queda en constancias judiciales parecería la creación perturbada de un guionista entusiasta pero demasiado arrojado para vender su idea. Pero no es un libreto. Es la historia de un hombre hecho de abajo, que empieza a trabajar a los 13 años en un hipódromo en Santa Fe, llega a manejar una obra social sindical, construye una fortuna incalculable, se vuelve propietario de un haras con decenas de caballos pura sangre, coloca dinero en cuentas en el exterior y se compra una mansión en un barrio acomodado enfrente de la del gobernador.

La fabulosa historia de Carlos Felice es ahora, también, la del porrazo de un hombre exitoso durante medio siglo, que para colmo de infortunios no cae por un traspié propio. El tropezón que se lo lleva puesto fue del contador que le gerenciaba el dinero, le manejaba el frente fiscal y gestionaba las colocaciones de activos en cuentas offshore. Ese contador era además en el momento en que se dedicaba a esas tareas el director regional de la AFIP en Santa Fe primero y en Rosario después.

Carlos Felice es en la ciudad de Santa Fe una figura permanente del establishment. No hay evento institucional o mediático que lo excluya. Es hace años secretario general a nivel nacional de la Unión de Trabajadores del Turf y Afines (UTTA). Como lo presenta la página web de la entidad, es abogado, político y dirigente sindical. Fue candidato a intendente de la capital provincial y fantaseó con ser presidente de Colón de Santa Fe por lo que incluso empapeló la cartelera pública la ciudad. Maneja hace años la poderosa obra social de los trabajadores del Turf, OSPAT, cuya sigla figura como la principal publicidad en la camiseta de Unión de Santa Fe.

Felice aparece en fotos que demuestran que, efectivamente, es un hombre de suceso. En dos ocasiones caballos suyos se impusieron en el Gran Premio Carlos Pellegrini, el clásico más importante del calendario hípico argentino, que se disputa en el Hipódromo de San Isidro desde 1887. Es el dueño del haras El ángel de Venecia. Según quienes lo conocen en el Jockey Club de Santa Fe ha tenido éxito en algo que muy pocos empresarios del turf intentaron que fue llevar ejemplares propios a Estados Unidos para participar en reuniones ecuestres.

Felice es uno de los arrastrados por el contenido del celular secuestrado a Carlos Andrés Vaudagna, el ex director de la AFIP en Santa Fe y Rosario entre 2010 y 2020, una caja de pandora que mostró un abanico de corrupción institucional que se investiga en cinco fiscalías federales distintas. El caso ahora está asignado al fiscal federal de Santa Fe Walter Rodríguez.

El celular de Vaudagna

El control de OSPAT es según sospechan los fiscales federales el trampolín de Felice para convertirse en un magnate. La calificación no exagera un pelo. En una comunicación telefónica a uno de los tres celulares que utiliza Felice, el hombre fuerte de la ex AFIP le dice al hombre fuerte del Turf que necesita transferir desde una cuenta en un banco de Nueva York “unos 100”. Hay evidencia de una chequera en esa cuenta internacional.

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¿Para qué quiere Vaudagna, que le maneja el patrimonio a Felice, traer ese dinero? El mismo lo aclara. Para pagar el tributo a bienes personales y el impuesto a la riqueza.

Durante años Felice pudo volar debajo del radar a pesar de que tenía un haras por donde pasaron más de 60 caballos pura sangre, cuentas en el exterior, atesoraba oro y era vecino de Carlos Reutemann

Hay una investigación patrimonial ya en curso en la Justicia Federal para establecer la licitud de lo atesorado por el titular del sindicato del Turf y de la obra social afín. Pero algo muy llamativo es la inferencia que hacen los investigadores federales de que Felice tenía que afrontar el impuesto a la riqueza

Ese impuesto extraordinario, con el que se construyó el gasoducto desde el yacimiento de Vaca Muerta, se impuso para contribuyentes que a fines de 2020 tenían bienes registrados por 200 millones de pesos y para otros que al actualizar patrimonios declarados en años anteriores se infería que llegaban a esa cifra. Eran los 13 mil contribuyentes más ricos del país en un país de 45 millones de habitantes.

La historia del gremialista con cuentas offshore, caballos pura sangre y lazos estrechos con un capo de la AFIP

Según el contenido del teléfono que le secuestró la Fiscalía Regional de Rosario en 2021, luego base de la investigación de varias fiscalías federales, Vaudagna le pide a Felice traer presuntamente al país desde el exterior “100” para afrontar ese tributo cobrado por única vez. Esa conversación es del 13 de abril de 2021. El primer vencimiento para la declaración jurada y pago inicial del impuesto a la riqueza fue el 16 de abril de ese año.

En ese mismo tramo de diálogo queda al desnudo que el director de la ex AFIP en Rosario hace gestiones con un abogado de Florida, en Estados Unidos, para colocar dinero de Felice en paraísos fiscales.

Self made man

Los que lo conocen del Jockey Club de Rosario cuentan que Carlos Felice empezó a trabajar a los 13 años llevando documentación y papeles en el Hipódromo de la ciudad de Santa Fe donde su padre estaba en la comisión directiva. Hombre espabilado, entrador, inteligente, profundamente egocéntrico, su perspicacia lo hizo crecer y llegar a la secretaría del Sindicato del Turf en Santa Fe. Luego acceder al control nacional de la Federación de Trabajadores del Turf (FATT) y finalmente fundar la actual UTTA, el gremio nacional actual, del que hace años es secretario general.

La clave para los observadores para la prosperidad de Felice, lo que determinará su pesquisa patrimonial, fue haber tomado las riendas de la OSPAT. La caja de la obra social que administra lo encumbró social y económicamente. Ya se movía entre Santa Fe, Palermo y San Isidro. Había comprado una casona, al lado de donde funcionó el boliche Saint Thomas, en la punta norte de la costanera de Santa Fe, bien enfrente a la residencia de Lole Reutemann.

Más adelante se estableció en Puerto Madero porque alterna sus actividades entre Buenos Aires y la capital santafesina. Sus conocidos en Santa Fe indican que por su Haras El Ángel de Venecia pasaron unos 60 animales de calidad superior. En dos ocasiones un caballo de su propiedad ganó el Carlos Pellegrini lo que fue público. Con el trofeo en sus manos de la máxima prueba hípica argentina y amplia sonrisa, Felice aparece retratado como dueño del potrillo ganador, The punisher, al lado del jockey y las autoridades del hipódromo el mismo día que la selección ganó la Copa del Mundo en Qatar. Un año antes otro ejemplar de Felice, Village King, había llegado primero en la misma competición.

Dicen en el Jockey de Santa Fe que en el año de su segunda coronación en el Pellegrini Felice llevó tres caballos a Estados Unidos lo que habla, señalan, de un gasto de cuidado fuera del alcance de otros studs.

Fiscales federales de Rosario, Santa Fe, Reconquista y Buenos Aires se toparon, al examinar los intercambios de mensajes de Vaudagna, con un capítulo muy particular al advertir los chats con Felice. Este le consulta al jefe de la ex AFIP qué firma le conviene utilizar para comprar caballos: “Carlos, ¿qué sociedad que no sea El ángel puedo usar para comprar un caballo?”. Esa y otras consultas dejan claro que el funcionario del ente administrador, afirman los investigadores, le maneja los bienes.

Vaudagna luce muy comprometido en distintos frentes. Está sospechado con evidencia desplegada de asesorar a empresas legales para evadir impuestos, de gerenciarlas mientras tenía un cargo en el máximo órgano de control fiscal en Santa Fe, de cobrarles honorarios a través de al menos dos mutuales que había comprado. De haber adquirido miles de hectáreas de campos en Chaco, empresas lácteas y mover influencias en altos escalones empresariales y políticos.

Fideicomisos y dinero

En los chats con Felice se advierten, según los fiscales, el asesoramiento que le da sobre las maneras de llevar dinero al exterior, con un contacto con un profesional que tiene actividad en paraísos fiscales de EE.UU. También se advierte que realiza otras gestiones en nombre de Felice. Ante el divorcio de Felice, realiza actividades con un asesor legal para cambiar a la beneficiaria del fideicomiso del sindicalistas, y armar tres a favor de sus hijos en las Islas Cook, en Oceanía.

En la actividad de gestionarle el patrimonio a Felice, el contador Vaudagna aparece dando sus mails para el cobro de honorarios. También frente al fin de la relación conyugal del sindicalista el ex jefe de la AFIP Santa Fe y Rosario se coloca como protector de sus fideicomisos y menciona a un asesor financiero como suplente por cualquier cosa que le pase.

Se lo refiere a una contadora, Virginia C., con quien están llevando a cabo presuntamente un plan de sinceramiento del mismo Felice. En ese marco le consultan si puede hablar porque buscan “sincerar oro”. Esta vez Vaudagna responde con un audio: “Si háblame, no quiero hablar ahora porque estoy en el laburo y me escuchan, pero si necesitas algo me haces un toque y voy a algún lugar más privado y hablamos”.

Las actividades que presta Vaudagna, dicen los fiscales, se cobran. Ya en el año 2017 consta en el contenido de su teléfono que le reclama pago de “honorarios” al contacto Andrea T. que es una contadora relacionada con Felice, en OSPAT o en UTTa. “Andrea, acordate de los honorarios, estamos atrasados. Beso”, escribe Vaudagna. Enseguida le remite en formato PDF facturas de “Mutual Prestaciones Santa Fe” a OSPAT. Esa es una de las mutuales Vaudagna dice haber comprado y donde tiene en el directorio, dicho por él mismo, familiares y socios de su confianza.

Figura del statu quo de una ciudad de perfil tradicional como Santa Fe, Felice se codea estrechamente con políticos, empresarios, gremialistas, funcionarios del Poder Judicial y empresarios de medios. En noviembre pasado recibió el premio “El brigadier” en nombre de Ospat. El galardón fue entregado en la noche de gala del empresariado santafesino. Es una distinción que otorga la Asociación Dirigentes de Empresas de Santa Fe. El objetivo de estos premios, indica la entidad, es reconocer a las empresas que contribuyen al desarrollo de la comunidad santafesina. 

Cortesía de La Política Online



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