
A sus 27 años, Mariana Etchegaray convirtió un dolor profundo en una obra literaria. Conocida en redes sociales como @MarianaBooker, esta joven tapatía —licenciada en Comercio y Negocios Globales por el ITESO— ha construido una comunidad en TikTok, Instagram y YouTube, donde promueve el amor por los libros y la lectura. Hoy da un paso más allá al publicar su primera novela, “Hasta donde suene mi voz”, una historia de ficción inspirada en una vivencia real y profundamente íntima.
La escritura le tomó tres años. Fue un proceso emocional y catártico. La novela está marcada por un hecho que cambió su vida para siempre: la muerte de su hermana menor, hace cinco años. A través de sus personajes, “Sofía” y “Marcus”, Mariana traza un camino que explora el duelo, la culpa, la amistad, la salud mental y, sobre todo, la posibilidad de empezar de nuevo.
“Escribir un libro es un proceso súper personal, y ahora escribir sobre un suceso tan cercano a mí lo hace aún más doloroso. Tengo muchas emociones, pero principalmente estoy emocionadísima”, confesó en entrevista con EL INFORMADOR.
“Me siento súper extraña porque he tenido un montón de emociones contradictorias al mismo tiempo… hasta tuve que ir con mi psicóloga y preguntarle si era normal lo que estaba sintiendo”.
Aunque Etchegaray comenzó a escribir desde los ocho años, su amor por la lectura llegó más tarde. De hecho, se resistía activamente a leer durante su infancia. “Yo antes era la persona más hater de la literatura”, recordó entre risas. Fue hasta los 15 años que descubrió libros que hablaban su mismo lenguaje, y desde entonces no soltó la lectura.
“Hasta donde suene mi voz” se convirtió en la vía para narrar una historia que nace del dolor personal. “Yo soy una persona a la que le cuesta mucho expresar cómo se siente. Me es más fácil escribirlo. El libro fue justo eso, una forma de entenderme mejor. Tenía claro el mensaje que quería dar, pero conforme avanzaba en la escritura, me di cuenta de que no bastaba con un sólo libro”, explicó. Por ello, ya contempla una segunda parte que profundizará en la transformación y en “lo bonito que es sanar cuando te das los tiempos y los espacios para hacerlo”.
La novela, que alcanza las 454 páginas —reducidas en tipografía para hacerla más accesible—, gira en torno a dos personajes con heridas distintas, pero complementarias. “Sofía” ha perdido a su hermana en un accidente del que se siente responsable. “Marcus” perdió a su madre una década atrás. Desde estas dos perspectivas, Mariana ofrece una narrativa dual que permite explorar el proceso de duelo desde el presente y la experiencia.
“Creo que cuando metes dos puntos de vista enriqueces mucho la historia. ‘Sofía’ apenas sabe cómo continuar. ‘Marcus’ ya vivió algo parecido y sabe lo que está pasando. No sólo es un interés romántico, es también un amigo. Y muchas veces necesitas primero un amigo antes que cualquier otra cosa cuando estás sufriendo”, contó.
Uno de los temas centrales de la novela es la salud mental. Para Etchegaray, escribir fue también un acto de revelación. “El dolor no es una gripa. No desaparece por arte de magia ni con una pastilla. Muchas veces piensas que va a desaparecer, pero no es así. Me importaba mucho hablar de eso, de cómo sanar toma tiempo y no tiene una fórmula rápida”.
Mariana enfatiza que las redes sociales han distorsionado nuestras expectativas sobre la vida emocional. “Nos venden esta idea perpetua de la felicidad, de que todo es maravilloso. Y no es cierto. También hay partes oscuras y hay cosas malas que te impiden ser feliz, pero eso no dura para siempre. Nada es eterno”.
Ese mismo mensaje lo extiende a sus lectores, especialmente a los jóvenes que atraviesan momentos difíciles. “Todo va a pasar. Nada duele así para siempre. Incluso la tristeza más grande va a pasar. Y si estás en algo que no te gusta o no te sientes cómodo, siempre puedes cambiar de rumbo. Nunca es tarde para volver a comenzar”.
El cierre de la novela está pensado para dejar al lector en un punto de tránsito, entre el dolor y la esperanza. “Yo sabía que quería contar una historia con un final feliz. Quería mostrar que, aunque la vida los pisotea, mis personajes se levantan. Porque, al final de cuentas, es una historia sobre el amor, la pérdida y la magia de comenzar de nuevo”.
Una historia de dolor, solidaridad y luto
“Sofía” y “Marcus” coinciden en el momento más oscuro de sus vidas y, sin planearlo, se convierten en el ancla el uno del otro. Entre música y silencios que ocultan el dolor, aprenderán que sanar no significa olvidar. Una historia sobre el amor, la pérdida y la magia de comenzar de nuevo.
CT
Cortesía de El Informador
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