El lugar más feliz del mundo. Al menos así se le describe a Disneyland. Pese a la popularidad que tiene esta cadena de parques de atracciones, no quiere decir que esté exenta de historias turbias. Tal fue el caso de Bogden Delaurot quien se ahogó dentro en la isla de Tom Sawyer. Ese fue solo un ejemplo de muchas tragedias de las que ni siquiera sus trabajadores están a salvo. Ya sea fuera o dentro de los parques.
Como contexto, cuando Disneyland abrió sus puertas en 1971, arrancó con una plantilla de al menos 5,500 trabajadores. A quienes se les designó el título de “miembros del reparto”. Al día de hoy, se estima que tan solo la sede de Orlando, Florida, da empleo a 77,000 personas. Entre todos ellos, destacan quienes se disfrazan para que los asistentes puedan tomarse fotos y convivir con sus personajes favoritos de las películas.
Las decenas de trabajadores que se disfrazan deben de tener la capacidad para improvisar y actuar como su personaje para que el público realmente crea que salió directamente del filme al que pertenece. Estas interacciones pueden ir desde los saludos, abrazos, fotos y hasta poder subirse a los juegos con los visitantes. Es aquí donde llegamos con el protagonista de nuestra historia, quien sabía manejar muy bien estas reglas: Gastón.
Sí, aquel villano torpe pero fortachón de La Bella y la Bestia era uno de los más populares en, precisamente, el parque de Orlando. Su sarcasmo y carisma lo convirtieron en uno de los miembros básicos de la sede hace más de una década. Lastimosamente, en 2015 el joven que lo interpretaba en ese momento falleció en un accidente al encender fuegos artificiales sobre su cabeza. Su nombre: Devon Staples.
Resulta que el 4 de julio de 2015, justo en la celebración del Día de la Independencia de Estados Unidos en compañía de sus amigos, Staples encendió un tubo de mortero de fuegos artificiales recargable que sostenía desde su cabeza. Pese a que los presentes intentaron disuadirlo para que no lo hiciera, el joven lo prendió, supuestamente, en sentido de broma. Spoiler: falleció instantemente. Solo tenía 22 años.
Según recabó The Hollywood Reporter en su momento, el hermano de Staples, Cody, expresó que fue un incidente bastante extraño. El joven no creyó que su hermano tuviera la verdadera intención de suicidarse ya que era el tipo de persona que “finge hacer algo estúpido para hacer reír a la gente”. Según comentó, ni siquiera tuvieron prisa de llamar a una ambulancia: “ya no quedaba nada de Devon”.

Con esta historia, ya sabes no tienes que hacer algo posiblemente mortal, si no quieres consecuencias mortales.
Cortesía de Xataka
Dejanos un comentario: