Sin duda, el alcohol es una de las sustancias más integradas en la cultura. Se utiliza con frecuencia para celebrar todo tipo de acontecimientos. Sin embargo, todo indica que las nuevas generaciones han cambiado la forma en que lo consumen, especialmente en regiones como América, Asia y Europa, donde históricamente el consumo ha sido elevado.
Entre las distintas formas de ingerirlo, una práctica común es beber una o dos copas de vino antes de dormir, como una supuesta ayuda para conciliar el sueño. Esta conducta tiene diversas consecuencias en el cuerpo, ya que el alcohol actúa como un sedante. Si bien puede facilitar el inicio del sueño, los estudios indican que utilizarlo con este fin es una muy mala idea.
Durante algún tiempo, se popularizó la idea de que beber alcohol con moderación podía tener beneficios para la salud. Esto fue reforzado por la cultura popular, de forma similar a como en el pasado se promovía el tabaco como algo positivo. Sin embargo, Ian Colrain, presidente de un instituto de investigación en salud del sueño, ha publicado varios estudios que revelan la relación entre el insomnio y el consumo de alcohol antes de acostarse. Según sus hallazgos, “no hay beneficios reales”, ni evidencia de que el alcohol sea eficaz para combatir el insomnio.
Dormir de corrido no es lo mismo que dormir bien
El insomnio afecta a millones de personas, y parte del problema es la desinformación. Se cree erróneamente que “dormir bien” es sinónimo de “dormir de corrido”, cuando en realidad el descanso reparador depende también del tránsito por las distintas etapas del sueño, incluso si hay despertares durante la noche. Para enfrentar el insomnio, muchos adultos recurren al alcohol antes de dormir.
Aunque está comprobado que sustancias como el café, el tabaco y el alcohol afectan negativamente el sueño, muchas personas continúan creyendo que una copa antes de acostarse ayuda a descansar mejor. Colrain señala que uno o dos tragos pueden tener un efecto sedante, lo que da una falsa sensación de eficacia, pero en realidad impiden que el cuerpo cumpla con su función reparadora durante el descanso.
En experimentos de privación del sueño realizados en animales, se ha demostrado que la ausencia prolongada de sueño adecuado puede tener consecuencias graves, incluso la muerte en un mes. El investigador explica que el sueño proporciona una especie de “vacaciones cardiacas”, al reducir el ritmo cardíaco y la presión arterial. Sin embargo, el alcohol provoca el efecto contrario: eleva el ritmo cardíaco, y el problema se agrava si se consume en mayor cantidad.
El alcohol interrumpe el sueño REM
En un estudio publicado en 2021, Colrain y su equipo analizaron los efectos de diferentes niveles de consumo de alcohol (alto, bajo y nulo) dentro de un periodo de hasta dos horas antes de dormir. En el caso de los hombres, un consumo alto fue definido como cuatro bebidas, y para las mujeres, tres. El consumo bajo fue de dos copas, respectivamente. También hubo un grupo que consumió vino sin alcohol como placebo.

El hallazgo más relevante fue que, incluso en los niveles bajos de consumo, se observó un aumento en la frecuencia cardiaca. Además, otros estudios se han centrado en la etapa REM, que es donde ocurren la mayoría de los sueños y constituye una fase esencial del descanso. Cuando el alcohol interfiere con esta etapa, el descanso es de menor calidad y se despierta en peores condiciones.
Hasta el momento, no existe ninguna evidencia de que el alcohol, en cualquier cantidad, mejore la calidad del sueño. Es cierto que puede inducir una fase inicial de sueño profundo, pero interrumpe los ciclos REM, lo que afecta negativamente el descanso general.
Esto puede desencadenar trastornos del sueño y fomentar un círculo vicioso, donde las personas recurren cada noche a una copa con la promesa de dormir mejor, lo que puede derivar en dependencia.
¿Qué alternativas hay?
Evidentemente, el alcohol no es la solución para dormir más rápido. Aunque existen muchos consejos y estrategias, no hay una fórmula única. No obstante, Colrain sugiere que opciones como beber un vaso de leche o una infusión sin cafeína ni teína pueden ser más efectivas.
También recomienda establecer rutinas de sueño con horarios fijos, escuchar podcasts antes de acostarse y, sobre todo, evitar cualquier tipo de bebida alcohólica como método para conciliar el sueño.
Cortesía de Xataka
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