En una colina a las afueras de San Petersburgo, Rusia, se encuentra un observatorio con una historia fascinante. El Observatorio de Pulkovo, fundado en 1839, fue durante más de un siglo el epicentro de la astronomía de precisión. Sus instrumentos, en particular los círculos meridianos, permitieron a los astrónomos medir con exactitud la posición de los astros, una tarea fundamental antes de la llegada de la astrometría espacial. Sin embargo, lo que hace especial a Pulkovo no es solo su importancia científica, sino su capacidad de renacer tras la destrucción y adaptarse a los nuevos tiempos.
Un reciente artículo de V. N. Yershov titulado “The Last Meridian Circles of Pulkovo Observatory” detalla la evolución y el legado de estos instrumentos en el observatorio. En él se describe cómo los círculos meridianos fueron modernizados en el siglo XX y cómo, a pesar de su precisión, acabaron siendo reemplazados por tecnologías más avanzadas.
Los inicios de los círculos meridianos en Pulkovo
Los círculos meridianos, también llamados anteojos meridianos, son instrumentos astronómicos diseñados para medir la posición de los astros cuando cruzan el meridiano, la línea imaginaria que pasa por el punto más alto del cielo. Inventados en 1704 por Ole Rømer, estos dispositivos fueron esenciales para la cartografía celeste durante siglos.
Cuando el astrónomo Friedrich Georg Wilhelm von Struve fundó el Observatorio de Pulkovo en 1839, sabía que necesitaba el mejor equipo disponible. Por eso, ordenó un círculo meridiano Repsold, fabricado en Hamburgo, con un diámetro de 150 mm y una distancia focal de 2150 mm. Este instrumento fue complementado con otros dos dispositivos fabricados en Alemania por T.L. Ertel: un gran instrumento de tránsito y un círculo vertical, ambos diseñados para mejorar la precisión de las observaciones astronómicas.
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El impacto de la Segunda Guerra Mundial y la reconstrucción
El siglo XX trajo consigo grandes avances científicos, pero también eventos devastadores. Durante la Segunda Guerra Mundial, el Observatorio de Pulkovo sufrió daños catastróficos cuando la línea del frente pasó por su territorio. La mayoría de sus telescopios fueron destruidos, y solo una pequeña cúpula en la ladera sur de la colina logró sobrevivir.
Tras la guerra, la comunidad científica rusa decidió reconstruir Pulkovo. En 1954, el observatorio fue reabierto y recibió dos grandes telescopios alemanes como compensación: un refractor Zeiss de 26 pulgadas y un círculo meridiano Toepfer de 190 mm de diámetro. Este último fue instalado en uno de los salones meridianos y utilizado hasta finales de la década de 1970.
En 1978, se tomó la decisión de modernizar el círculo meridiano, reemplazando su sistema óptico y mecánico. Se añadieron dispositivos fotoeléctricos para mejorar la precisión de las mediciones, permitiendo que el instrumento operara con un micrómetro fotoeléctrico de plano focal y un nuevo objetivo de 200 mm diseñado específicamente para detectar luz azul.
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Los avances tecnológicos y el declive de los círculos meridianos
A pesar de estos esfuerzos de modernización, la astrometría terrestre comenzó a perder relevancia con la llegada de las misiones espaciales. En 1989, la Agencia Espacial Europea lanzó el satélite Hipparcos, que revolucionó la medición de estrellas al alcanzar una precisión sin precedentes en la escala del milisegundo de arco.
En respuesta a estos avances, en la década de 1990 los astrónomos de Pulkovo intentaron desarrollar un nuevo tipo de círculo meridiano capaz de observar estrellas más débiles en el infrarrojo. Este proyecto incluía un sistema innovador de microscopios autocollimadores y elementos ópticos fabricados en Astrositall, un material con coeficiente de expansión térmica ultrabajo.
Sin embargo, la crisis económica que siguió al colapso de la Unión Soviética impidió que este ambicioso proyecto se completara. Con el tiempo, los círculos meridianos de Pulkovo dejaron de usarse, y la observación astronómica se centró en otros instrumentos más modernos.
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El legado de los círculos meridianos en la actualidad
Aunque los círculos meridianos han sido reemplazados por radiointerferometría de base muy larga (VLBI) y misiones espaciales como Gaia, su legado sigue vivo. Hoy en día, el Observatorio de Pulkovo mantiene su relevancia a través de la observación de asteroides y cuerpos cercanos a la Tierra, utilizando telescopios modernos como el ZA-320M y el MTM-500M, situados en la Estación Astronómica de Kislovodsk.
Los astrónomos consideran que el mejor reemplazo terrestre para los círculos meridianos sería un telescopio de gran campo de visión, con un espejo primario de uno o dos metros. Un ejemplo de esta tendencia es el telescopio AZT-16 Maksutov, ubicado en el Observatorio Nacional de Chile.
Referencias
Cortesía de Muy Interesante
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