En Hollywood y el mundo de las plataformas de streaming, las transformaciones físicas de los actores son una constante. Sin embargo, pocos cambios se ven tan radicales y como el que experimentó Jeremy Allen White en los últimos años.
El actor de 34 años, conocido principalmente por su papel protagónico en la exitosa serie The Bear de Disney+, pasó de ser el chef Carmy a casi un doble de Bruce Springsteen para la biopic Springsteen: Deliver Me From Nowhere, que se estrena en octubre pero ya se acaba de exhibir en un festival de cine en Telluride, estado de Colorado.
Además, entre la primera y segunda temporada de The Bear subió casi 20 kilos para actuar en The Iron Claw, un filme sobre dos estrellas de la lucha libre
Esta última transformación para interpretar a Springsteen se dejó crecer el pelo enrulado se puso la típica ropa de The Boss, desde musculosas hasta camperas de cuero y camisas de franela inspiradas en la bandera estadounidense, propias de los inicios de la carrera del músico.
El primer tráiler de la película, estrenado en junio de 2025, mostró una prometedora interpretación de White, y tras la exhibición en Telluride hubo elogios de la prensa y del propio Springsteen.
El cambio no solo fue físico. White pasó meses sumergido en la discografía de Springsteen, estudiando sus movimientos, su respiración, sus letras y hasta los sutiles gestos de su presencia en el escenario. También pasó largas horas con clases de canto y entrenando en el gimnasio para modelar su figura. En entrevistas, confesó que lo que más le impresionó fue la vulnerabilidad que el músico mostró en su carrera a través de canciones como The River o Thunder Road.
El actor logró la difícil tarea de dejar atrás a Carmy Berzatto, el temperamental chef de Chicago con traumas emocionales, complejo y multifacético. Se convirtió en el mítico Bruce y construyó una versión modernizada y personal del músico. Pero, más que una simple imitación, su interpretación revela una profunda admiración y respeto por el hombre que fue la voz de una generación.
La primera gran prueba llegó en los ensayos de una serie de conciertos organizados en Nueva York, donde el actor fue invitado a subir al escenario e interpretar algunas de las canciones más emblemáticas de Springsteen. En su debut, una actuación de Born to Run, White causó un revuelo inmediato. La crítica lo aclamó por su habilidad para captar la energía del rockero, y los fanáticos, muchos de los cuales jamás imaginaron ver a su ídolo interpretado por otro, no dudaron en alabar la intensidad y autenticidad de la performance.
Para quienes presenciaron esos primeros shows, la sorpresa fue total. Aquello no era una simple representación de Springsteen. Era un intento por comprender y conectar con la esencia de lo que significa ser un artista revolucionario. Desde la postura erguida hasta el carisma que proyectó sobre el escenario, el actor encontró en una fuente inagotable de inspiración que le permitió construir una interpretación profundamente emotiva.
Varios críticos de cine y música lo compararon con grandes actores que hicieron a figuras de la talla de Johnny Cash, como Joaquin Phoenix en Walk the Line, o Bob Dylan, como Christian Bale en I’m Not There.
Con este trabajo, Jeremy Allen White ya es más que un rostro familiar de la televisión. Es un nombre que se asocia con la versatilidad, la transformación, y sobre todo, con la capacidad de sorprender a su audiencia. Con una carrera que tomó giros inesperados pero siempre bien fundamentados. El salto de The Bear a Bruce Springsteen es solo un capítulo en una carrera que sigue evolucionando, con nuevos retos a la vista.
Cortesía de Clarín
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