México se perfila a una reconfiguración de la inversión extranjera. Durante el primer trimestre de 2025, el país acumuló anuncios de inversión por 25,856 millones de dólares. De ese monto, 42% se dirige al sector comercio, lo que desplaza al sector manufacturero como receptor prioritario de capitales.
Los datos más recientes de la Secretaría de Economía marcan un quiebre estructural. La manufactura, que había fungido como eje del atractivo mexicano para la inversión extranjera directa (IED), queda relegada a 24% del total de anuncios. La tendencia obedece a una combinación de factores políticos, logísticos y estratégicos que redibujan el perfil económico del país.
Uno de los factores más disruptivos proviene de la política arancelaria impulsada por la administración de Donald Trump. Las imposición de aranceles a productos mexicanos colocan un signo de interrogación sobre la viabilidad de México como plataforma exportadora confiable. La incertidumbre sacude decisiones de largo plazo, especialmente entre empresas con flujos transfronterizos.
Algunas compañías del sector manufacturero reconocen que sus planes de expansión o modernización están en el aire ante el riesgo de represalias comerciales. Ejecutivos del norte del país explican que proyectos de ampliación industrial se mantienen en pausa, no por falta de capital o demanda, sino por la falta de certeza.
A esta tensión se suma el encarecimiento de los costos logísticos y la necesidad de encontrar rutas de suministro más ágiles. Las fábricas que antes operaban con México como base estable para abastecer al mercado estadounidense ahora enfrentan un entorno volátil. La relocalización de cadenas productivas se topa con una paradoja, ya que el país que parecía el principal beneficiario del nearshoring ahora enfrenta obstáculos inesperados.
De acuerdo con un análisis del BBVA, la manufactura continúa como el mayor receptor estructural de IED en términos acumulados, seguida por los sectores financiero y minero. Juntos, concentran 75% de los flujos totales hacia el país. La explicación radica en la naturaleza transable de sus productos, atractivos por su potencial de exportación.
Sin embargo, la aceleración de anuncios en comercio sugiere un cambio de ruta.
El comercio minorista y electrónico gana terreno como refugio de inversión en tiempos inciertos. La expectativa de inversión en el sector comercio alcanzó los 11,003 millones de dólares durante el primer trimestre de 2025. La cifra representa casi el doble de lo reportado durante todo 2024, cuando el sector apenas rebasó los 6,000 millones de dólares.
Gigantes globales como Walmart y Mercado Libre encabezan los anuncios de inversión del primer trimestre del año.
Walmart planea abrir nuevas tiendas, centros logísticos y plataformas digitales, mientras que Mercado Libre busca fortalecer su ecosistema de e-commerce y servicios financieros.
El interés de las empresas del sector retail parece cobrar fuerza, apenas hace unos días, la británica Unilever informó que invertirá 30,000 millones de pesos, alrededor de 1,500 millones de dólares, en México entre 2025 y 2028.
Estos anuncios reflejan confianza en el consumo interno y una lectura estratégica del mercado mexicano como plataforma de expansión regional, como lo dejan claro los directivos de estas empresas.
Mientras que en el sector manufacturero los desafíos son mayores. Según un reporte de la Cámara de Diputados, hasta 14,000 millones de dólares de IED podrían repatriarse hacia Estados Unidos en un escenario de proteccionismo extremo. Esta fuga potencial amenaza a 4.16 millones de empleos vinculados a la industria manufacturera exportadora, equivalente a 7% de la población ocupada del país.
Especialistas advierten que la coyuntura obliga a redefinir prioridades. México no puede depender únicamente de su papel como maquilador en la periferia industrial de América del Norte. La economía requiere diversificar fuentes de inversión, robustecer su mercado interno y aprovechar el crecimiento de sectores dinámicos como el comercio y los servicios digitales.
Las cifras del primer trimestre de los anuncios de inversión no solo describen una transición de capital. Reflejan un reacomodo más profundo, el país comienza a mirar hacia adentro para blindarse del vaivén externo. El comercio crece, no como refugio pasajero, sino como nueva columna vertebral de un modelo económico en construcción que la presidenta de Claudia Sheinbaum delinea dentro del Plan México.
Cortesía de Expansión
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