La llegada del hijo se atreve a cuestionar el amor maternal. ¿Hay acaso un límite en lo que siente una madre por su hijo? ¿Importa lo tremendo que haya hecho, siempre lo amará? Y si eso que hizo la involucra de forma particular en el dolor, ¿es posible perdonarlo?
Todas esas preguntas se plantea la película, y si damos rodeos es poque no queremos develar los aspectos fundamentales de su trama, para que el espectador los pueda descubrir por sí mismo.
Es cierto que ha querido la casualidad y no la causalidad que La llegada del hijo se estrene comercialmente ahora, entre La mujer de la fila, de Benjamín Avila, con Natalia Oreiro, y Belén, de y con Dolores Fonzi. Las tres tienen varios puntos en común: hay un adolescente en prisión, las protagonistas verdaderas son sus madres o su abogada, que lo visitan y hay una ausencia del padre, a veces explicada y otras, no.
La relación madre e hijo es troncal en la nueva película de Cecilia Atán y Valeria Pivato, las realizadoras de La novia del desierto. Y si en La mujer de la fila el delito por el que el joven es detenido puede importar más o menos, aquí es un hecho que toca y altera a todos los personajes involucrados en la trama.
En la primera escena Alan (Angelo Mutti Spinetta, que venía espaciando su carrera como intérprete) sale de prisión. Lo espera afuera, en el auto, su madre, Sofía (Maricel Alvarez, de Biutiful y Mi amiga del parque). Se abrazan, pero casi no se hablan. Y cuando se detienen en la ruta a comer, Alan parece tener más placer degustando una hamburguesa, disfrutándola con los ojos cerrados, que en el contacto con su madre.
Las directoras son muy cuidadosas en los detalles. Desde cómo le entregan al espectador el motivo por el que apresaron a Alan, a toda la realidad encubierta sobre lo que sucedió y el supuesto porqué.
Al llegar al hogar, tras cuatro años privado de su libertad, Baba, su perro, parece no reconocer a Alan. ¿Y qué vemos allí, en una mesa? Un rompecabezas sin terminar. Sin resolver.
Cristina Banegas es la abuela de Alan, que tiene un pasar económico que no puede impedir que su nieto deba cumplir la pena, por más que él diga que “no recuerda nada”.
“¡No te creo!”, le grita su madre en la primera visita al penal.
Podría pensarse que La llegada del hijo es una película “de actuación” (la catalana Greta Fernández tiene un rol también importante), pero no es solo eso. La puesta en cámara es rica en lo técnico (un de las tantas visitas de Sofía al sector de los nichos del Cementerio de la Chacarita), en el encuadre (los primeros planos de Maricel Alvarez irradian una potencia abrumadora) y en cómo va cosiendo y relacionando las escenas del pasado, con flashbacks, y el presente.
Un párrafo aparte acerca de la salida comercial del filme. No estrena en muchas salas, ni en muchos horarios, cuando en verdad merece una oportunidad mejor.
“La llegada del hijo”
Drama. Argentina / España, 2024. 84’, SAM 16. De: Cecilia Atán y Valeria Pivato. Con: Maricel Alvarez, Angelo Mutti Spinetta, Cristina Banegas, Greta Fernández. Salas: Cinépolis Avellaneda, Showcase Belgrano y Norcenter, Atlas Caballito y Cacodelphia.
Cortesía de Clarín
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