“La mayoría de los países europeos creen que está en juego la seguridad de toda Europa, no solo la soberanía de Ucrania”

Fuente de la imagen, PARSA/EPA-EFE/REX/Shutterstock

  • Autor, Katya Adler
  • Título del autor, Editora de Europa

“Es sin duda una manera de enfocar nuestras mentes… ¡y nuestros bolsillos! Donald Trump nos está haciendo un favor, si decidimos pensarlo de esa manera. Y también podemos mirar el lado positivo. De lo contrario, estos tiempos son demasiado oscuros”.

Son las palabras de un diplomático de un importante país europeo después de que Donald Trump cerrara el grifo de la ayuda militar a Ucrania el lunes. Pidió no ser identificado para poder compartir sus pensamientos más libremente.

El ritmo del cambio en Washington pueden ser vertiginososno sólo para el público sino también para los políticos.

Europa se esfuerza por reaccionar de la manera adecuada en este nuevo escenario.

Han sido unos días de frenética actividad diplomática: llamadas telefónicas entre líderes a altas horas de la noche, reuniones europeas en Londres y París, reuniones de ministros de defensa de la OTAN en Bruselas.

Este jueves también está prevista una cumbre de emergencia sobre seguridad de los líderes de la UE.

Es un momento importante en la historia europea.

La mayoría de los países europeos creen que está en juego la seguridad de toda Europa, no sólo la soberanía de Ucrania, y que Rusia busca desmantelar el equilibrio de poder con Occidente vigente desde el final de la Guerra Fría.

Washington, que ha respaldado al viejo continente en términos de seguridad y defensa desde la Segunda Guerra Mundial, parece ahora “no preocuparse por el destino de Europa”, según dijo el hombre que se perfila como el próximo líder de Alemania, Friedrich Merz.

Pero, ¿qué están logrando realmente todas estas cumbres y reuniones de alto nivel?

Apenas unas horas antes de que Washington suspendiera la ayuda militar a Kyiv, el primer ministro británico, Keir Starmer, quien ha tomado la iniciativa en Europa en relación con Ucrania, anunció que era hora de “acción, no de palabras”.

Mientras, la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, dijo que Europa debe convertir a Ucrania en un “puercoespín de acero”, con entregas urgentes y adicionales de armas.

¿Pueden realmente los países europeos actuar como uno solo? Europa es una suma total de diferentes países con presupuestos de diferentes tamaños y políticas y prioridades internas diversas.

Keir Starmer y el presidente Zelensky se miran sonrientes a la entrada de Downing Street.

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Doble objetivo

Europa busca un doble objetivo al emprender estas acciones para su propia defensa.

En primer lugar, mostrarle a Donald Trump que (en palabras del primer ministro de Reino Unido) Europa ahora hará el “trabajo pesado” para defenderse. Los europeos esperan que Trump se convenza de que ya no se están aprovechando de Estados Unidos y persuadirlo de que reanude su apoyo militar a Ucrania y mantenga el actual respaldo de seguridad estadounidense para Europa en su conjunto.

Pero, en cualquier caso, los líderes europeos necesitarán reforzar urgentemente sus propias defensas y también su apoyo a Kyiv.

El peligroso escenario que quieren evitar es el que se abriría si Donald Trump se aleja de Ucrania y después de Europa, dejándola sin su esquema actual de seguridad.

No es solo a Washington a quien Europa tiene que demostrarle cosas.

Rusia también observa.

A las reuniones europeas de alto perfil y a las grandes promesas deben seguirles resultados rápidos, impresionantes y prácticos; de lo contrario, a los ojos del Kremlin, Europa parecerá débil y vulnerable.

Moscú ya se ha regodeado en las “divisiones” que ve en la unidad occidental.

Trump dice que confía en el presidente ruso, Vladimir Putin, pero ha sido mordaz y crítico con los aliados europeos de la OTAN y llamó “dictador” al presidente de Ucrania.

El Kremlin sabe que, a pesar de todo lo que dice Europa sobre defenderse con determinación, cualquier experto en seguridad con el que uno hable admite que (al menos en el corto y mediano plazo), todavía necesita a Estados Unidos.

Por eso vimos al presidente francés en Washington y al primer ministro británico cortejar por separado a Donald Trump.

Estados Unidos ha llenado los enormes vacíos en la defensa europea durante años por la falta crónica de inversión después del fin de la Segunda Guerra Fría.

El número de tropas disminuyó por la supresión del servicio militar obligatorio en la mayoría de los países europeos. Estados Unidos tiene aproximadamente 100.000 soldados y armas nucleares en diferentes lugares de Europa bajo la política de intercambio nuclear de la OTAN.

Muchos de ellos se encuentran en Alemania, la principal potencia no nuclear europea, que teme quedar gravemente expuesta a Rusia si Donald Trump retira su apoyo.

Si Reino Unido y Francia logran formar lo que han llamado una “coalición de los dispuestos” (países europeos que aceptan enviar tropas de mantenimiento de la paz a Ucrania una vez que se acuerde un alto el fuego, aunque sea un número modesto), eso podría tensionar a los ejércitos europeos y exponer las brechas en las defensas de la OTAN.

Por eso Polonia no está dispuesta a enviar tropas a esa “coalición”. Dice que necesita mantener soldados en casa para defenderse de Rusia. También espera fervientemente que Estados Unidos no retire a sus tropas de Europa del Este.

La dependencia de EE.UU.

Dos cazas Eurofighter Typhoon británicos en la pista de un aeródromo en Ankara, Turquía.

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Pero Europa también depende de Estados Unidos para obtener recursos militares que garanticen el buen funcionamiento de las operaciones, lo que se conocen como “facilitadores”.

Ucrania, por ejemplo, depende en gran medida de la inteligencia estadounidense, para golpear duro a Rusia.

Pero el miércoles, el Financial Times informó que Estados Unidos había cortado el intercambio de inteligencia con Kyiv, una medida que podría afectar seriamente la capacidad del ejército ucraniano para atacar a las fuerzas rusas.

Cualquier fuerza de paz europea en Ucrania necesitaría el apoyo de Estados Unidos para establecer un escudo aéreo sobre el país. Europa carece de capacidades de reabastecimiento de combustible en vuelo, así como de las municiones que podrían destruir las defensas aéreas de Rusia si fuera necesario.

Como me dijo un político europeo, estos facilitadores “no se pueden comprar rápidamente en el cajero automático local”.

Esta es la razón por la que Reino Unido, Francia y otros países de Europa están tan interesados ​​en mantener a Estados Unidos a bordo durante el mayor tiempo posible.

“Algunos de mis estimados colegas europeos probablemente deberían abstenerse de tuitear enojados”, me dijo un diplomático de una nación de alto perfil, algo frustrado, cuando el viernes comentábamos la indignación europea por el trato dado al presidente de Ucrania en la Oficina Oval.

“El verdadero liderazgo no consiste en desahogarse en internet. Se trata de encontrar las palabras adecuadas para avanzar constructivamente, por complicada que sea la situación”.

“¿Necesitamos el apoyo continuo de Estados Unidos en Ucrania y Europa? ¿Tenemos más en común con Estados Unidos que con China? Esas son las preguntas fundamentales que debemos tener en cuenta”, me dijo este diplomático.

Otra cuestión fundamental para Europa es, por supuesto, cuánto dinero se necesita y con qué rapidez se puede impulsar de manera creíble la defensa continental.

Podría alegarse que Europa podría reemplazar con bastante facilidad el actual apoyo estadounidense en Ucrania si se lo propusiera.

Alemania es el mayor donante de ayuda militar a Ucrania después de Estados Unidos y dice que si otras potencias europeas siguieran su ejemplo, la defensa de Ucrania estaría cubierta.

Alemania y otros países del norte de Europa expresan resentimiento hacia Francia, que, según dicen, habla mucho sobre la defensa de Ucrania y muestra un liderazgo y una estrategia fuertes, pero en realidad ha donado relativamente poco.

En cuanto al gasto de defensa más general, la jefa de la Comisión de la UE, Ursula von der Leyen, declaró el martes que “Europa está en una era de rearme”.

Sugirió que la UE podría movilizar un total de 800.000 millones de euros (US$864.000 millones) para gastos de defensa mediante:

  • Una utilización más creativa de su presupuesto
  • Proporcionar 150.000 millones de euros en préstamos en inversiones para la defensa de la UE en su conjunto, con medios de defensa aérea y antimisiles, sistemas anti-drones y movilidad militar
  • Suspender las reglas fiscales de la UE para permitir que los países de la Unión gasten más en defensa

Los líderes de la UE debatirán sus propuestas y otras en su cumbre del jueves, incluida la idea de si los activos rusos congelados en Europa podrían usarse para financiar a Ucrania.

Pero el riesgo de potenciales diferencias en público, muchas impulsadas ​​por la política interna de los Estados miembro, se ciernen sobre una Unión Europea que busca forjar una postura común.

Hungría, cercana a Rusia y al gobierno de Trump, es un freno a casi todos los debates de la UE para ayudar a Ucrania. Bruselas teme que Eslovaquia vaya por el mismo camino.

Dos tanques franceses en un campo de entrenamiento.

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Aumentar el gasto militar

En los países cercanos a las fronteras de Rusia, los gobiernos no necesitan explicar a los votantes por qué el gasto en defensa debe ser alto. Estonia y Lituania, pequeñas y expuestas naciones bálticas, ya gastan más del 3% de su PIB en defensa. Quieren aumentar esa cifra al 5% en un futuro próximo.

Mientras tanto, las grandes economías europeas de Italia y España, geográficamente mucho más alejadas de Rusia, no gastan en defensa el mínimo del 2% del PIB que estableció como requisito la OTAN.

Según un estudio de Focaldata, un grupo de investigación con sede en Londres, la mayoría de los votantes de Alemania, Francia y Reino Unido quieren mantener o reducir el gasto en defensa y prefieren que su gobierno se centre en otras prioridades de los votantes.

Pero el secretario general de la OTAN, Mark Rutte, ha advertido a los europeos de que deben despertar y darse cuenta de lo que se está preparando en Washington y Moscú.

Las naciones europeas necesitan gastar más del 3% del PIB ya para liberar efectivamente al continente de su profunda dependencia de Estados Unidos, sostiene Rutte.

Si Donald Trump se retira por completo de Europa, y no digamos de Ucrania, eso significaría tener que gastar entre el 4% y el 6% del PIB, según los expertos en defensa: un terremoto político, social y económico que los líderes europeos esperan no tener que afrontar.

Raya

Fuente de la imagen, Getty Images

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Cortesía de BBC Noticias



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