La NASA advierte de la posible llegada de una poderosa tormenta solar: apagones y fallos en las redes eléctricas

El Sol tiene una potencia descomunal. Y cada once años, aproximadamente, el astro rey experimenta periodos de alta actividad electromagnética. La comunidad científica viene alertando desde el año pasado de que el Sol está entrando en un ciclo de alta actividad. Recientemente, la NASA ha detectado una de las llamaradas solares más intensas del año y ha advertido del peligro que pueden conllevar estas potentes explosiones de energía: apagones en las telecomunicaciones, redes eléctricas y señales de navegación.

La energía desprendida por el Sol durante las tormentas geomagnéticas es equiparable a la de millones de bombas de hidrógeno explotando al mismo tiempo. ¿Qué son estas tormentas solares? Las tormentas solares o geomagnéticas son fenómenos que se originan por una mayor emisión de viento solar o por las eyecciones de ‘masa coronal’, nubes de plasma solar causadas por las llamaradas más grandes que despide el astro.

Aunque las llamaradas solares pueden ocurrir varias veces a lo largo de un mismo día, sus efectos apenas se notan en nuestro planeta. No obstante, si estas expulsiones gigantes del Sol son lo suficiente intensas, pueden producir alteraciones en la magnetosfera de la Tierra, lo cual puede dar lugar a interferencias en la comunicación mediante ondas de radio, sistemas de GPS y otros equipos.

El pasado 14 de mayo, el Observatorio de Dinámica Solar de la NASA detectó una llamarada solar que clasificó como X2.7, ilustrada con una imagen del Sol teñida de rojo que muestra la actividad frenética del mismo. La imagen muestra un subconjunto de luz ultravioleta extrema que resalta el material extremadamente caliente en las llamaradas. La clase X indica que se trata de una erupción de lo más intensa.

Este tipo de erupciones solares, que pueden desatar efectos visuales impresionantes como auroras boreales por las olas de partículas cargadas que impactan contra nuestro campo magnético. Eso sí, la potencia de estas erupciones puede afectar gravemente las comunicaciones por radio, las redes eléctricas y las señales de navegación, además de representar riesgos para las naves espaciales y los astronautas, alerta la NASA.

Evento Carrington

La tormenta geomagnética más conocida tuvo lugar entre el 1 y el 2 de septiembre de 1859 y fue bautizada con el nombre ‘Evento Carrington’ por el astrónomo Richard Carrington, testigo del episodio y primero en comprender la naturaleza del mismo.

Durante la fase precursora y sucesiva al impulso de las tormentas solares, se emiten grandes cantidades de rayos X, que tardan entre horas y días en llegar a nuestro planeta. Esta energía da lugar a las tan espectaculares auroras boreales que, en casos como el de 1859, son apreciables mucho más allá de la zona de los polos. Sin ir más lejos, durante el ‘Evento Carrington’ pudieron observarse incluso desde Colombia, país muy próximo al ecuador terrestre.

Sin embargo, hubo otras consecuencias además del espectáculo visual que originó esta tormenta. Las primeras líneas de telégrafo y las redes eléctricas se sobrecargaron, dando lugar a algunos incendios. Más allá de algunas descargas eléctricas aisladas, no tuvieron que lamentarse serias consecuencias durante el episodio; algo muy distinto de lo que sucedería si las tecnologías quedasen inutilizadas en la actualidad. Por suerte, según cálculos de los astrónomos, tormentas de la magnitud del ‘Evento Carrington’ solo se dan unas dos veces por milenio.

Cortesía de El Periodico



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