La nueva decepción de Apple: sus nuevos iPhone 17 se rayan con mucha facilidad

El iPhone 17 Pro y Pro Max desembarcaron con la promesa de ser la mayor renovación física de los teléfonos de Apple en años. Después de insistir en que esta generación implicaba un salto estético, el entusiasmo no tardó en chocar con una realidad incómoda. Apenas puestos en vidriera, en ciudades como Hong Kong, Londres y Nueva York, la novedad empezó a mostrar grietas… literalmente. 

En algunos de los equipos expuestos, sobre todo en la versión azul oscuro, aparecieron rayaduras visibles tras unas pocas horas de manipulación por parte de clientes curiosos. La situación no pasó inadvertida. Bloomberg News constató en sus recorridos por locales que varios dispositivos ya presentaban marcas superficiales en la parte trasera. 

Y mientras los equipos seguían en exhibición, en China —primer mercado en recibir los teléfonos—, usuarios comenzaron a compartir fotos en redes sociales de sus iPhone 17 recién comprados con rayones a la vista. La sorpresa fue tal que, en cuestión de horas, la discusión sobre las marcas se volvió más viral que las virtudes técnicas del dispositivo.

Entre el marketing y la realidad

Apple había prometido que el regreso al aluminio en la carcasa venía acompañado de un acabado más resistente a las rayaduras. Una apuesta fuerte para justificar la nueva etapa estética del producto. Sin embargo, la evidencia temprana contradice esos anuncios: el material, sobre todo en colores oscuros, es propenso a dejar cicatrices con facilidad.

La polémica no es nueva. En 2012, con el iPhone 5, también llovieron críticas por rayaduras en las versiones negras y grafito. Aquel episodio quedó como una mancha en la historia de los lanzamientos de la compañía. 12 años después, el déjà vu se hace sentir ahora en la familia 17, con el agregado de que Apple eliminó el clásico color negro y lo reemplazó por un azul intenso que, lejos de camuflar marcas, parece resaltarlas aún más.

El contraste entre el marketing y la realidad se volvió objeto de ironías en redes sociales. Algunos usuarios señalaron que quizás la innovación de Cupertino consiste en vender teléfonos “customizados” desde el primer día, mientras otros compararon la situación con comprar un auto nuevo con abolladuras de fábrica.

Avances técnicos que quedan en segundo plano

Mientras la polémica por las rayaduras se lleva la atención, el iPhone 17 Pro y Pro Max llegaron cargados de mejoras técnicas que en otros tiempos habrían sido el centro de la conversación. Entre ellas se destaca un teleobjetivo de 200 mm, el más largo en la historia de la marca, con diseño de tetraprisma y un sensor un 56% más grande. El rango de zoom óptico alcanza 16x, ampliando las posibilidades de fotografía creativa y composiciones más versátiles.

La cámara principal ahora produce imágenes en superalta resolución de 24 MP, mientras que la frontal Center Stage alcanza los 18 MP, con la capacidad de modificar encuadres y alternar entre modos vertical y horizontal sin girar el teléfono. Incluso, al detectar un grupo de personas, el dispositivo ajusta automáticamente el plano para incluirlas a todas.

No obstante, las virtudes técnicas parecen haber quedado relegadas en las conversaciones públicas. Lo que se discute, con sorna y enojo, es que la supuesta gran renovación estética se convirtió en un problema estético a simple vista.

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Cortesía de Página 12



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