La OFJ alista penúltimo programa con obras de Rachmaninov y Tchaikovsky


La Orquesta Filarmónica de Jalisco (OFJ) ofrecerá esta semana su penúltimo programa de temporada con dos obras centrales del repertorio ruso: Rapsodia sobre un tema de Paganini, de Sergei Rachmaninov, y la Sinfonía Manfredo, de Piotr Ilich Tchaikovsky. Las funciones serán el jueves 27 de noviembre a las 20:30 horas y el domingo 30 a las 12:30 horas, ambas en el Teatro Degollado.

El director artístico de la orquesta, José Luis Castillo, detalló que la agrupación entra a la recta final del año con dos programas de distinta naturaleza. Sobre la semana actual comentó: “Nos quedan estos dos conciertos de temporada y un concierto especial para acabar el año. Y esa recta final no podría ser más alentadora. Por un lado, estamos esta semana con un repertorio romántico ruso con Sergei Rachmaninov y Piotr Ilyich Tchaikovsky”.

El programa será interpretado junto al pianista Sheng Cai, quien regresa como solista después de casi una década. Castillo subrayó la exigencia técnica de la obra de apertura. “El concierto abre con Rapsodia sobre un tema de Paganini. Las variaciones son de un virtuosismo realmente importante; son de las páginas para piano y orquesta más demandantes en la literatura pianística”, señaló. Añadió que Cai posee “cotas de velocidad y virtuosismo realmente importantes”.

La segunda parte estará dedicada por completo a la Sinfonía Manfredo, una obra que Tchaikovsky no numeró dentro de su catálogo. Castillo explicó que su estructura se acerca más a un poema sinfónico de gran extensión. “Es una pieza no tan frecuentemente tocada. Juan José Doñán nos dice que se interpretó por última vez en 1980. Creemos que es importante que la orquesta la conozca, que la haga suya y la incluya en su repertorio”.

El director destacó el vínculo entre la obra literaria de Byron y el pensamiento musical del compositor. “Hay una imbricación entre el texto de Lord Byron y el pensamiento musical de Tchaikovsky muy importante. No narra el poema, pero sí hay puntos de conexión en los que música y texto se implican de una manera importante”.

Añadió que el propio Tchaikovsky viajó a Davos, un paisaje que influyó en la monumentalidad sonora de la obra.

Sobre la permanencia de estas partituras en el repertorio orquestal, Castillo comentó que su fuerza radica en la claridad y la eficacia musical. “En el caso de Manfredo, la factura es limpia, pero propositiva. Y en el caso de Rachmaninov, la escucha es inmediata; es música directa, música que suele ser del agrado del público”.

YC

Cortesía de El Informador



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