La Orquesta Filarmónica de Jalisco (OFJ) presenta su Programa 4 con un tributo al genio y la sensibilidad de la música alemana, de la mano del director invitado Martin Lebel, quien llega para dirigir un programa de profunda elegancia y equilibrio: la Sinfonía núm. 36 “Linz” de Wolfgang Amadeus Mozart y la Sinfonía núm. 4 de Johannes Brahms. El concierto propone un viaje a través del tiempo y la emoción: desde la luminosidad clásica del siglo XVIII hasta la madurez romántica del XIX. Dos sinfonías separadas por un siglo, pero unidas por la fuerza del espíritu alemán y la evolución del lenguaje sinfónico que moldeó a Europa y al mundo.
El maestro Martin Lebel es un director francés con una sólida trayectoria en el repertorio sinfónico europeo. Formado en el Conservatorio Nacional de París, ha colaborado con orquestas de Francia, Alemania, Canadá y América Latina. Reconocido por su estilo preciso, su claridad gestual y su profundo respeto por las tradiciones musicales, Lebel ha desarrollado una carrera que equilibra la pasión romántica con la disciplina clásica, y ha estado al frente de la Orquesta Sinfónica de Xalapa. Su presencia al frente de la OFJ promete una lectura refinada y sensible, capaz de revelar tanto la transparencia de Mozart como la profundidad estructural de Brahms.
“Esta orquesta es una de las mejores del país, y tiene además una energía fantástica, que es lo que se necesita para este tipo de música”, compartió el director invitado, Martin Lebel, conversando con EL INFORMADOR. “Tendremos una sinfonía de Mozart y después una sinfonía de Brahms. Las dos ofrecen un gran contraste, porque la sinfonía de Mozart tiene mucha vitalidad y energía, mientras que la de Brahms es más profunda y reflexiva”.

Mozart y la urgencia del genio
Mozart compuso su Sinfonía núm. 36 en do mayor, K. 425, durante una estancia inesperada en Linz, Austria, en 1783. Invitado por el conde Thun-Hohenstein a ofrecer un concierto, el compositor —que no llevaba consigo una sinfonía reciente— decidió escribir una nueva obra en apenas cuatro días. El resultado fue una de las joyas más sólidas de su catálogo sinfónico.
La “Linz” se distingue por una introducción lenta y solemne, poco habitual en sus obras anteriores, que da paso a un desarrollo vibrante y lleno de frescura. Con el uso de trompetas y timbales, Mozart logra una orquesta más amplia y una textura sonora de gran riqueza. A sus veintisiete años, ya autor de óperas como Idomeneo, el compositor se encontraba en un punto de madurez y transición hacia sus grandes sinfonías vienesas, donde la forma clásica adquiere una nueva profundidad emocional.
“Mozart la escribió en solo cuatro días, algo increíble de pensar tratándose de una de sus mejores obras. Esta sinfonía tiene características muy especiales: está en re mayor, una tonalidad luminosa, llena de vitalidad y energía”, dice Martin Lebel.
Brahms y la culminación del Romanticismo
Cien años después, Johannes Brahms retomó esa herencia y la llevó a su máxima expresión en la Sinfonía núm. 4 en mi menor, op. 98. Escrita entre 1884 y 1885 durante sus veranos en Austria, Brahms vertió en ella todo su arte de madurez: rigor formal, densidad melódica y una introspección profunda que la convierte en una de las cumbres del repertorio romántico.
Los tres primeros movimientos siguen la forma tradicional, pero el final es una passacaglia, un homenaje al contrapunto barroco, construida sobre un tema tomado de una cantata de Bach (Nach dir, Herr, verlanget mich, BWV 150). Brahms, admirador del maestro alemán, transforma ese motivo en una estructura monumental, casi filosófica, donde cada variación condensa una visión de la vida, el arte y la humanidad. “Es su última sinfonía, y muestra a un Brahms con mucha profundidad emocional. Es una obra muy romántica, nostálgica y con una gran carga expresiva”, asegura Martin Lebel.
Un homenaje a la música alemana
Este Programa 4 no solo es una muestra del virtuosismo orquestal de la OFJ, sino un homenaje a dos pilares del pensamiento musical europeo. En la “Linz”, la luz de Mozart ilumina el espíritu de una época de descubrimiento y optimismo; en la Cuarta de Brahms, la reflexión madura del Romanticismo abre un horizonte de introspección y trascendencia. La Filarmónica, bajo la dirección de Lebel, ofrecerá así un viaje sonoro por la evolución del alma alemana: desde la claridad del clasicismo hasta la hondura emocional del siglo XIX. Será la primera vez que el maestro diriga a la OFJ y que esté en Guadalajara, de modo que será una ocasión memorable. Un concierto que promete, en cada nota, la infinitud sinfónica del imaginario sonoro alemán.
Para esta ocasión, además, habrá una charla preconcierto con Rodrigo Sierra Moncayo el jueves 6 de noviembre, a las 18:45 horas, en el lobby del Teatro Degollado, como una manera de enriquecer la experiencia con las tapatíos y dar más contexto de las obras que serán escuchadas. Los boletos para los conciertos ya están a la venta en las taquillas del teatro y a través de boletomovil.com, con precios desde 100 pesos.
YC
Cortesía de El Informador
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