
Antes de que se democratizara el acceso a internet, hacer la tarea implicaba visitar las papelerías para comprar monografías o biografías de personajes históricos (y cometer el error de pegar la imagen antes de copiar el texto), pero en la actualidad, estos productos están en el olvido, debido a que la información se puede consultar en línea, pero ¿cómo operan actualmente las papelerías ante la digitalización?
En este sentido, las papelerías han enfrentado varios retos, como el uso de la tecnología en la educación o el cierre de clases por la pandemia. En el país, se registran aproximadamente 369,035 unidades económicas dedicadas al comercio al por menor de artículos de papelería, de acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi).
Aunado a que la edad promedio de quienes operan estos negocios es de 39 años, pero Analaura Robles, de 22 años, es parte de la segunda generación en la papelería de su mamá y relata los cambios que ha visto en los últimos años.
“Llevo un año trabajando de tiempo completo, desde las 6:30 de la mañana —porque el negocio está ubicado en zona escolar— hasta las 8:00 de la noche. La papelería es de mi mamá desde hace 33 años”, comenta.
Productos en el olvido
Originaria de Monterrey, Analaura Robles cuenta que desde pequeña veía a su mamá trabajar en la papelería, pero también fue testigo de la digitalización, la cual cambio el consumo en el negocio, pues a partir de 2016 disminuyeron los pedidos de monografías y biografías impresas.
Este cambio provocó que se redujeran drásticamente las ventas del negocio. “Recuerdo enterarme del cierre, porque las estampas (monografías), no se estaban usando y en la primaria ninguno de mis compañeros las llevaba, solo imágenes impresas”.
Por ende, para evitar la merma de los productos descontinuados, decidieron donarlos a escuelas o incluso a papelerías que recién comenzaban, debido a que los clientes las piden en fechas conmemorativas, como el Día de la Revolución Mexicana o las fiestas patrias.
En tanto, los productos que menos solicita la gente son hojas decoradas, discos, maquetas para armar, paquetes de piedras minerales para maquetas, recados telefónicos, recibos de nómina en papel, entre otros.
La pandemia dio el paso hacia la digitalización
La pandemia fue un golpe para el negocio, y para las papelerías el mayor impacto se dio con la suspensión de clases; sin embargo, Analaura Robles decidió actuar rápidamente por medio de redes sociales y abrir una página en Facebook para promocionar los productos y hacer entregas, porque las ventas durante ese periodo decrecieron entre un 50 y 60 por ciento.
Pero con las clases en línea y en la televisión, aumentó la demanda por las impresiones, mismas que se podían pedir desde WhatsApp, un cambio que ayudó a manejar la situación económica de la papelería.
Actualmente, el cobro por copia es de dos pesos, mientras que la impresión es de tres por el servicio de Internet. Aunado a que también se tramitan documentos personales como el CURP con un costo de 10 pesos y se ayuda en el registro de programas gubernamentales, como las becas.
La visión hacia la innovación
Apoyar en la papelería en momentos difíciles, despertó el interés de Analaura por dedicarse de tiempo completo en el negocio familiar y apostar por la innovación, como introducir productos en tendencia y ajustarse a las novedades del mercado.
De esta forma, la emprendedora comprendió que sus clientes ya no llevan consigo efectivo y ha aumentado el uso de tarjetas y transferencias, por lo que ofrece más de un método de pago.
Ya tenemos terminal para pagar con tarjeta. Antes no era común que los negocios pequeños lo tuvieran, pero nos hemos actualizado. Los jóvenes ya no traen dinero en efectivo”.
Entre sus planes a futuro se encuentra ampliar la papelería en conjunto con su mamá, así como agilizar y mejorar el servicio al cliente, y en conjunto sobrellevar a la clientela en horarios de mayor demanda.
Cortesía de El Economista
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