El Black Friday, el frenesí de las compras tras el Día de Acción de Gracias que atrae a las tiendas a multitud de cazadores de gangas, se enfrenta este año a una paradoja: se espera una afluencia récord, pero el apetito de los consumidores por gastar ha disminuido de forma drástica.
Este día, tradicionalmente marcado por las colas ante los comercios antes del amanecer y por las ofertas en electrónica y electrodomésticos, se convirtió en un fenómeno cultural a fines de los años 80, cuando los compradores empezaron a correr a las tiendas con sus listas de Navidad sin haber digerido siquiera el pavo de Acción de Gracias.
Según las estimaciones de la Federación Nacional de Minoristas (NRF), el 28 de noviembre de este año atraerá más visitantes que nunca. Sin embargo, los indicadores económicos subyacentes sugieren que esas multitudes estarán mucho menos dispuestas a convertir la navegación en compras.
Esta desconexión supone un reto para los minoristas, que dependen de la temporada de ventas navideñas para obtener un tercio de su rentabilidad anual. Casi dos tercios de los consumidores sondeados por la NRF tienen previsto esperar a las ofertas de este fin de semana, frente al 59% en 2024, mientras que se prevé que el gasto medio caiga a 890 dólares por persona, frente a los 902 dólares del año pasado.
La ralentización prevista subraya el efecto de las crecientes presiones de la inflación y el débil crecimiento del empleo.
“Lo que estamos viendo es que ciertamente los consumidores son más cautos”, dijo a Reuters Massimo Basei, director comercial del gigante danés de la joyería Pandora, que pronosticó una competencia feroz.
Las ventas minoristas en Estados Unidos aumentaron menos de lo esperado en septiembre en parte debido a los elevados precios. Los aranceles del presidente Donald Trump han contribuido a esta tendencia, añadiendo unos 4.9 puntos porcentuales a los precios minoristas, según la organización sin ánimo de lucro Tax Foundation.
En Europa, el día decisivo para las compras estuvo marcado por huelgas en los almacenes de Amazon en Alemania, y también estaban previstas otras protestas ante las tiendas de Zara en España.
(Reuters)
Compradores más selectivos
Con el desempleo cerca de su nivel más alto en cuatro años, los compradores también se han vuelto más selectivos. La confianza de los consumidores estadounidenses cayó en noviembre a su nivel más bajo en siete meses, según el grupo de análisis económico The Conference Board, y cada vez son menos los hogares que planean comprar vehículos, casas y otros artículos caros en los próximos seis meses, o hacer planes de vacaciones.
Según Nikki Baird, vicepresidenta de estrategia de la empresa de software Aptos, que cuenta entre sus clientes a empresas de ropa y accesorios, los minoristas se dirigen a los compradores precavidos con artículos de lujo más pequeños y asequibles: carteras en lugar de maletas, bolsos personalizables y complementos de bajo costo como los colgantes Jibbitz de Crocs.
El gasto se concentra en los hogares acomodados. Según Moody’s Analytics, el 10% de los estadounidenses más ricos -los que ganan al menos 250,000 dólares al año- representaron cerca del 48% de todo el gasto de consumo en el segundo trimestre de 2025, un aumento constante desde alrededor del 35% del gasto a mediados de la década de 1990.
“Cada vez más, el gasto principal está impulsado por un subconjunto más reducido de consumidores”, afirmó Michael Pearce, de Oxford Economics.
Sin embargo, incluso algunos compradores de rentas altas se muestran comedidos. Sricharan Sridhar, residente en Tempe (Arizona), que gana más de 100,000 dólares al año, comentó que, a pesar de los precios promocionales, los artículos más caros siguen fuera de su presupuesto.
La ropa, el calzado y los accesorios encabezan las listas de compras del Black Friday, seguidos de los juguetes y libros para niños, los juegos y las películas, según CivicScience, que analiza los datos de múltiples encuestas a consumidores.
En su búsqueda de valor, muchos compradores recurren a la inteligencia artificial. La mitad de los consumidores, y el 71% de los compradores de la Generación Z, tienen previsto usar la IA este Black Friday, según una encuesta de Bank of America a 2,010 compradores estadounidenses.
La mayoría recurrirá a ella para comparar precios y ofertas, mientras que otros la utilizarán para generar ideas de regalos, hacer un seguimiento de los presupuestos e incluso elaborar mensajes o tarjetas personalizados, según la encuesta.
En cualquier caso, las compras por Internet han diluido la importancia del Black Friday, con promociones orientadas al evento que se extienden a lo largo de semanas.
“El Black Friday es un concepto obsoleto y se ha convertido en un momento puntual”, señaló Andy Tsay, profesor de la Leavey School of Business de la Universidad de Santa Clara.
Cortesía de Expansión
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