La personalidad bajo la lupa: un estudio revela nuevos rasgos que no encajaban en los “Cinco Grandes”

Durante décadas, la psicología de la personalidad se ha organizado en torno a cinco grandes dimensiones: Apertura a la experiencia, Responsabilidad, Extraversión, Amabilidad y Neuroticismo. Estos rasgos se enseñan en manuales, se aplican en selección de personal y se utilizan en investigación. Sin embargo, ¿y si el carácter humano fuera más complejo de lo que indica ese esquema?

Un equipo internacional de investigadores analizó más de 149.000 cuestionarios de personalidad del test IPIP-NEO, una versión abierta y extensa del famoso modelo de los Cinco Grandes. En lugar de imponer categorías previas, dejaron que los datos “hablaran por sí mismos”. El resultado fue un mapa jerárquico en tres niveles: 28 facetas, 6 rasgos y 3 meta-rasgos.

Lo llamativo es que, aunque muchos rasgos clásicos se mantuvieron, aparecieron otros inesperados que reordenan la forma de entender la personalidadLa evidencia sugiere que la estructura de nuestro carácter no es tan rígida como se creía.

Cómo se construyó el nuevo mapa

La clave estuvo en la metodología: los científicos aplicaron un sistema llamado análisis de grafos taxonómicos, que permite observar cómo se relacionan los ítems (las preguntas individuales del cuestionario) entre sí. En vez de encajarlos en escalas predefinidas, se dejaron agrupar de manera natural.

Este enfoque “de abajo hacia arriba” (bottom-up) permitió detectar redundancias, controlar efectos de redacción y eliminar elementos inestables. Al final, de los 300 ítems originales quedaron 221 preguntas robustas, que se organizaron en 28 facetas emergentes.

A partir de ahí, los investigadores fueron escalando el análisis: las facetas se agruparon en seis grandes rasgos de segundo nivel, y estos a su vez se integraron en tres meta-rasgos que condensan tendencias amplias del funcionamiento psicológico.

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Sociabilidad, Integridad e Impulsividad emergieron como nuevos rasgos intermedios en la jerarquía de la personalidad. Fuente: iStock (composición)

Lo que se conserva y lo que cambia

Algunos rasgos clásicos sobrevivieron casi intactos. La Apertura a la experiencia mantuvo facetas como Intereses artísticos, Intelecto y Aventurerismo. En cambio, la Emocionalidad se trasladó al dominio del Neuroticismo, lo que refuerza la idea de que experimentar emociones intensas se relaciona más con la inestabilidad afectiva que con la creatividad.

Responsabilidad también resistió, aunque con cambios internos. Orden y Autoeficacia se mantuvieron, pero el rasgo de Logro se dividió en dos motores distintos: Determinación y Ética del trabajo.

Además, apareció una faceta inesperada llamada Calma, vinculada a un estilo más pausado y menos ansioso por actuar.

En el caso del Neuroticismo, los ítems de Ansiedad y Vulnerabilidad se fusionaron, y la faceta Depresión perdió fuerza tras depurar efectos redundantes. Emergió también una faceta débil pero interesante: Dominancia, mezcla de confrontación y liderazgo.

Los tres nuevos rasgos

El hallazgo más destacado fue Sociabilidad, un rasgo que une el lado más social de la Extraversión (Gregarismo, Alegría) con el costado empático de la Amabilidad (Confianza, Solidaridad). Es un puente entre energía social y compasión.

El segundo fue Integridad, que agrupa contenidos de Moralidad y Deber, reflejados en facetas como Honestidad, Justicia y, en el polo opuesto, Manipulación. Este rasgo describe la tendencia a actuar de forma ética y a evitar usar a los demás como medios para un fin.

El tercero fue Impulsividad, que dejó de ser una faceta secundaria para convertirse en rasgo completo. Reúne la falta de cautela, la búsqueda de emoción y la dificultad para posponer gratificaciones. Es un perfil con consecuencias claras en salud, finanzas y conductas de riesgo.

Red jerárquica del IPIP-NEO: el análisis organizó 221 ítems del cuestionario de personalidad en 28 facetas, 6 rasgos y 3 meta-rasgos, mostrando cómo se reestructura el mapa de la personalidad más allá de los ‘Cinco Grandes’.” (European Journal of Personality)
Red jerárquica del IPIP-NEO: el análisis organizó 221 ítems del cuestionario de personalidad en 28 facetas, 6 rasgos y 3 meta-rasgos, mostrando cómo se reestructura el mapa de la personalidad más allá de los ‘Cinco Grandes’.” Fuente: European Journal of Personality.

Tres grandes meta-rasgos

En lo más alto de la jerarquía aparecieron dos meta-rasgos conocidos: Estabilidad (baja reactividad emocional combinada con alta Responsabilidad) y Plasticidad (Apertura y Sociabilidad, vinculadas a la exploración y el aprendizaje).

La novedad fue Desinhibición, un meta-rasgo que une Impulsividad e Integridad (en su polo bajo). Describe una tendencia global a la falta de control conductual y ético, relacionada con riesgo, transgresión y dificultades de autocontrol.

Los investigadores comprobaron que estos tres meta-rasgos estaban relacionados, pero de manera débil o moderada. La personalidad no se organiza en un único factor general, sino en varios ejes amplios que coexisten.

Por qué importa este hallazgo

El mensaje es claro: los modelos clásicos pueden simplificar en exceso la realidad. Si se parte de categorías rígidas, se corre el riesgo de pasar por alto matices importantes.

Con un mapa más preciso, se pueden diseñar herramientas de evaluación más útiles para la clínica, la educación o la selección laboral.

Por ejemplo, distinguir Determinación de Ética del trabajo ayuda a diferenciar constancia de esfuerzo frente a intensidad de esfuerzo, dos motores distintos del rendimiento. La precisión en la medición mejora la predicción.

Además, reconocer rasgos como Sociabilidad, Integridad o Impulsividad permite actualizar el vocabulario psicológico y adaptarlo a fenómenos sociales actuales. Y meta-rasgos como Desinhibición ayudan a comprender mejor conductas de riesgo y patrones comunes en problemas de salud mental.

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El estudio muestra que la personalidad es más compleja y flexible de lo que sugerían los modelos tradicionales. Fuente: Pixabay.

Un mapa en construcción

Los autores advierten que su trabajo tiene límites: se basó en un único inventario (IPIP-NEO 300) y en una muestra de personas de Estados Unidos entre 19 y 69 años. Hacen falta réplicas en otras culturas, idiomas y contextos para validar el mapa. Aun así, el estudio marca un avance metodológico. Abre la puerta a que otras dimensiones psicológicas —como la inteligencia o la psicopatología— se estudien con enfoques similares, de abajo hacia arriba.

En definitiva, el trabajo nos recuerda que la personalidad no es un edificio rígido, sino un sistema flexible, con pasillos que conectan rasgos y facetas de maneras inesperadas. Escuchar lo que dicen los datos, sin forzarlos en moldes preestablecidos, puede ofrecernos un retrato más fiel de lo que somos.

Referencias

  • Samo, A., Garrido, L. E., Abad, F. J., Golino, H., McAbee, S. T., & Christensen, A. P. (2025). Revisiting the IPIP-NEO personality hierarchy with taxonomic graph analysis. European Journal of Personality. doi: 10.1177/08902070251352590

Cortesía de Muy Interesante



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