La población en Japón cada vez es más vieja y deben tomar una decisión inédita: dar la bienvenida a los nómadas digitales

No es sorpresa que haya cada vez más personas de la tercera edad en Japón. El problema es que al ya no pertenecer al mercado laboral del país, su economía puede verse comprometida. Para revertir esta situación, y una posible desestabilización financiera, el gobierno nipón ha tomado una decisión inédita: habilitar visas a los nómadas digitales.

Richard Keil, ingeniero en sofware alemán, puede trabajar desde cualquier parte del mundo siempre y cuando tenga a la mano su laptop y wifi. Como relató Asia News, Keil labora vía remota desde un coworking 24 horas en Tokio. Esto le ha dado la oportunidad de visitar sitios turísticos nocturnos o viajar a zonas rurales. Este es básicamente el objetivo: la expansión de las economías locales.

Además de la posibilidad de trabajar desde la tierra del sol naciente, esta modalidad abre las puertas para que más extranjeros puedan sumergirse en la cultura japonesa. No obstante, cabe mencionar que esta iniciativa, puesta en marcha desde hace un año, vela por los intereses de su propia nación. Por lo tanto, los visados de trabajo tienen una restricción inamovible: no más de seis meses.

Pese a la apertura, existen estrictos requisitos para ser un posible candidato elegible:

  • Ser ciudadano de uno de los países del listado. Donde se encuentra México.
  • Formulario de solicitud.
  • Pasaporte.
  • Documentos donde se explique la actividad laboral y periodo de estadía.
  • Documentos que acrediten un ingreso anual de mínimo de 10 millones de yenes (1.3 millones de pesos, aproximadamente).
  • Seguro médico privado.

Como menciona la Agencia de Servicios Migratorios de Japón, la estancia a los nómadas digitales es únicamente por medio año sin derecho a una prórroga y mucho menos una estadía permanente. La razón detrás es que, además de la llegada de turistas a las grandes ciudades, se busca evitar un mal aún mayor: la gentrificación.

Por ejemplo, en México este es un problema que se ha gestado desde hace algunos años, en especial durante la pandemia. Lugares como Cancún, Oaxaca o Los Cabos se han visto afectados con el ingreso masivo de dólares. Cosa que encarece los precios para los locales. Ni qué decir de Ciudad de México donde, precisamente, la nula regulación a los nómadas digitales ha dejado una clara víctima: el mercado inmobiliario.

A pesar de los beneficios económicos que puede generar este sector, como los 800,000 millones de dólares que generan a la economía mundial cada año según retoma la BBC, ello no da pie a que quienes lleguen a Japón puedan establecerse ahí. En resumidas cuentas: ni se acomoden.

Lo anterior dado que existen aún más restricciones para los visados con trabajo remoto. Para empezar, a quienes apliquen no se les permitirá abrir una cuenta bancaria y no se obtiene ningún ingreso por parte de Japón, lo que excluye ser contribuyente. Es decir, no se pagan impuestos pero tampoco se pueden quedar.

Cortesía de Xataka



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