Los retos de México no terminan en abril, cuando el presidente Donald Trump anuncie la imposición o no de aranceles a productos mexicanos. Las calificadoras de riesgo pondrán la lupa también sobre los planes del gobierno federal para resistir el embate de un nulo crecimiento y la planeación de las finanzas públicas el próximo año.
La atención estará en la publicación de los Precriterios Generales de Política Económica 2026, que se publicarán a más tardar el 1 de abril y en los que analistas esperan señales creíbles para la economía mexicana.
Félix Boni, director general de análisis económico en HR Ratings, dijo que antes de tomar una decisión sobre la nota soberana de México se tiene que evaluar la política arancelaria y la respuesta ante el nulo crecimiento que se anticipa para este año y el próximo.
“Por la perspectiva, hay una probabilidad relevante (de bajar la nota)”, advirtió Boni. “No vamos a hacer nada hasta que analicemos bien los Precriterios y tener una idea de cómo fue el crecimiento en el primer trimestre de ese año”.
Para analistas de Banamex, Hacienda debe presentar un marco económico justificado y que se asemeje a lo que el consenso de analistas prevé para 2025 y 2026.
“Dada la coyuntura económica, lo más prudente sería que la Secretaría de Hacienda presente un marco económico creíble y la entrada de Edgar Amador, como nuevo Secretario de Hacienda, puede permitir este cambio”, consideró Rodolfo Ostolaza, economista de Banamex.
Hacienda mantiene su pronóstico de crecimiento para México en 2025 en 2.3%, lejos la previsión más optimista que hay sobre la economía mexicana. Organismos como la OCDE alertaron ya de una contracción de la economía de 1.3% mientras las amenazas comerciales no cesen.
Moody´s Local espera una contracción de 0.2%. Banamex, UBS y Fitch Ratings estiman un nulo crecimiento del país.
Los riesgos no se acaban
Desde el año pasado, las calificadoras bajaron las perspectivas de la nota soberana de México ante la expectativa de que el país tendrá un débil crecimiento y una baja reducción en el déficit de la deuda.
Boni destacó que será difícil que el gobierno mantenga el gasto proyectado para este año con una expectativa de crecimiento tan débil.
“Si tenemos menos crecimiento y menos ingresos, la necesidad de reducir el gasto sería mayor todavía”, apuntó.
Para reducir el gasto se necesitan recortes a programas sociales, algo que se antoja casi imposible ante una política gubernamental que ha ampliado los apoyos a la ciudadanía.
Otra forma en que el gobierno podría cumplir la meta de crecimiento es con mayor recaudación de impuestos y HR Ratings ve que el gobierno confía en que la política de reducir la evasión seguirá dando frutos.
“Ese proceso ya se agotó, tuvo buen éxito, pero ahora ya tiene que hacer otra cosa, aumentar básicamente las tasas impositivas”, señaló Boni.
Además, la elección judicial en junio añade incertidumbre y dudas para la economía.
Ostolaza destacó que la reforma judicial sigue siendo un tema importante y el reto de Trump solo se suma a los riesgos para el Estado de Derecho de esta reforma.
La esperanza está en la inversión privada… que va a la baja
Si el gobierno de México logra más ingresos, ya sea vía recaudación de impuestos o inversión privada, la caída del PIB puede ser menos dura.
“La mejor opción que tiene (el gobierno) es buscar la manera de incentivar la inversión privada, tanto nacional como internacional, mejorar y dar más seguridad jurídica, más seguridad física a las empresas”, consideró Boni.
Pero el último trimestre de 2024 evidenció que la Inversión Extranjera Directa (IED) registró la cifra más baja desde 1999, con 676 millones de dólares, de acuerdo con Banco de México (Banxico).
Cortesía de Expansión
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