La revolución digital y el nuevo papel del CFO

Hoy en día, la digitalización ya no es opcional: forma parte integral de toda estrategia de negocio. Las compañías que no la adoptan corren el riesgo de volverse obsoletas frente a un entorno donde la velocidad y la eficiencia marcan la diferencia. En el ámbito financiero, la digitalización ha resultado crucial para automatizar procesos, optimizar presupuestos, reducir costos financieros y, sobre todo, para ganar agilidad en la toma de decisiones.

Como directores financieros, estamos viviendo cambios sin precedentes que nos obligan a actuar con rapidez. La volatilidad económica y las disrupciones tecnológicas requieren de un CFO capaz de interpretar datos en tiempo real, anticipar escenarios y guiar a la organización hacia la rentabilidad y la sostenibilidad. Para lograrlo, debemos apoyarnos en la misma ola tecnológica que transforma la operación de las empresas: automatización, analítica avanzada e inteligencia artificial.

De acuerdo con el estudio de PwC “CFOs and finance leaders 100 days in: What’s next for business”, el 58% de los líderes financieros están priorizando inversiones en inteligencia artificial y analítica avanzada para ajustar estrategias y planeación en un entorno de incertidumbre. Esta cifra refleja cómo la función financiera ya no se limita a controlar el pasado, sino que se ha convertido en un motor de predicción y planeación dinámica. Con datos más robustos, es posible tomar decisiones estratégicas sobre inversión, asignación de capital y gestión de riesgos de manera más precisa.

El impacto de la digitalización en las finanzas es innegable: permite mayor competitividad empresarial, incrementa la eficiencia y garantiza mayor transparencia en los procesos. La encuesta de Gartner de 2023 sobre prioridades de CFOs lo confirma: el 83% de los responsables financieros participan significativamente o lideran actividades de transformación digital. Esto demuestra que la responsabilidad de los CFO ya no solo es velar por la rentabilidad, sino también encabezar la evolución tecnológica de sus organizaciones.

La apuesta por la inteligencia artificial tiene además una dimensión macroeconómica. El mercado mundial de IA alcanzará los 1.81 billones de dólares en 2030, según Grand View Research. A nivel corporativo, el 67% de las empresas ya ha invertido en IA, logrando mejoras sustanciales en productividad y eficiencia, particularmente en áreas financieras y contables. Además, el estudio The Global Impact of Artificial Intelligence on the Economy and Jobs estima que la IA generará un impacto económico acumulado de 19.9 billones de dólares hacia 2030, equivalente al 3.5% del PIB global. Estas cifras nos muestran que la adopción tecnológica no es solo una tendencia: es un imperativo para la sostenibilidad económica.

En el caso particular del sector telecomunicaciones, donde la transformación digital es vertiginosa, la función financiera se vuelve aún más estratégica. Las inversiones en redes, espectro y nuevas plataformas tecnológicas requieren análisis cada vez más sofisticados de rentabilidad y riesgo. Aquí, nuestra capacidad para integrar herramientas digitales que permitan presupuestar con mayor precisión y anticipar escenarios de disrupción es un diferenciador clave.

El reto es claro: no basta con digitalizar procesos de forma aislada. El verdadero valor está en dotar a los equipos financieros de nuevas competencias digitales, aprovechar al máximo las herramientas de analítica e IA y diseñar estrategias que vayan más allá de la reducción de costos. La innovación y el crecimiento deben ser el centro de la visión financiera.

En conclusión, la salud financiera de las empresas hoy depende directamente de su capacidad de digitalización. Como CFOs, tenemos la misión de liderar este cambio de mentalidad, pasar de un rol meramente administrativo a uno visionario y estratégico. El futuro de las finanzas no será de quienes solo reduzcan gastos, sino de quienes utilicen la tecnología para generar valor sostenible, rentabilidad y competitividad en un entorno cada vez más desafiante.

*CFO de Telefónica Movistar México

Cortesía de El Economista



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