La revolución lectora de los booktubers


Las maneras en las que nos acercamos a las letras han evolucionado a lo largo del tiempo. Las nuevas generaciones siguen leyendo, se interesan todavía por los libros -es erróneo afirmar que no-, aunque con los respectivos cambios que trae consigo el transcurrir de los años. Las tecnologías, las redes sociales y las diversas plataformas de información digital juegan un papel importante en el cómo se fomenta la lectura y cómo esta llega a las masas. Y los jóvenes creadores son en gran parte responsables de que la lectura siga creciendo y llegando a miles gracias a su labor de compartir la cultura por medio de lo digital. Un proceso del cual ha sido testigo EL INFORMADOR, siempre pendiente de las evoluciones y los cambios de las épocas.
En los últimos años, los booktubers se han consolidado como un fenómeno cultural en México y en Guadalajara, transformando la manera en que los jóvenes se acercan a la lectura. A través de YouTube y otras plataformas digitales como Instagram y TikTok, han llevado los libros a las pantallas y han creado un puente entre la literatura y las nuevas generaciones. Su lenguaje cercano, sus reseñas dinámicas y la creación de comunidades en línea han hecho que la experiencia de leer se sienta más accesible y atractiva. 

La masificación de las plataformas digitales también fue decisiva. YouTube, Instagram y más recientemente TikTok, multiplicaron las posibilidades de alcance, llevando las recomendaciones literarias a millones de usuarios en cuestión de horas. Lo que antes podía ser una reseña en un suplemento cultural de circulación limitada, ahora se convierte en un video que puede ser visto en distintos países, con subtítulos automáticos y compartido entre comunidades diversas. Esto permitió que la lectura dejara de estar confinada a los círculos académicos o literarios tradicionales, llegando a públicos mucho más amplios. Entendiendo que la lectura es un ecosistema cambiante, la Feria Internacional del Libro en Guadalajara ha sido inteligente en darle espacio a los booktubers, ampliando los horizontes de la lectura, e incluso premiándolos por su labor cultural. Finalmente, lo que los Booktubers hacen es promocionar la lectura. 

“A través de los alcances de la tecnología y las redes sociales, los booktubers tienen la oportunidad de compartir con miles de personas en todo el mundo las opiniones y reseñas de libros tanto de su interés como de sus seguidores. Ante el crecimiento de este nuevo fenómeno, la Feria Internacional del Libro en Guadalajara (FIL) decidió premiar este 2018 a cinco jóvenes booktubers”, escribió esta casa editorial en diciembre de hace siete años. La FIL es tan importante en ese aspecto, que incluso ha sido sede de encuentros nacionales de Booktubers, verdaderos espacios de encuentro en que estos jóvenes, cercanos a sus fanáticos, comparten la lectura, el amor, y otras cuestiones relacionadas con los libros.

Así, la FIL ha sido uno de los principales escaparates para este movimiento. Desde 2015, la feria ha incluido a los booktubers en actividades como la charla “De lector a lector”, en la que participaron figuras como Fa Orozco, Andrés Mendoza, Joaquín Garza, Mariana Esquivel, Alberto Villarreal y Alejandra Segura. A partir de 2016 se instauró la convocatoria “Somos booktubers”, un espacio que reconoce y premia a jóvenes que destacan en la creación de contenidos literarios en video. “Un movimiento que crece día con día es el del booktube, el cual catapulta a miles de jóvenes en todo el mundo quienes comparten sus experiencias como lectores. México no es la excepción y en el marco de la FIL 2016 se presenta el Encuentro Nacional de Booktube, el cual tiene como objetivo reunir a esta comunidad que de un año a otro ha tomado importante fuerza e influencia tanto para los lectores como para las casas editoriales”, escribió EL INFORMADOR. 

“Plantarse frente a una cámara nunca es fácil. Idear contenido de calidad para un canal de YouTube implica una gran inversión de tiempo. Desde la creación del guion, la búsqueda de utilería necesaria, grabación y edición, aspectos técnicos que se ven reflejados en videos de cerca de cinco minutos en los que los jóvenes de diversas edades expresan su opinión sobre sus libros favoritos. Ellos son los booktubers”, dijo este medio de comunicación en 2017, dándole su merecido lugar a estos jóvenes como promotores de la cultura y de la lectura. 

Los booktubers lograron “derribar” los retos de las redes sociales porque supieron transformar un espacio pensado originalmente para el entretenimiento rápido y visual en un escenario para hablar de libros, un tema que tradicionalmente se percibía como “serio” o poco atractivo para los jóvenes. Su estrategia fue comprender las dinámicas propias de estas plataformas y adaptarse a ellas sin perder el objetivo principal: contagiar el gusto por la lectura.

Del video al encuentro

El fenómeno de los Booktubers no sólo se limita a la promoción de la lectura, sino que muchos de sus exponentes han cumplido su sueño de convertirse en escritores. Un ejemplo destacado es Alberto Villarreal, creador del canal “Abriendo Libros”, quien ha conseguido reunir a miles de jóvenes en clubes de lectura presenciales en ciudades como Monterrey, Ciudad de México, Guadalajara, Puebla, Querétaro y León. Estas reuniones demuestran cómo la pasión por los libros puede trascender lo virtual y convertirse en un encuentro cara a cara, reforzando la importancia de la lectura como práctica social.

“El éxito de ‘Abriendo libros’, canal de YouTube del joven escritor mexicano Alberto Villarreal con más de 213 mil suscriptores, ha creado comunidades presenciales de lectores en las principales ciudades del país, conformadas por jóvenes con deseos de compartir su afición por los libros”, escribió EL INFORMADOR en enero del 2019.

Los booktubers entendieron que las redes sociales requieren inmediatez, cercanía y autenticidad. En lugar de reseñas extensas y técnicas, comenzaron a compartir opiniones breves, dinámicas y cargadas de emoción. Usaron un lenguaje cotidiano, memes, referencias culturales y estilos narrativos propios de su generación, lo que permitió que los videos fueran vistos no como “clases de literatura”, sino como charlas entre amigos. Esta cercanía rompió la barrera que muchos jóvenes tenían frente a la lectura, al verla como una actividad académica o lejana.

Las maneras de leer seguirán cambiando. Tal vez, dentro de algunos años, las mismas redes sociales se vuelvan obsoletas, y habrá entonces nuevos mecanismos de información con los que nos comunicaremos con el otro. La lectura, de manera irremediable, también evolucionará. Este diario, testigo siempre de su tiempo, estará ahí, para llevar la primicia a sus lectores.

CT

Cortesía de El Informador



Dejanos un comentario: