La verdadera historia de Butch y Suni: ¿qué han hecho estos astronautas durante los nueve meses que han estado en el espacio?

¿Qué harías tú si te quedaras atrapado sine die en el espacio? ¿Eres de los que se quedarían de brazos cruzados mirando por la ventanilla o de los que intentaría sacarle provecho a la situación? Es probable que en algún momento los astronautas Butch Wilmore y Suni Williams se plantearan estas preguntas cuando, de forma totalmente inesperada, una avería en su nave convirtió un viaje de tan solo ocho días a la Estación Espacial Internacional en una odisea espacial que se ha alargado durante nueve meses y medio. Pero en su caso la respuesta estaba clara. Según explican desde la NASA, ahora que por fin estos viajeros espaciales han logrado regresar sanos y salvos a la Tierra, Butch y Suni han aprovechado su estancia espacial para llevar a cabo más de 150 experimentos científicos en condiciones de microgravedad. Hasta han aportado su granito de arena para el desarrollo de las futuras misiones a la Luna y a Marte

Suni Williams, por ejemplo, ha centrado buena parte de su tiempo en estudiar cómo se pueden cultivar vegetales en el espacio. Para ello, se ha encargado de cuidar de uno de los pequeños invernaderos de la Estación Espacial Internacional, también conocido como Plant Habitat-07, y estudiar cómo los distintos niveles de humedad afectan al crecimiento de las plantas y los microorganismos que habitan en estas. Este tipo de trabajos no solo son fundamentales para alimentar a los actuales astronautas sino que, en un futuro, serán imprescindibles para alimentar a los viajeros espaciales que se enfrenten a travesías de larga distancia o que decidan establecer una colonia permanente en otro planeta. Según las imágenes compartidas por la NASA, durante su estancia Suni logró cultivar varias lechugas romanas

Suni Williams durante sus estudios de vitaminas espaciales en la Estación Espacial Internacional. / NASA

La astronauta también realizó un trabajo pionero enfocado a la fabricación de suplementos vitamínicos espaciales. Para ello, Williams estudió cómo podrían utilizarse las bacterias y levaduras modificadas en condiciones de microgravedad para crear suplementos vitamínicos y otros nutrientes esenciales para los astronautas desde el propio entorno espacial. Este tipo de investigaciones aspiran a reducir la dependencia de los suministros traídos desde la Tierra y permitir a los viajeros espaciales vivir de manera más autosuficiente. También abre la puerta a la creación de medicamentos in situ  que, en caso de emergencia, podrían salvarle la vida a los astronautas.

Microbios extraterrestres y medicina espacial

El veterano espacial Butch Wilmore, por su parte, ha realizado trabajos tan interesantes como, por ejemplo, una investigación que explora si los microorganismos que transportan los astronautas al espacio son capaces de “escaparse” a través de los respiraderos y sobrevivir en el hostil espacio exterior. Para ello, el astronauta ha realizado una caminata espacial para tomar muestras de la parte exterior de la plataforma donde habitan todos los astronautas. Según explican desde la NASA, este tipo de trabajos son esenciales para saber cómo limitar la propagación de microbios a lugares como la Luna y Marte para no contaminar estos entornos y, sobre todo, para no confundir nuestros propios microorganismos con rastros de vida extraterrestre.

Butch Wilmore durante sus trabajos en la Estación Espacial Internacional.

Butch Wilmore durante sus trabajos en la Estación Espacial Internacional. / NASA

Butch también dedicó parte de su tiempo en poner a punto un innovador dispositivo europeo diseñado para ayudar a los astronautas a mantenerse en forma durante sus estancias espaciales, en las que la ausencia de gravedad tiende a debilitar músculos y huesos. Este aparato, ideado por la Agencia Espacial Europea, simula ejercicios de ciclismo, remo y resistencia en el espacio. En esta misma línea, Butch se encargó de la instalación de un bioprinter 3D enfocado a la creación de dispositivos médicos en el espacio. ¿La ventaja? En la microgravedad, las impresiones tienen una calidad superior, lo que podría ser crucial para la fabricación de implantes o dispositivos médicos que podrían salvar vidas en futuras expediciones a lugares tan lejanos como Marte.

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Cortesía de El Periodico



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