“La Virgen me salvó del cáncer de mama”, agradecen la vida, salud y bienestar en la Romería 2025


Hace un año, Griselda Espinosa venció el cáncer de mama. Aunque sigue en tratamiento, reconoce que fue la Virgen de Zapopan quien le hizo el “milagro”, por lo que hoy, como lo ha hecho en los últimos cinco años, acompaña a La Generala para agradecerle el haberle “salvado la vida”, mientras sus ojos se llenan de lágrimas.

“Le vengo a dar gracias porque soy una sobreviviente de cáncer de mama y aquí, hoy, estoy saliendo con ella. Estoy saliendo adelante gracias a Dios y a la Virgencita. Sigo en revisión desde hace un año, pero salí del cáncer y, la verdad, fue ella (la Virgen de Zapopan) quien me hizo el milagro”, relató.

Griselda  reconoció, siempre caminará al lado de la Virgen de Zapopan con la misma fe y devoción de siempre. EL INFORMADOR/ J. ACOSTA 
Griselda  reconoció, siempre caminará al lado de la Virgen de Zapopan con la misma fe y devoción de siempre. EL INFORMADOR/ J. ACOSTA 

Risueña, señaló que desde las 6:30 horas llegó a la Catedral de Guadalajara para esperar la salida de Nuestra Señora de Zapopan y acompañarla hasta su hogar, la Basílica en la Plaza de las Américas. Aunque, por su trabajo, no podía hacer la Romería año con año, recordó que desde hace al menos 30 años, cuando era una niña, caminaba en procesión con la imagen mariana por la ruta original de Ávila Camacho. Aunque el trayecto actual, por avenida Américas, es más largo y cansado, reconoció, siempre caminará al lado de la Virgen de Zapopan “con la misma fe y devoción de siempre, por todos los milagros y favores que me ha concedido en vida”.

Esta opinión también la comparte María de los Ángeles, quien ha participado en la Romería “desde que tengo memoria”, hace más de 50 años. En esta ocasión pide por la unión de su familia y por la salud y, aunque hubiera preferido que la ruta de este año se cambiara a Ávila Camacho, afirmó que mantiene la tradición con su hijo y acompañará a la Virgen por cualquier trayecto que determinen las autoridades eclesiásticas.

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“Es una tradición hermosa. Desde que éramos chiquillos veníamos. Me da gusto que se haya mantenido la tradición a lo largo de las generaciones que van pasando, aunque hubiera preferido la ruta original. Es más corta, más derecha y menos pesada. Esta ruta también está bonita, pero seguiremos a la Virgen por donde sea: ella nos concede muchos milagros y nosotros sólo queremos agradecerle”, expresó.

María de los Ángeles, quien ha participado en la Romería “desde que tengo memoria”, hace más de 50 años. EL INFORMADOR/ J. ACOSTA 
María de los Ángeles, quien ha participado en la Romería “desde que tengo memoria”, hace más de 50 años. EL INFORMADOR/ J. ACOSTA 

Pese a su vivacidad, María ya mostraba signos de cansancio. Antes de llegar a la Glorieta Colón, se sentó en una jardinera a tomar agua y “descansar un poco”. El sol causaba estragos y la caminata era más pesada que otros años. Su hijo, José Luis, tomaba grandes bocanadas de aire antes de retomar la procesión.

En tanto, los danzantes hacían bailar el asfalto a sus pies y las hojas de los árboles con su intenso zapateo. Las bandas de guerra amenizaban, armoniosas, el andar de La Generala, quien era objeto de saludos, encomiendas y agradecimientos. Aquellos afortunados se tomaban selfies con el carruaje de fondo, mientras que otros, más retirados, le lanzaban loores, encomios y gritos de alegría a la distancia. “¡Viva la Virgen de Zapopan!”, se replicaba en un eco homogéneo por avenida Américas.

Por su parte, Óscar Flores, originario de Colima, acude todos los años desde 1963 a la Romería. Aunque ahora ya no puede hacer todo el recorrido, recordó que, cuando vivía en Guadalajara, en la calle de Escorza, acompañaba a su papá en todas las ediciones hasta la Basílica. Hoy sólo esperó a Nuestra Señora de Zapopan desde las 2:00 horas de este domingo en avenida Juárez, donde, en primera fila, vino a verla con su esposa para agradecer que les ha dado salud y pedirle que “ablande” el corazón de la gente.

De facciones gentiles pero con voz de mando, don Óscar se sostiene de la valla perimetral. La espera ha sido cansada, dijo, pero vale la pena ver a la Virgen. “Aunque también vengo dos o tres veces al año a la Catedral y a la Basílica porque ha sido muy buena con nosotros. Ya estamos viejos y nos ha dado buena salud. Hoy sólo la acompañaremos aquí, pero siempre pedimos su intercesión. Es la que nos concede milagros”.

 Comenzaba a avanzar el carruaje que llevaba a la Virgen de Zapopan y el rostro de Óscar dejó escapar una sonrisa soñadora EL INFORMADOR/ J. ACOSTA
 Comenzaba a avanzar el carruaje que llevaba a la Virgen de Zapopan y el rostro de Óscar dejó escapar una sonrisa soñadora EL INFORMADOR/ J. ACOSTA

Se acomoda su gorra y voltea a la parte posterior del contingente. Comenzaba a avanzar el carruaje que llevaba a la Virgen y su rostro dejó escapar una sonrisa soñadora, casi infantil, oculta detrás de su profuso bigote plateado.

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AS

Cortesía de El Informador



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