La vuelta del malquerido


De todas las novedades que el presente Gobierno nos ha regalado, una de las más controvertidas es el haber nombrado al Dr. López Gato-el para un hueso en la Organización Mundial de la Salud. Desde luego, no lo envidio porque la beca es en Ginebra, Suiza, que en mi catálogo personal está considerada como la ciudad más aburrida del mundo; vamos, el máximo relajo que podemos hacer en ella es ir a tomarnos un café más de cuatro gentes.

Pero lo curioso del caso es que se ha discutido, a favor y en contra, si es justo o injusto que manden a este chango a bailar ese circo, porque cuando tuvo una chamba que no me acuerdo de qué era, pero muy de las confianzas del amado expresidente López Obrador, y hay que reconocer que dicho mandatario es muy buen amigo de sus amigos y, así como prometió cuidar al de Segalmex y a una directora del Metro, pues también echó su espada en favor del médico, que según el primate es un científico sin igual en donde los haya. Y si bien no le habían dado chamba fue porque, al parecer, no se llevaba bien con Claudita, que en aquel entonces era jefa del Distrito Federal, y resulta que el doctor quería esa chamba y no se le hizo, por lo que muchos pensaron que había perdido el favor de su amigo. Nada más erróneo porque, repito, pocos amigos tan buenos con sus amigos como López Obrador.

A Claudita, al parecer, le caía gordo el científico, tal vez competencia porque ella es científica, pero cuando el descrito era jefe durante la pandemia decía que no servían los tapabocas ni las vacunas, y la actual Presidenta, en la capirucha, sí recomendaba el uso de tapabocas y de vacunas. Pero así como decimos una cosa, decimos otra, y si bien Claudita quería agarrar la grande, ella sabía desde un principio quién manda en el rumbo y que ella manda, siempre y cuando no contradiga a alguien en un rancho de Chiapas. Sumado a la maravilla de que tiene muchos puestos disponibles y que uno, que no le sobraba, era de la Organización Mundial de la Salud, y que al eminente científico en cuanto llegue lo van a recibir a palos porque cuando tenía mando no hizo sino desobedecer a dicha organización, diciéndoles que valían madre.

Y, además, como ya creían que había caído su poder, muchos periodistas y altas personalidades, inclusive del Senado, habían manifestado su oposición a que voltearan a ver a Gato-el, y realmente quedarán muy enojados cuando se enteren de lo que le van a pagar allá y que la Presidenta considera justo, en virtud de que lo exilió de manera muy elegante. Y los representantes de los otros ciento diez países (que los gringos ya no están), lo van a recibir como apestado.

@enrigue_zuloaga

Cortesía de El Informador



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