Las ciencias sociales latinoamericanas y caribeñas ante los desafíos de la época

La coyuntura latinoamericana y caribeña está atravesada por diversas disyuntivas que constituyen desafíos políticos, sociales, intelectuales y académicos que debemos asumir en el presente si queremos construir un futuro distinto.

En el marco de la policrisis que vivimos, en este texto nos enfocaremos en el devenir de las democracias en la región con sus tensiones, posibilidades, amenazas y limitaciones que llaman a interpretaciones innovadoras y vuelven a constituirse en tema central de la agenda intelectual, especialmente de CLACSO.

Dos tendencias marcan un escenario de contradicciones y disputas de proyectos de sociedad. Por un lado, los proyectos de cambio civilizatorio expresados, por ejemplo, en las propuestas de Buen Vivir, Sumak Kawsay (foto) o Vivir Sabroso y de gobiernos que expresan anhelos de construcción de sociedades más justas, participativas, inclusivas e igualitarias. La mayoría de ellos emergieron a partir de procesos persistentes de movilización social multisectorial, impulsados por movimientos feministas, indígenas, juveniles, de trabajadoras/es, campesinos y sectores populares. En algunos casos, se condensaron a partir de importantes rebeliones populares, cuyas agendas fueron mucho más allá de la resistencia para proponer transformaciones de fondo.

Hoy es necesario fortalecer y poner en perspectiva estas experiencias de izquierda, progresistas y populares para superar sus limitaciones, puesto que están bajo asedio y amenaza por parte de grupos que cuentan con asesoría, soporte financiero y medios sin límite para su cometido.

Por otro lado, corrientes reaccionarias y autoritarias han calado en sectores de la sociedad, incluso desbordando fronteras de clase, y han formado gobiernos con políticas neoliberales extremas, autoritarias y regresivas. Éstos se oponen tanto a la aceptación y ampliación de derechos, como al reconocimiento del género y de las diversidades, a la vez que promueven discursos violentos, xenófobos, racistas, patriarcales y securitistas, identificados con las extremas derechas y neoconservadurismos a nivel mundial. Estas tendencias expresan el poder del mercado y del capital concentrado fundido con viejas oligarquías, intereses económicos basados en el saqueo de recursos, la especulación financiera y las actividades ilícitas y mafiosas de cuello blanco, que resultan incompatibles con la democracia, aún en sus términos más convencionales y formales. Desde su matriz neoliberal, y haciendo un hábil uso de las tecnologías de la información y la comunicación, han incidido en la reconfiguración de mentalidades y expectativas sociales en torno al individualismo, el consumismo, la discriminación y la competencia. Las redes sociales digitales se han convertido en poderosos territorios para estas disputas y para el crecimiento de estas tendencias.

Es importante reconocer que estos grupos cobraron fuerza al ritmo de las limitaciones, expectativas defraudadas y agotamientos de algunos gobiernos de la llamada ola progresista de inicios del siglo XXI y de los modos de ejercicio democrático construidos en las últimas décadas. Profundización de las desigualdades sociales mediante, hoy acechan y buscan condicionar a los gobiernos que proponen cambios progresivos. Las agudizadas políticas imperialistas e intervencionistas de los Estados Unidos, capturando espacios estatales o estableciendo alianzas empresariales, no hacen sino fortalecer estas corrientes en la región, lo cual se está profundizando con el triunfo de Trump y sus intempestivas acciones xenófobas, racistas y de avasallamiento de soberanías.

A partir de esta situación, creemos necesario estudiar estos procesos y explicar su (re)surgimiento desde una perspectiva y una práctica integrales, críticas y situadas que los aborde y los desafíe con herramientas clásicas y emergentes de las ciencias sociales, las humanidades y las artes, buscando comprender e interpelar a los grupos sociales que les dan apoyo electoral y las sostienen.

Proponemos asumir estos desafíos como uno de los focos principales de la agenda del Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales (CLACSO) hacia los próximos años. En efecto, es necesario que una red como CLACSO consolide sus espacios académicos, enfrente a las ultraderechas desde bases sólidas y rigurosas, incida en los debates públicos y afronte las crisis de las democracias que vivimos en muchos países de la región con la imaginación política e intelectual que los tiempos requieren.

Esto actualiza y sostiene la razón de ser de CLACSO, una red comprometida con el devenir de nuestras sociedades. Un espacio que ha desbordado identidades de países y subregiones y se asume como latinoamericano y caribeño a plenitud. Que, como fruto de diversas miradas, trayectorias y experiencias, se propone profundizar lo común en la diferencia, consolidarse como una comunidad rigurosa, situada y viva, que produzca junto a los colectivos y movimientos que luchan por la construcción de sociedades más democráticas, igualitarias, libres y justas.

*Doctor en ciencias sociales. Investigador del Conicet. Profesor de CLACSO y UBA.

Cortesía de Página 12



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