En la era del streaming, ya se volvió cotidiano que ciertos títulos se vuelvan furor en una plataforma. Sin embargo, al poco tiempo, su popularidad suele bajar, aparecen nuevos y todo queda en el efímero mundo de la nueva TV chica a la carta. Pero éste no fue para nada el caso de Las guerreras del K-Pop, la apuesta animada de Netflix que combina mitología coreana, cultura idol y canciones originales al estilo de las grandes bandas de pop surcoreano.
Y es que la película, a pesar de que sus características la alejan del mundo de lo mainstream, logró un hito histórico: convertirse en la primera producción de la plataforma en alcanzar el número uno en los cines de los Estados Unidos y Canadá, gracias a sus resultados en taquilla.
Esto fue debido a que, después de volverse fenómeno en la plataforma, Netflix apostó por un estreno limitado del filme en salas bajo el formato de función “Sing-Along”, es decir, con subtítulos, para los que fans pudieran cantar en vivo junto a los temas de la película.
Por ello, durante dos noches, Las guerreras del K-Pop Sing-Along estuvo disponible en más de 1.700 salas de Estados Unidos, Canadá, Reino Unido, Australia y Nueva Zelanda, en las que los espectadores pudieron ver la película con subtítulos estilo karaoke y bailar y cantar juntos. Una verdadera experiencia colectiva.
La respuesta ante esta innovadora propuesta fue inmediata y la película recaudó entre 18 y 19 millones de dólares en la taquilla norteamericana, lo suficiente para desplazar a producciones de Hollywood con mayor despliegue y quedarse con el primer puesto del ranking. Esta fue la primera vez que un filme de Netflix, disponible en streaming desde hacía semanas, consiguió liderar la taquilla de manera tan contundente.
Aunque para muchos parezca extraño el hecho de que tanta gente esté dispuesta a pagar una entrada para ver una película que está disponible para reproducirse en la comodidad de sus hogares, lo cierto es que hay una serie de motivos que explican el furor por Las guerreras del K-Pop.
Uno de los principales es el hecho de que no es sólo una película animada, sino un producto que supo capturar con precisión el espíritu del K-Pop, con su estética vibrante, sus coreografías y su conexión emocional con los fans. Asimismo, la estrategia de hacerlo sólo por dos noches le dio un tinte de exclusividad, que llevó a las personas a desesperarse por entradas para no perderse una oportunidad única.
Sin dudas, tampoco se puede perder de vista lo importante que es lo importantes y fuertes que se volvieron los clubes de fans del K-Pop y de estas películas en redes sociales. En consecuencia, la idea de sacar esas comunidades de la web para compartirlas y vivirlas en la vida real en el cine se transformó en una idea irresistible.
En paralelo, el equipo de marketing de Netflix también ayudó mucho para que la campaña que promocione el estreno del filme esté a la altura de las circunstancias. Para ello, entre otras cosas, iluminaron el Empire State Building en Nueva York con los colores de la película e hicieron activaciones en Times Square, donde miles de seguidores pudieron encontrarse para cantar y bailar.
El fenómeno de Las guerreras del K-Pop, sin dudas, abre un debate más amplio: ¿es este el futuro de los lanzamientos de Netflix y otras plataformas? Por ahora, lo que queda claro es que el streaming ya no es un límite para la taquilla y que un producto creado para la TV puede convertirse en un evento global en las salas de cine.
Cortesía de Clarín
Dejanos un comentario: