
Más de la mitad de las mujeres en México viven una realidad física y emocional que, hasta ahora, ha permanecido en las sombras: La “experiencia multifluidos”. Este concepto, que agrupa la presencia simultánea o alternada de diversos flujos corporales como goteos de orina, sangre menstrual irregular, variaciones en el flujo vaginal y sudoración intensa, ha sido históricamente poco atendido, como muchas de las otras condiciones por las que atraviesa una mujer.
En un esfuerzo por romper el silencio y la vergüenza, la doctora Alejandra Contreras, ginecóloga, vocera de una marca de productos de higiene femenina, ha puesto el tema sobre la mesa, y destaca la urgencia de atender esta necesidad. “La vida femenina es un tema que debe estar abierto y buscando respuestas constantemente,” subraya Contreras, enfatizando que entender la biología de la mujer es un proceso continuo que merece información y soluciones adecuadas.
Un fenómeno global impacto local
La ginecóloga detalló que, aunque no es un término médico oficial, la experiencia multifluidos es una realidad cotidiana y un fenómeno global con una alta incidencia en México. Según el estudio MUSE, el 50% de las mexicanas la experimentan, con cifras alarmantes entre madres (86%) y mujeres en premenopausia (83%).
Alejandra Contreras identificó dos factores clave detrás de esta realidad: Primero la multiparidad, donde en el embarazo y el parto se debilita el suelo pélvico, aumentando significativamente la probabilidad de pérdidas de orina. Por otro lado, los cambios hormonales, tanto en la perimenopausia (con ciclos irregulares y sangrados abundantes) como en la menopausia (con la disminución de estrógenos que causa bochornos, sudores y el síndrome genitourinario), en estos periodos la mujer experimenta una combinación de flujos que afectan su bienestar.
“Esto ocurre porque los folículos ováricos y las hormonas sexuales femeninas, como la progesterona, comienzan a disminuir, provocando sangrados más abundantes o más ligeros, sofocos o sudores nocturnos”.
El costo del silencio
El impacto de vivir esta realidad “en silencio” va más allá de la incomodidad física. Contreras advierte a El Economista sobre las graves consecuencias psicológicas y sociales: “Muchas mujeres se enfrentan a la vergüenza, la inseguridad o el miedo a accidentes en público, lo cual puede derivar en aislamiento social, disminución de la autoestima y ansiedad constante”.
Esta carga emocional limita actividades diarias como hacer ejercicio, socializar e incluso concentrarse en el trabajo. Por ello, la ginecóloga hace un llamado a la sociedad y a las mujeres a reconocer que se trata de un proceso natural ligado a la biología, y no de algo vergonzoso. “Abrir la conversación es crucial porque significa poner sobre la mesa una necesidad real, que no solo genera incomodidad física, sino también emocional”.
La solución: Innovación y educación
Para ofrecer una respuesta efectiva, la firma lanzó la línea +Protección-V, diseñada específicamente para la experiencia multifluidos. La clave de esta innovación radica en su tecnología de triple protección, que integra cápsulas ultra absorbentes para una protección de hasta 24 horas, neutralización de olores y una sensación libre de humedad. La línea incluye toallas femeninas, protectores diarios extra-largos, toallitas húmedas y jabón íntimo, cubriendo las distintas necesidades.
No obstante, la vocera de la marca insistió en que la protección física es solo una parte de la misión. “Trabajamos también en abrir conversaciones que históricamente se han ignorado,” afirmó Contreras, destacando la importancia de generar contenidos informativos, accesibles y libres de tabúes para que las mujeres puedan retomar su día “con tranquilidad y confianza”.
Como recomendación médica, la ginecóloga enfatizó la importancia de los ejercicios de Kegel (10 a 15 repeticiones, 3 veces al día) para fortalecer el suelo pélvico, especialmente durante el embarazo, además de mantener una buena hidratación, consumir fibra y evitar irritantes como la cafeína. “Para iniciar un diálogo sin estigmas debemos hablar con claridad, usar un lenguaje respetuoso y empático, y reconocer que todas las mujeres tienen derecho a la información y a soluciones,” concluyó Contreras, reafirmando que la vida femenina es un universo en constante exploración.
Cortesía de El Economista
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