Hidalgo es hogar de una gran variedad de flora que no solo embellece sus paisajes, sino que también tiene un profundo significado en la cultura y la medicina tradicional.
Desde tiempos ancestrales, los habitantes del estado han utilizado diversas plantas para tratar enfermedades, aliviar dolores y mejorar la salud.
Entre las más representativas se encuentra el izote, una flor comestible con propiedades diuréticas y digestivas. También está el epazote, un ingrediente esencial en la gastronomía mexicana que ayuda a reducir los gases y problemas estomacales.
El árnica, conocida por sus beneficios antiinflamatorios, es ampliamente usada en pomadas y tés para aliviar golpes y dolores musculares. Además, el toronjil y la tila son infusiones populares para calmar los nervios y mejorar el sueño.
La biodiversidad hidalguense sigue siendo un recurso invaluable, tanto en la medicina tradicional como en la conservación de conocimientos ancestrales.
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