La infancia de muchos de nosotros alberga recuerdos en los que nuestros padres compraban artículos a través de un pequeño libro. Cada varios días una persona pasaba a casa para llevarse el libro y al poco tiempo volvía con los productos que pedimos. La venta por catálogo había sido un modelo de ventas muy popular en México durante décadas. Por desgracia para los vendedores, cada vez son menos las personas que aceptan comprar productos de esta manera.
Incluso en catálogos especializados, como los de Herbalife o Mary Kay, hay quienes eligen otros canales de venta debido a que los consideran más cómodos y seguros. Además, plataformas como Amazon y Mercado Libre amplían diariamente su lista de productos disponibles, lo que elimina la exclusividad que los catálogos ofrecían. Durante los últimos tres años, las ventas por catálogo han dejado de crecer como lo venían haciendo y no solo sus vendedores, sino también los empresarios, buscan medidas para revertir eso.
Mary Kay, Nutrisa, Avon, Amway, Herbalife y Omnilife son algunas de las marcas de productos por catálogo más populares. Tupperware se les suma junto con Natura y Betterware. Su sistema está basado en afiliaciones, en las que a algunas personas se les ofrece un precio especial por los productos para que ellos los vendan a sus círculos cercanos con el uso del catálogo como herramienta publicitaria. En este paso el vendedor puede modificar el precio final del producto, lo que le permite obtener ganancias sustanciales por cada uno.
La Asociación Mexicana de Ventas Directas (AMVD) explicó para El Financiero que para este 2025, su mercado no logrará un crecimiento mínimo del 2% anual, lo cual se acumula a los últimos tres años, en los que el sector ha reducido su crecimiento anual al punto en que no llega ni al 5%.
“Nuestras ventas fueron cayendo. Estos últimos tres años han sido verdaderamente difíciles porque nuestros crecimientos fueron paupérrimos. Si bien, cada año hemos estado manteniendo las ventas, un sector de nuestra asociación, no han podido crecer”
-Adelfo Enríquez, presidente de la Asociación Mexicana de Ventas Directas
Las ventas por catálogo (o venta directa) han sido un modelo de comercio muy popular en nuestro país debido a las ventajas que ofrece: no hay un horario fijo, los ingresos pueden ser mayores (con una estrategia adecuada) y no hay una gestión a la cual rendir cuentas. Para el comprador las ventajas también existen: el producto suele ser recibido a domicilio, además de que en varios casos y debido a que el vendedor es alguien conocido por el comprador, se pueden acordar métodos de pago cómodos como abonos semanales.
Lamentablemente para los catálogos, estas ventajas lo están dejando de ser con el auge del comercio por internet, que ofrece las mismas comodidades para el comprador. Amazon, por ejemplo, tiene un envío gratis para muchos de sus productos, además de que su catálogo es cada vez más amplio y las compras se pueden realizar en cualquier momento.
México aún es parte de los 10 países que mayor participación tienen en la venta por catálogo, de acuerdo con cifras de la AMVD. Suplementos alimenticios, cosméticos, perfumes, calzado, joyería y artículos de cocina y para el hogar son parte de los productos más comercializados por este canal. El 44% es ocupado por cosméticos o productos de belleza, seguido por suplementos alimenticios, que llegan a ocupar el 33% de las ventas.
“Hemos tenido un decremento de nuestras vendedoras activas, además, ha costado más trabajo conseguir nuevas emprendedoras independientes, revendedoras o nuevos líderes, ya que han salido otras opciones de hacer negocio como plataformas como Uber y las de entrega de comida rápida”
-Adelfo Enríquez, presidente de la Asociación Mexicana de Ventas Directas
La creciente inseguridad es otro de los factores que más han dañado el sector, pues antes las ventas eran producto de tocar las puertas de los vecinos para ofrecer los artículos. Ahora es menos frecuente que los ciudadanos abran la puerta a desconocidos, además de que los propios vendedores se sienten menos cómodos con caminar en las calles por tanto tiempo, pues cargan consigo objetos de valor que están por entregar y también el dinero obtenido de las ventas del día.

La pandemia también dejó muy mal herido este gremio, pues hizo prácticamente imposible para los vendedores ofrecer sus artículos y también entregarlos. Aun así, el confinamiento sanitario les obligó a buscar una manera urgente de adaptarse, que hasta la fecha les ha ayudado a sobrevivir: incorporarse a la era digital. Con apoyo de herramientas como Marketplace de Facebook, o grupos de WhatsApp, los vendedores pueden ofrecer sus productos y mostrar sus catálogos sin necesidad de acudir directamente al domicilio de los clientes. Esto no solo les ahorra tiempo valioso, sino que también les permite ampliar su rango de alcance.
De acuerdo información de la AMVD, esta transición a medios digitales, si bien mantiene a flote a los comerciantes, estaría ayudando a la desaparición de las ventas directas, en las que la transacción se realiza en persona; ahora podrían comenzar a considerarse “comercialización a distancia”. En este sistema se encuentran medios como internet, teléfono o televisión, y se caracterizan por establecer un contrato sin la presencia física de las partes.

Cada vez hay menos vendedores por catálogo, lo cual representa un problema para las amas de casa, pues de los más de 3 millones de vendedores, el 73% son mujeres de entre 35 y 44 años, que buscan un ingreso sin interrumpir sus actividades diarias.
Cortesía de Xataka
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