Lecciones en el mes rosa de una experta mundial

Que octubre se tiña de rosa realmente no ha funcionado en México. Aún así, este 19 Día Mundial de la Lucha contra el Cáncer de Mama, no podemos permitirnos mirar para otro lado. Es la principal causa de muerte por cáncer en mujeres —22 muertes cada día; 8,034 en 2023, según datos oficiales—, y el problema es que la curva sigue implacable hacia arriba: 23,790 casos nuevos diagnosticados en 2022.

El panorama es alarmante en todo el mundo, pero la Dra. Marike Gabrielson, investigadora del Instituto Karolinska de Estocolmo, Suecia -el que designa y otorga el Premio Nobel de Medicina-, nos trajo un mensaje esperanzador. Es una de las mentes más brillantes del mundo en este campo, y vino de visita a México, invitada por AstraZeneca a la II Cumbre sobre Acceso a la Salud. Tuvimos oportunidad de entrevistarla, y desgranó datos obligados de considerar en una estrategia de combate a este mal del siglo. “Hablamos del cáncer de mama, pero lo que realmente ignoramos es cómo funciona el cuerpo normal de una mujer sana.” Y tiene razón: su trabajo en epidemiología molecular revela que, sin entender la biología reproductiva básica —ciclos hormonales, tejidos mamarios sanos—, la ciencia está luchando a ciegas. Uno de los llamados de alerta de la Dra. Gabrielson es el auge en mujeres jóvenes. “Ya no es solo en países en desarrollo; es global, incluso en Europa, donde el control de este cáncer es avanzado”, explicó. Mujeres en sus 20, 30 y 40 años están desarrollando tumores más agresivos, pero lo más doloroso es que es prevenible; varias de las razones pueden evitarse: dietas procesadas, sedentarismo, menarquia temprana, menopausia tardía y embarazos postergados que alteran nuestro “horario reproductivo” natural. Éstos podrían ser factores humanos que aumentan el riesgo, pero no lo sabemos con exactitud, admitió. En México esto nos resuena: el 60% de los casos se diagnostica en etapas II o más avanzadas, y ahí está la consecuencia: las que sobreviven a este cáncer son menos de la mitad. Si se detecta temprano, sube al 90% la proporción de quienes logran sobrevivir. Aparte, considérese el costo: Un tratamiento promedio es de 250,000 pesos, pero detectado en fases tardías se dispara al cielo.

La doctora Gabrielson no se queda en el lamento; propone soluciones concretas, accesibles incluso para nuestro México. Primero, la prevención: “Hasta la mitad de los cánceres se evitan con estilos de vida”. Ejercicio diario, comer equilibrado, dejar el cigarro y moderar el alcohol. “Es duro cambiar hábitos, pero el costo es mínimo comparado con el de un tratamiento”.

El estigma sobre el tumor; como si fuera algo sucio

La detección oportuna, dice, es clave para todos los cánceres: “suena como mantra, pero es la realidad: si lo pillamos pronto, el pronóstico es excelente”. Mamografías a partir de los 40, conciencia de síntomas (bultos, cambios en la piel) y pues algo que aquí no logramos: acceso a sistemas de salud que no dejen a nadie atrás. Ese es el gran reto y drama mexicano: el prejuicio que silencia. “La gente ignora señales obvias —sangrado, la bolita aparentemente inofensiva— por vergüenza o miedo. Se estigmatiza el tumor como algo ‘sucio'”. Urge romper ese ciclo con educación. Otro aspecto crucial de su visión: la tecnología al servicio de la equidad. Propone usar IA y ultrasonidos para screenings personalizados. Simulaciones computacionales que evalúen riesgos individuales —basados en genética, historia familiar— y adapten mamografías cada cuatro años. “Es ideal para naciones en desarrollo: bajo costo y fácil implementación”. Para mujeres con senos densos o alto riesgo (madre o abuela con cáncer), un chequeo simple del árbol genealógico puede salvarle la vida. Y no olvidemos los “ómicas”: genómica y proteómica para diagnósticos precisos, como en su ensayo POWER sobre tamoxifeno individualizado. “No todo es genético; enfoquémonos en lo que detectamos tarde, pero sobre todo, que la gente busque ayuda sin tabúes.”

La Dra. Gabrielson dice que un registro nacional de cáncer —gestionado por el gobierno y universidades— y cohortes prospectivas para rastrear patrones regionales, tiene enorme potencial. La diferencia con Asia, por ejemplo, es precisamente que ellos sí tienen registros. “Latinoamérica y Asia, con desarrollos similares, pueden colaborar”. Apunta que los rezagos en la región obedecen en parte a falta de inversión, pero sobretodo a un insuficiente y adecuado impulso de educación en salud. Eduquemos sobre cáncer, porque el conocimiento es la mejor quimioterapia preventiva, concluyó.

Detectar a tiempo cáncer de mama impulsaría la economía en 2 bdd

Como los datos sobre salud a veces ya no prenden, ahora surgen los económicos: La Agencia Internacional para investigación del cáncer (IARC) que opera bajo el paraguas de la OMS reportó: el cáncer de mama tiene un costo global de 1.96 billones de dólares; para el año 2040 podría aumentar a 3.19 millones de casos y más de 1 millón de muertes anuales. Pero integrar la detección oportuna reduciría costos e impulsaría la economía mundial al menos en 1 billón de dólares anual. Pero además el uso de tecnologías como la IA ayudaría a integrar, con menores costos y mayor velocidad, un enfoque de detección temprana. Ojo, equipo de Edgar Amador en Hacienda: más inversión para prevenir este cáncer generaría enormes ahorros.

Panel de TecSalud: Más allá del diagnóstico, mirada multidisciplinaria

Sin salirnos del Cáncer de Mama, la Escuela de Medicina y Ciencias de la Salud TecSalud del Tecnológico de Monterrey realizará mañana 16 de octubre a las 16:00 horas el panel Más allá del diagnóstico: Una mirada multidisciplinaria al Cáncer de Mama. Será abierto al público en la Carpa del Campus CdMx del Tecnológico de Monterrey. Las panelistas son destacadas en oncología médica, genética, nutrición clínica, salud pública, academia y sociedad civil: Felicia Marie Knaul, Bertha Alejandra Martínez Cannon, Karen Macedo Ruiz y Paulina Campos.

Cortesía de El Economista



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