LEGO y Star Wars unidos en una serie: cómo es la graciosa versión alternativa de los Jedi que estrenó Disney+

Un muñeco LEGO empuña un sable laser verde y dice: “¡Que la fuerza te acompañe! ¡Tenemos que poner en orden a la galaxia!”. Y el Luke Skywalker LEGO le responde: “Esto no es para mí. ¡Yo no nací para ser un héroe!”. Es el mundo alternativo de la miniserie animada LEGO Star Wars: La reconstrucción de la galaxia, disponible desde hace unos días en Disney+. ¿Quién será el elegido para volver a unir todas las piezas?

La serie sintetiza su fascinante mundo de bloques de construcción y muñecos de la Guerra de las Galaxias en, apenas, cuatro episodios. Con voces estelares y un magnético poder audiovisual, LEGO Star Wars atrapa y hace reír sin límites de edad: es una ficción animada no sólo para los fans de los Jedis y del místico poder de la Fuerza. Es graciosa e inteligente a la vez.

La miniserie muestra cómo el caos puede surgir en forma inesperada. En un lugar muy, muy lejano, un pastor de nerfs (unos animales peludos como búfalos), Sig Greebling, desentierra un cubo luminoso (la piedra angular) de un templo Jedi oculto en el follaje. Eso altera el orden cósmico y los bloques de construcción LEGO que conforman el mundo se recombinan, invirtiendo la realidad: ahora los buenos son malos y los malos son buenos.

¿Podrá Sig Greebling reordenar el universo? ¿Logrará, un simple pastor, restituir todas las piezas de la galaxia? La miniserie de Disney+ combina ingeniosamente el recurso de los LEGO (ensamblarse unos a otros) y la cosmogonía de la Guerra de las Galaxias: cada objeto, héroe, villano, planeta y nave de Star Wars está replicado a la perfección con las piezas LEGO. Así, la miniserie explota el peligro de un mundo alternativo: basta con cambiar las piezas de lugar.

Aquello se disparó cuando Sig Greebling quitó la piedra angular de una pared del templo Jedi secreto: todos los bloques LEGO de la galaxia se recombinaron al instante en esta inverosímil realidad alternativa. Ahora Sig Greebling tendrá la misión de volver las cosas a su origen. Pero hay una sorpresa. Él no es sólo un pastor de animales. La Fuerza está con él: posee la habilidad de mover bloques y piezas a voluntad.

“Tenés el poder de la reconstrucción”, le dice un tal Jedi Bob, el que se ocupaba de vigilar el templo de posibles intrusos y destructores de piezas galácticas. Ambos, junto a la heroína rebelde Yesi Scala y al robot Servo, enfrentarán al Imperio y se encontrarán con los legendarios héroes de Star Wars: Luke Skywalker, Han Solo, Leia, C-3PO y Rey Skywalker (la de los Episodios VII, VIII y XIX).

Pero el problema es atroz. En este jocoso mundo invertido marca LEGO, Luke Skywalker aún vive en el planeta Tatooine, usa barba y emplea sus poderes Jedi para hacer trampa en las carreras de coches voladores: su motivación no es hacer el bien ni vencer al Imperio, sino ganar mucho dinero. Es más, su oscuro padre Darth Vader aquí es blanco y está del lado de los Jedi; Rey Skywalker es una villana sith, con sable láser rojo, y casi todo los demás ocupan roles opuestos a los de antes.

¿Y Han Solo? Es un cínico y seductor mercenario con una veloz nave de alquiler: como en la versión original deStar Wars. Pero su viaje personal de redención será mucho más complejo e impredecible en esta versión moderna y a la vez retro del universo de los Jedi y de su némesis: el Lado Oscuro de la Fuerza. “El bien y el mal no están muy claros: todo depende de quién lo mire”, dice uno de los personajes. Allí está el mensaje del creativo mundo de Lego Star Wars.

Otro de los ganchos de la miniserie de Disney+ está en sus personajes. El hilarante actor Gaten Matarazzo (de la serie Stranger Things) pone su voz y sus inflexiones verbales para Sig Greebling y Tony Revolori (el Flash Thompson de las tres últimas películas de Spiderman) encarna a Dev Greebling, el hermano del protagonista. En la realidad primigenia él era otro pastor de nerfs y su mayor aspiración era abandonar su aburrido planeta para vivir aventuras galácticas. En la versión alternativa, Dev Greebling es el peor villano del Lado Oscuro: una mezcla de Darth Vader y Kylo Ren.

¿Podrá Sig Greebling lograr que su hermano abandone el mal y se redima? Además de Jedi Bob (a cargo del actor Bobby Moynihan), de Yesi Scala (interpretada por Marsai Martín) y de Servo (Aaron Harris), Sig tendrá la ayuda del LEGO de Luke Skywalker: el mismísimo Mark Hamill puso aquí su voz para interpretarlo. Y otros que regresaron, como en los filmes originales, fueron Anthony Daniels como C-3PO, Billy Dee Williams como Lando Calrissian y hasta Ahmed Best como un… Darth Jar Jar Binks. El cómico, torpe y denso personaje, inspirado en el perro Goofy de Disney, aquí es un oscuro guerrero del mal.

“Mi galaxia es el lugar de la historia más épica jamás contada”, dice Sig Greebling en el arranque del primer episodio, relatándoles a sus amigos los acontecimientos de la trilogía original: Star Wars: Episodio IV – Una nueva esperanza (1977), Star Wars: Episodio V – El Imperio contraataca (1980) y Star Wars: Episodio VI – El regreso del Jedi (1983). Mientras narra los hechos, las piezas se combinan trayendo a todos los icónicos personajes de la saga. Pero lo que no imagina Sig Greebling es que él también será un engranaje clave para el mundo de Star Wars.

“Cuando encontré la piedra angular todo cambió”, asume Sig Greebling, tras haber visto cómo la realidad se ensambló en esta versión alternativa de buenos que ahora son villanos y héroes que, ahora, son malos. Se lo recrimina Jedi Bob: “Cuando quitaste la piedra angular creaste una nueva galaxia”. Pero Sig Greebling razona: “Hay que volver a cambiarlo como antes, porque nada tiene sentido”.

Ahora hay guerreros clones cuya identidad es sorprendente; Jedis que se pasaron al Lado Oscuro; terribles personajes que ahora son Jedis y múltiples combinaciones que hasta podrán verse -entre lo ridículo y lo sorprendente- en la famosa cantina de Mos Eisley. Allí donde Luke Skywalker y Obi-Wan Kenobi conocieron a Han Solo en la primera de todas las películas de Star Wars (la de 1977).

“A ver si entendí bien. En tu galaxia mi padre es malvado, hasta que se vuelve bueno unos cinco minutos y luego muere. Mi sobrino me traiciona y mata a varios de mis amigos. ¿Por qué debería pasar por todo eso?”, se queja Luke Skywalker, sin ganas de ser un héroe. Sig Greebling le contesta: “¡Bueno, con esa actitud!”.

“Las leyendas no se hacen. Se construyen”, dice, en el tráiler oficial, el lema de LEGO Star Wars: La reconstrucción de la galaxia. Y todos los ojos se posan en Sig Greebling, este pastor con dotes para la Fuerza que un día, sin quererlo, hizo que su hermano Dev Greebling se volviera su peor enemigo y le dijera: “¡Este mundo ya no se va a ordenar!”.

“Te pasaste toda tu vida contando historias sobre héroes. Tal vez sea tiempo de volverse uno”, le había dicho su hermano antes de pasarse al Lado Oscuro. ¿Podrá Sig Greebling volver todo hacia atrás? “La fuerza nos va a guiar”, dice Jedi Bob. Y remata con su voz de LEGO, para hacer reír sin barreras de edad: “¡Eso espero!”.