Robert Prevost eligió León XIV como nombre para su papado. De esta manera, remite al anterior pontífice en usar ese nombre. Y fue uno de los papas más importantes en la era contemporánea. León XIII sentó las bases de la doctrina social de la Iglesia a fines del siglo XIX.
Nacido Gioacchino Vincenzo Raffaele Luigi Pecci en las afueras de Roma en 1810, hizo carrera en la Iglesia hasta ser creado cardenal en 1853 por el papa Pío IX. Este fue el papa con el segundo papado más largo de la historia, entre 1846 y 1878, casi 32 años, después de San Pedro, y debió atravesar los convulsos años del Risorgimento en Italia, que culminaron con la pérdida de los Estados Pontificios, limitados desde 1870 al territorio de la actual Ciudad del Vaticano.
Pío IX debió enfrentar también la irrupción de las ideas de izquierda, plasmadas en las revoluciones de 1848, y el ascenso del socialismo. Rígido y conservador, proclamó la Inmaculada Concepción de la Virgen María y estableció la infalibilidad del Papa, además de prohibir libros con el Index.
A su muerte, en 1878, el cónclave eligió a Pecci como nuevo pontífice. Comenzó un papado de 25 años, signado por la publicación, en 1891, de la encíclica Rerum Novarum (“De las cosas nuevas”). En ella, el Papa buscó conciliar las tensiones entre capital y trabajo. Abjuró de las ideas socialistas, pero mostró un sesgo en favor de los obreros. Defendió la propiedad privada, reivindicó al sindicalismo y promovió la creación de partidos políticos de base obrera.
El histórico documento dio pie a la doctrina social de la Iglesia, y fue tan grande su trascendencia, que a su inspiración se debe la creación del Partido Demócrata Cristiano, que fue uno de los más fuertes en la Italia del siglo XX. Al cumplirse un siglo, en 1991, Juan Pablo II retomó las líneas de Rerum Novarum en la encíclica en Centesimus annus. Antes, Pío XI había vuelto sobre el documento original en 1931, en Quadragesimo anno, por los cuarenta años, lo mismo que Juan XXIII en Mater et Magistra en 1961.
León XIII murió el 20 de julio de 1903 a los 93 años y lo sucedió Pío X. Antes, en 1896 protagonizó un momento significativo: fue el primer Papa filmado. Si se tiene en cuenta que la primera proyección fue en diciembre de 1895, se trata de una de las primerísimas filmaciones de la historia. Pero, además, su filmación resultó la de la persona más longeva. Vale decir, tenía 86 años en ese momento y no hay filmaciones de alguien nacido en 1810. 122 años después de su muerte llegó la hora de otro papa llamado León.
Cortesía de Página 12
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